Jose Antonio Sobrino, doctor en física y catedrático de la Universidad de Valencia: “Debemos actuar de manera urgente contra el cambio climático”

José Antonio Sobrino es doctor en física y catedrático de la Universidad de Valencia. Recientemente ha recibido el premio Jaume I en medioambiente como reconocimiento a su larga carrera profesional y a sus aportaciones en esta materia.

-Sus investigaciones en teledetección sobre cambios planetarios le han hecho merecedor del premio Jaume I en medioambiente...

-Sí, bueno el premio es más un reconocimiento a una labor profesional de toda una vida, lo que pasa es que el jurado quiso destacar estos aspectos. Yo hace ya 30 años que trabajo en esta disciplina. A lo largo de este tiempo lo que hemos hecho ha sido, entre otras cosas, desarrollar algoritmos de corrección de imágenes de satélite para dar mapas de temperatura de la superficie terrestre y de la superficie del mar y de otros parámetros como por ejemplo estudiar el fenómeno de isla de calor dentro de las ciudades, también otros estudios de la evaporación de agua de los cultivos, que el regadío sea lo más racional posible, otros estudios eran para estimar el contenido de vapor en la atmósfera y otros muchos.

-Sus estudios de teledetección se centran en la protección del medio, ¿No es así?

-Sí, yo soy catedrático de física de la tierra de la Universidad de Valencia y mi tesis iba sobre teledetección y fundamentalmente la parte térmica del aspecto electromagnético, normalmente relacionado con la temperatura de la superficie. Luego hacemos medidas en campo para calibrar los satélites y otras aplicaciones, pero sí, todo está enfocado un poco al estudio de nuestro planeta y de lo que tiene que ver con el cambio climático.

-Hablando de cambio climático. Recientemente la ONU publicaba unos informes científicos poco alentadores en los que se alerta de una posible catástrofe medioambiental en 2050 si no se producen cambios sustanciales de inmediato...

- Esos informes son totalmente ciertos. El hombre desde la revolución industrial con la cultura del carbón y luego la del petróleo ha emitido mucho dióxido de carbono a la atmósfera de manera que ahora tenemos más de 410 partes por millón cuando en 1958 teníamos 311. Ese incremento hace que aumente la temperatura del planeta y si seguimos emitiendo y no hacemos una transición energética hacia otra forma de consumo o con energías renovables, no habrá vuelta atrás. El dióxido que queda en la atmósfera puede estar cientos de años y por lo tanto es irreversible su enfriamiento. Lo que se pretende ahora es intentar reducir lo máximo posible las emisiones para invertir la tendencia y que a finales del 2100 la temperatura haya aumentado como mucho 1,5 grados respecto del valor que había a finales del siglo XVIII y principios del XIX. Ya llevamos un grado de aumento y si no tomamos las medidas necesarias será difícil cumplir ese compromiso.

-¿Qué supondría rebasar ese tope?

-Eso conllevaría que aumentasen mucho las temperaturas, por tanto, en muchos sitios se producirá una sequía importante que a su vez haría que disminuyera la productividad de los cultivos. También subiría el nivel del mar por deshielo de los glaciares, las estimaciones hablan de un metro, pero podría incluso duplicarse. Por lo tanto, no es una alerta gratuita. Tampoco es el apocalipsis, pero sí que hay que mostrar a la población que nada va a ser como antes porque no hemos reaccionado a tiempo. La clase científica lleva muchos años hablando de este tema y ahora sí que parece que hay bastante conciencia social sobre este asunto, pero la conciencia ya no sirve. Debemos actuar y aplicar medidas contundentes de manera urgente.

-¿De cuánto tiempo disponemos hasta que la situación sea irreversible?

-Hay cosas que ya son irreversibles, al menos durante el periodo de vida de un ser humano. Del dióxido que hay en la atmósfera, el 20% puede durar mil años y el 40% cien años, por lo tanto aunque hoy mismo se parara cualquier emisión de dióxido de carbono, cosa que es imposible, la temperatura seguiría aumentando hasta que ya el sistema empezara a bajar. Incluso se habla de secuestrar el dióxido de la atmósfera mediante procedimientos industriales, eso sí hay que desarrollar la tecnología para ello, demostrar que es limpia y que puede ser efectiva. Lo que tenemos que hacer es, digamos, no echar más leña al fuego sino intentar reducirlo con carácter de urgencia. 

-Según datos de la ISGlobal, en el año 2050 hasta 13.000 personas podrían morir en España por golpes de calor.

-Sí, la verdad es que es complicado evaluar la cantidad, pero es evidente que va a afectar a muchas personas. Hoy en día por contaminación, que también está en cierta forma conectado con el calentamiento global, pues ya se habla de 7 millones de personas que mueren de forma prematura por respirar un aire contaminado. El año pasado 19 millones de personas tuvieron que emigrar y convertirse en refugiados ambientales. Luego ciudades como Madrid terminarán teniendo el clima de Marrakech o Londres el de Barcelona, son todo síntomas del cambio climático. Hay más efectos que ya pueden verse, por ejemplo cómo aumentan las temperaturas mínimas, las máximas, cómo aumenta el nivel del mar, cómo los veranos son más largos, cómo hay lluvias torrenciales durante todo el año... Son síntomas que van en la misma dirección, la del calentamiento global y el cambio climático.