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Desireé Diouf, cantante de The Black Barbies: “Un jazzista se enfadaría si dijera que hacemos jazz, pero fusión no define nada” Desireé Diouf, cantante de The Black Barbies: “Un jazzista se enfadaría si dijera que hacemos jazz, pero fusión no define nada”
Desireé Diouf (centro), junto al resto de la banda The Black Barbies que el 7 de agosto toca en Las Noches del Jardín de Teruel

Desireé Diouf, cantante de The Black Barbies: “Un jazzista se enfadaría si dijera que hacemos jazz, pero fusión no define nada”

El grupo traerá el 7 de agosto a Teruel una de las propuestas musicales más interesantes del verano
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Con sangre senegalesa e italiana y una voz a la altura de la mejor soulwoman que usted prefiera, Desireé Diouf se ha curtido en algunos de los mejores clubes de funk y soul de Barcelona como Jamboree o Marula. Además es la voz de The Black Barbies, un sexteto fundado hace cuatro años en la ciudad Condal por el guitarrista Oriol Rialt, que ha desembarazado al jazz del lastre de erudito o elitista que en ocasiones arrastra, para ofrecer un repertorio de versiones y temas propios que, con esa base, tocan el swing, el soul, el funk o el pop. Llegan a Teruel por primera vez durante el ciclo Noches en el Jardín –miércoles 7 de agosto, a las 22.30 horas– con su primer disco calentito. Su título, Out of range, le viene al pelo porque The Black Barbies no entra en ninguna clasificación ordinaria.

- ¿La propuesta musical de The Black Barbies es para iniciados en música negra?

- No. Nosotros proponemos un barrido por la música negra con base de jazz, pero es mucho más que eso. La banda (Oriol Rialt con guitarra, Noé Escolá al saxo, Aurora Arenare al trombón, José López al contrabajo y Guillem Arnedo a la batería) está formada por músicos veteranos de la escena jazzística barcelonesa, pero nos hemos cansado un poco de ese jazz intelectual que a veces es un poco excluyente, o que repele a muchas personas porque creen que no van a entenderlo o a disfrutarlo. Así que Oriol y yo nos juntamos y pensamos en un concepto del jazz más divertido, más popular y más para todo el mundo. Hay mucha mezcla además porque yo soy cantante de soul y nunca antes de Black Barbies había cantado jazz. Así que nuestra música también suena a funk, a swing, a latino... Nuestra propuesta es para que se divierta todo el mundo. 

- Además de su música, la gente les elogia su puesta en escena y su vestuario...

- Hacemos un show que no es una canción tras otra, sino que tiene comienzo, final, interacción con el público, y una puesta en escena divertida. En ese sentido nos gusta adaptarnos al público, porque no es lo mismo tocar en un festival que en una pequeña sala. Y en cuanto al vestuario para nosotros es importante ese punto vintage que se desprende de la música, pero es algo muy personal nuestro, que va con nosotros. Cada cual aporta lo suyo, no es que haya un encargado de estilismo que nos diga cómo vestirnos. 

- ¿La multiculturalidad de la banda también trasciende a su música?

- Claro. Llevo doce años viviendo en Barcelona pero soy italiana, de madre italiana y padre senegalés, el contrabajista es gaditano y la trombonista de Nápoles –no italiana, sino de Nápoles, puntualiza–. Y eso se traduce en muchos homenajes musicales a nuestras tierras, a África, al Mediterráneo...

- ¿Eso significa fusión, o el término ya cansa de tanto repetirlo?

- Bueno... si dijéramos que hacemos jazz un jazzista clásico se enfadaría, y en lo de fusión tienes razón, ya está muy usado y en realidad no define nada. Si hay que ponerse etiquetas que nos la ponga la gente cuando nos oiga. Y que lo haga usando un estilo, un sentimiento o un color... habrá quien nos escuche azules, y quien nos escuche amarillos, pero eso al final no es lo más importante. Lo que queremos es cautivar a la gente y que se queden con nosotros ese viaje de poco más de una horita que queremos hacer con ellos. 

- ¿The Black Barbies es el único proyecto musical en el que está embarcada?

- No. Empecé a cantar hace seis años y mi primera banda fue Sugar Drops, de funk y soul, que es el género que más he hecho, y lo compagino con otras formaciones más pequeñas. Y ahora mismo estoy acompañando como corista a la argentina Nathy Peluso, que a veces ha sido difícil compaginar con The Black Barbies. Los seis miembros de la banda tenemos otros proyectos, aunque yo diría que ahora mismo todos tenemos muy puesto el foco en The Black Barbies, porque nos está permitiendo viajar mucho, tocar mucho y hacer cosas muy interesantes. 

- El día 7 llegan a Teruel recién estrenado su primer disco...

- Así es, esta semana ha salido nuestro Out of Range en formato físico. Estamos a punto de sacarlo en plataformas digitales, aunque nos gustaría que la gente lo comprara porque es la mejor manera de que los músicos sigamos haciendo música. Hace dos años habíamos sacado otro, pero entonces éramos quinteto –Desi Hot Quintet–. Teníamos mucho material con versiones de pop, rock y soul llevado a nuestro terreno, a una clave más swinguera, y quisimos grabarlo. Pero hemos visto que preferimos tener un EP de cinco temas, pero más personales y con canciones originales.