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La precariedad laboral aumenta el estrés de camareros y cocineros La precariedad laboral aumenta el estrés de camareros y cocineros
Una camarera atiende una terraza en un establecimiento de la capital turolense

La precariedad laboral aumenta el estrés de camareros y cocineros

Un estudio de riesgos psicosociales en la hostelería, elaborado desde el Campus de Teruel, se publica en una prestigiosa revista internacional
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La precariedad del empleo en el sector de la hostelería favorece peores relaciones entre los compañeros y con los jefes e incide en que existan más riesgos laborales psicosociales, según un estudio realizado por investigadores del Campus de Teruel que se ha publicado recientemente en la prestigiosa revista internacional Health and Quality of Life Outcomes, de la editorial Springer Nature.

El artículo Evaluación e intervención sobre estrés laboral en profesionales de la hostelería de Aragón, cuyo autor principal es el profesor del grado de Psicología de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de Teruel Santiago Gascón, es fruto de un estudio del Grupo Investigación en Salud Mental de la Universidad de Zaragoza y el Instituto de Ciencias de la Salud de Aragón, que estuvo financiado por la Dirección General de Trabajo del Departamento de Economía y Empleo del Gobierno de Aragón.

El trabajo fue realizado por investigadores del Campus de Teruel con el asesoramiento del profesor Michael Leiter, uno de los mayores expertos internacionales en riesgos laborales psicosociales. En el estudio participaron un total de 452 empleados y directivos del sector de la hostelería (hoteles, restaurantes, cáterin) de todo Aragón.

Gascón explicó que el modelo seguido por este grupo de investigación se aleja de las explicaciones que consideran el estrés o el desgaste profesional como un problema exclusivo del individuo, para acercarlo más hacia el terreno de los desajustes entre la persona y las variables de la empresa. “No están afectados por ser débiles, o por sus rasgos de personalidad, o por su propensión a quejarse, sino porque sus esfuerzos para salvar las dificultades en el trabajo han fracasado”, explicó el experto.

Así, en este estudio se ha comprobado que el aumento de la carga de trabajo tiene una relación fuerte y directa con la dimensión de agotamiento pero que hay otras variables que pueden proteger al trabajador de este desgaste, incluso en situaciones de una alta sobrecarga laboral.

Recompensas y clima laboral

En los trabajadores que participaron en esta investigación la variable control sobre la tarea se mostró alta y esto parece proteger del estrés a estos empleados. Sin embargo, la variable recompensa registró niveles muy bajos y esto multiplica los efectos de esa carga laboral. Las recompensas no se refieren únicamente al sueldo y las propinas sino también al reconocimiento del trabajo por parte tanto de los superiores como de los propios clientes. “Cuando dejamos una propina y damos las gracias, estamos contribuyendo a la buena salud de un camarero o de un cocinero”, comentó Gascón.

Otro factor protector del estrés es el sentimiento de comunidad (el compañerismo, el apoyo). En este estudio se encontró que los trabajadores de más edad y con puesto fijo puntuaron más alto en esta variable, mientras que la precariedad del empleo parecía favorecer peores relaciones y un mayor índice de síntomas somáticos. También puntuaron bajo en el aspecto “sentido de justicia”. Por ejemplo, constatar que a igual trabajo se percibe menos salario o decisiones arbitrarias sobre turnos o jornadas largas son aspectos que aumentan el impacto de la carga de trabajo sobre el estrés y la mala salud y favorece la posibilidad de abandonar el puesto de trabajo y que la plantilla sea más inestable y tenga menos sentido de grupo.

Este trabajo muestra que los empleados de un establecimiento hostelero pueden estar expuestos a altos niveles de sobrecarga, pero el hecho de sentirse reforzados por algún tipo de recompensa, o por el buen clima entre compañeros y/o directivos, hace que el efecto negativo de la carga laboral sobre el agotamiento se vea atenuado por dichas variables. Con el tiempo, también estas variables pueden no ser tan positivas, incluso alcanzar índices negativos, provocando que los efectos de la carga laboral sobre el agotamiento se disparen de una manera muy rápida. 

La investigación se centró en la hostelería porque es representativa del sector servicios y porque es uno de los motores de la economía aragonesa pero está sometido a una gran temporalidad y a la contratación, muchas veces, de personal sin formación, lo que contribuye a un mayor índice de riesgos laborales.

Este artículo es solo una parte del proyecto que es más general y ha incluido un programa de intervención y prevención que se aplicó durante más de un año en aquellos establecimientos que se mostraron receptivos a participar y pronto se conocerán los primeros resultados de esta fase del trabajo.