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Leticia Feduchi, pintora madrileña: “A partir de las cosas cotidianas puedes entrar en un mundo filosófico muy rico” Leticia Feduchi, pintora madrileña: “A partir de las cosas cotidianas puedes entrar en un mundo filosófico muy rico”
Detalle de un autorretrato de la propia Leticia Feduchi

Leticia Feduchi, pintora madrileña: “A partir de las cosas cotidianas puedes entrar en un mundo filosófico muy rico”

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Leticia Feduchi (Madrid, 1961) es una pintora afincada en Barcelona que representa mejor que nadie el eclecticismo en la formación y los intereses. Hasta mediados de septiembre expone Pinturas recientes en la Fundación Germán López y Marián Sanz de Arte Contemporáneo Español, en Cretas. 

-Aunque puede decirse que es una pintora figurativa, ahí acaban los ismos o tendencias en las que cabe encuadrarla, reuniendo y mezclando elementos de corrientes muy dispares. ¿Eso es algo deliberado o, de algún modo, fortuito?

-Ha ido surgiendo a través de la evolución de mi trabajo. Mi formación comenzó en la Escuela Eina de Barcelona, donde la pintura figurativa no era precisamente lo que más abundaba, con profesores como Rafols-Casamada. Pero yo quise tener además formación clásica y me fui a Madrid a hacer dibujo de estatua, porque quería empezar desde el principio. Eso provocó que desde el principio mezclara las dos cosas, y a través del aprendizaje me di cuenta de que me interesaba mucho el mundo de la observación de lo real, pero no como un objetivo sino como una manera de acercarte al mundo visible. Y en ese camino me quedé enganchada al mundo de la observación. 

-¿Sincretismo o purismo?

-Sincretismo, sin duda. Incluso dentro de la pintura figurativa me gustan los pintores que se salen de la realidad como objetivo. Me interesó mucho Antonio López pero, aún siendo hiperrealista, su pintura trasciende el mundo de la simple realidad. También me impresionó mucho la escuela de pintores ingleses que son figurativos pero van más allá. Pero también me interesa el arte abstracto, el informalismo, el expresionismo alemán... me gusta todo lo que sea bueno, no tengo fijaciones por ningún estilo en concreto, porque entiendo que eso es limitarse. 

-Entre sus referentes no pictóricos está la polaca Wislawa Szymborska, y ella siempre destacó por su voluntad de bajar del pedestal la poesía para ofrecérsela a la gente común, incluso buscaba sus referentes poéticos no en lo sublime, sino en lo cotidiano. ¿Se identifica con esa forma de ver el arte?

-Sí, de ahí mi interés por la observación. A partir de la cosas que ves, que tocas, que son cotidianas para ti, puedes entrar en un mundo filosófico muy rico, como hace Szymbroska. Y ahí entra el humor, la ironía y muchas otras cosas, porque su poesía es muy rica; parte de lo cercano pero llega muy, muy lejos. 

-Hemos hablado de la observación, pero ¿sobre qué temas le gusta reparar? ¿Qué mueve sus pinceles a actuar?

-He hecho mucha naturaleza muerta porque juegas con elementos sueltos que, en función de cómo los unas, pueden llevarte a un escenario diferente. Pero esta naturaleza muerta me interesa sobre todo por el color, porque es una fuente de color inacabable y natural que no encuentras en ningún otro sitio. Me interesa mucho también la figura, de hecho me gustaría profundizar más en ese aspecto, pero a veces la pintura, las exposiciones y la propia vida te lleva por un camino que no puedes evitar recorrer, aunque a veces te gustaría apartarte un poco, pero ves que todavía tienes algo más que decir sobre eso. 

-Ahora que menciona la figura, en alguno de los cuadros expuestos en Cretas llama la atención que el trazo está sugerido como a vuelapluma, casi como si de un boceto si tratara, donde el color o la textura interesa más que la propia figura. 

-Lo que pasa es que pinto muy rápido. Si me detengo a detallar más el trazo de la pintura creo que pierde espontaneidad y se va quedando encarcarada, rígida, y no me interesa.

-¿Cuál es el nexo común, si lo tiene, de las pinturas que se exponen hasta mediados de septiembre en Cretas?

-Elegí pinturas que han formado parte de mis tres últimas exposiciones, que tenían cierta relación entre sí, y que estaban relacionadas a su vez con el entorno de Cretas. Las de la primera sala quizá tienen más relación con elementos humanos, como sillas, maletas, ropa, telas, que es un tema que también me interesa mucho. Y en el segundo espacio se ven cosas más relacionadas con la naturaleza, como piedras o troncos, que están más relacionados con el mundo rural.

-Sin embargo no incluyó retratos, que es un género que usted trabaja mucho...

-No, porque el espacio es pequeño y el retrato necesita espacios muy grandes. Sin embargo sí que he puesto alguna figura humana. En cualquier caso me gusta que las exposiciones no estén cerradas a temas concretos y bien identificados. Prefiero que el visitante se haga preguntas, dude, tenga que averiguar por qué hay determinados cuadros junto a otros...

-¿Cómo se forjó su exposición en la sala de la Fundación Germán López y Marian Sanz de Arte Español Contemporáneo de Cretas?

-A Germán lo conocí hace unos años, y en una exposición que hice hace dos años conocí también a Rosa Queralt. Creo que entre los dos decidieron llamarme, cosa que me honra muchísimo porque la colección de Cretas es magnífica, y Rosa Queralt (falleció en abril de 2018) era una persona impresionante y una crítica imprescindible. Además me ha servido para conocer el Matarraña, que es un lugar impresionante. Ojalá se vaya conociendo cada vez pero nunca llegue a ser invadido.