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El éxito del festival Folclore Vivo de Las Parras de Martín asegura una tercera edición para el año 2020

La propuesta nació con la idea de poder revertir la despoblación
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El festival Folclore Vivo de Las Parras de Martín cerró el pasado 17 de agosto su segunda edición con gran éxito de público y de planteamiento. Este certámen que organiza el músico zaragozano, Raúl Márquez y la asociación cultural El Chorredero, nació con la idea de ser un revulsivo para la localidad que se enfrenta al importante problema de la despoblación.

En esta ocasión contaron con ocho grupos: El dúo madrileño Dos Folk, Zicután, los Gaiteros de Leciñena, Vegetal Jam, el grupo folclórico utrillense Cierzos de Aragón, y Zas Candil Folk que puso la guinda al pastel con dos conciertos en globo aerostático.

Además de las actuaciones, el programa incluyó actividades como una muestra de trajes regionales, una sesión de cuentos del pueblo, la presentación del documental Diarios de una pandereta y un curioso taller de percusión con cucharas. 

“Esta es una propuesta que de alguna forma da vida a cosas que han pasado en el pueblo y quién sabe si en el futuro puede derivar en una mejora de infraestructuras que es un poco lo que haría revertir la curva de la despoblación, o sino, al menos le habremos dado un espacio a las historias de nuestra localidad”, apunta Raúl Márquez.

Historias para recordar

De hecho, todas las actividades del festival siguieron esa línea y en el caso de la sesión de cuentos de pueblo, por ejemplo, los vecinos pudieron recuperar vivencias y recuerdos de antaño. “Esta actividad surgió con la idea de que cada familia compartiese sus historias. Cada una investigó por su cuenta de forma muy profesional y luego se ponían en común todas esas historias de los años 30 y 40, en la posguerra, la influencia que tenía Las Parras en los pueblos de alrededor, todo eso”, explicó el organizador.

Otros muchos vecinos de la localidad rebuscaron entre sus baúles y armarios para contribuir a la amplia muestra de trajes regionales que lograron reunir para después bailar todos juntos unas jotas.

El taller de cucharas ayudó a  revivir una vieja práctica para crear ritmos que se empleaba cuando todavía no había instrumentos e incluso la proyección del documental giró en torno a la tradición de tocar la pandereta.

Pero sin duda, el plato fuerte del festival llegó de la mano de los grupos musicales y en especial, los dos conciertos que ofreció Zas Candil Folk a 40 metros de altura, subidos en la barquilla de un globo aerostático. Primero en la plaza de toros de Utrillas y un día después en una explanada en las Parras de Martín. Según el propio Márquez, cerca de 400 personas asistieron al espectáculo en ambas localidades.

Buena expectación

Muy buena acogida tuvieron también el resto de grupos musicales que actuaron en el festival. ”Los grupos generaron la expectación que esperábamos y atrajeron a mucha gente”, explicó Márquez. “Son grupos que investigan la raiz, el folclore y los bailes de cada zona que es de lo que se trata en este festival. Además también vino la Cofradía de Percusión de Utrillas a hacer una muestra y en fin hemos doblado el número de conciertos este año. Estamos muy contentos con el resultado”, añadió el organizador.

Tras el éxito acaecido en estas dos ediciones, Márquez ya piensa en la tercera entrega del festival Folclore Vivo. “La idea es continuar, buscar más apoyos y bueno poco a poco ir trayendo grupos conocidos. La despoblación es un fenómeno contra el que es muy difícil pelear de forma unilateral, pero sí que estamos consiguiendo llamar la atención y esa es la idea. La cultura de un pueblo no se puede perder, porque es la que le da valor para que un día, quizá, pueda volver a repoblarse”, sentenció Márquez.