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Bronchales se convierte en una fiesta con la quinta edición del Festival Carabolas Bronchales se convierte en una fiesta con la quinta edición del Festival Carabolas
El espectáculo Oopart fue uno de los más multitudinarios de la jornada del sábado. I. Traver

Bronchales se convierte en una fiesta con la quinta edición del Festival Carabolas

Actuaciones circenses, de teatro, títeres y ‘clown’ hicieron las delicias de los más pequeños
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Saltos imposibles, una máquina del tiempo, danzantes, personajes que surgen de la naturaleza, juegos hechos con materiales reciclados, títeres... Los niños y niñas que acudieron al Festival Carabolas en Bronchales, pudieron disfrutar de todo esto y mucho más en una jornada donde no hubo espacio para el aburrimiento, y las actividades se sucedieron sin descanso.

Por quinto año consecutivo, la localidad se convierte este fin de semana en una auténtica fiesta donde familias de todas partes de la provincia e incluso de otras vecinas, inundan las calles de Bronchales para disfrutar de actividades como pasacalles, juegos, obras teatrales, circenses, de títeres y de clown. El sábado concentró la mayor parte de los actos, aunque Carabolas comenzó el viernes con la actuación Aragón ¡Má que historia! de Alfonso Palomares, en el pabellón del pueblo.

La jornada del sábado arrancó con un pasacalles del grupo Callejeatro y su espectáculo Riólogo, donde danzarines y personajes de la naturaleza vestidos con trajes de vivos colores y maquillajes de fantasía condujeron a los pequeños desde la Plaza Sopeta hasta las pistas deportivas. Allí les esperaba la compañía Tresperté con su función, Oopart. 

Una máquina del tiempo aguardaba en el centro de un gran semicirculo de sillas que no fueron suficientes para albergar a todo el público que acudió a ver el espectáculo. Del mencionado artilugio aparecieron cuatro viajeros que durante 50 minutos hicieron las delicias de los pequeños con su espectáculo circense. Con ayuda de un trampolín los artistas ejecutaron carambolas imposibles y poses de vértigo ante los ojos atentos de los niños y niñas. Los padres y madres tampoco se perdían detalle. 

“Venimos con los peques para que lo vean, pero a nosotros también nos gusta, es muy bonito  no solo para ellos sino para los adultos”, señala Lorena García. Ella y unos amigos llevan tres años viajando desde Teruel para disfrutar todos juntos del festival Carabolas.

Visitantes de toda España

Durante este fin de semana, Bronchales multiplica su población y quienes mejor lo saben son los propios vecinos y asiduos al pueblo. Encarna Gascón, veranea con su familia en Bronchales y aunque sus vacaciones terminaron la semana pasada y toda la familia tuvo que regresar a valencia, este fin de semana habían vuelto expresamente para el festival. “Hay mucha afluencia de gente estos días en bronchales, una barbaridad, además hace buen tiempo y eso propicia que venga más gente”, asegura.

En el caso de Jorge Viñeiro y su familia, era la primera vez que visitaban el Carabolas. Habían llegado recomendados por un amigo que como ellos, acudió desde Teruel para no perderse la cita. “Ya lo ves, los niños están encantados así que lo más seguro es que volvamos al año que viene y con más amigos”, apuntó.

Noveles en este festival eran también Juan López y su familia, que viajaron desde un pueblo de Guadalajara para pasar el día. “Es la primera vez que venimos. Vimos el festival anunciado y dijimos ah pues como está aquí al lado vamos y así visitamos también el pueblo, que no habíamos estado nunca”.

Más actividades por la tarde

Tras el descanso para comer, los actos se retomaron a las 16:00 horas con los juegos de Guixot de 8. Esta compañía transforma objetos reciclados del Punto Limpio en entretenimiento para los más pequeños, que no dejaron de probar todos y cada uno de los artilugios.

Casi al mismo tiempo, pero en el pabellón de la localidad, Tropos Teatro representaba el cuento de Caperucita Roja con títeres y mucho humor. De allí, niños y niñas de todas las edades partieron del pabellón para acompañar por las calles del pueblo a la compañía Campi qui Pugi y su espectáculo Rats, en el que unas simpáticas ratas, hicieron de las suyas mientras seguían la melodía de un flautista. 

La diversión continuó con el espectáculo de clown para toda la familia, Encontrando el equilibrio, de Monopájaroverde Circus Company donde sus ejercicios de funambulismo y de acrobacia dejaron boquiabiertos a los asistentes. Después, en el espectáculo Las Polis, dos policias trataron de convencer a los niños de que tenían todo bajo control mediante un despliegue de todas sus fuerzas, sin mucho éxito, por cierto.

De nuevo, el grupo Campi qui Pugi, asombró a los asistentes con el espectáculo Más allá del Bosque donde gigantescos personajes dirigieron al público hasta las pistas deportivas, donde la Compañía Capicúa y su espectáculo Koselig impresionó a todos con sus contorsionismos, sus bailes en un mástil, acrobacias aéreas y mucho más. 

La última actuación del día fue la de Borja Ytuquepintas con sus Sueños de Arena, donde la interpretación, la danza la música y los dibujos con arena se mezclaron para hacer pasar un rato mágico al público.

El festival terminó este domingo con el pasacalles de la compañía Caleidoscopio Teatro que recibirá el Premio Carabolas en el acto de clausura como reconocimiento a sus 35 años de trayectoria en los que han desarrollado más de 20 producciones propias, además de numerosos proyectos y producciones a nivel nacional e internacional.