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Joan Rovira, gerente de la empresa de juguetes Guixot de 8:“Jugando hemos aprendido la mayoría de las cosas que sabemos hacer las personas” Joan Rovira, gerente de la empresa de juguetes Guixot de 8:“Jugando hemos aprendido la mayoría de las cosas que sabemos hacer las personas”
Joan Rovira, responsable de la compañía Guixot del 8 e inventor de juguetes

Joan Rovira, gerente de la empresa de juguetes Guixot de 8:“Jugando hemos aprendido la mayoría de las cosas que sabemos hacer las personas”

“Yo ya tengo 65 años y podría jubilarme, pero no quiero porque creo que tengo el mejor trabajo del mundo”
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Los juguetes de Joan Rovira se elaboran en un taller de Taradell (Barcelona), pero viajan por todo el mundo con la compañía Guixot del 8. De hecho el pasado fin de semana llegaron hasta Bronchales, donde los niños asistentes al festival Carabolas pudieron disfrutar de ellos.

-¿Cuánto tiempo lleva dedicándose a esto?

-Hace 28 años que me dedico a inventar juegos. Hasta entonces yo tenía un trabajo que no requería cualificación, trabajaba en una fábrica de embutidos y le daba 13.600 golpes a una palanca en un día normal de ocho horas.

-¿Cómo empezó a elaborar estos juegos?

-La vida tiene casualidades y aproveché una de ellas. En el pueblo donde yo vivía antes, Tona, hacíamos una fiesta con juegos a la que llamábamos la Feria de la Peseta, porque como el ayuntamiento no colaboraba, la gente ponía una peseta para colaborar simbólicamente. Cuando llevábamos diez años con esto me llamaron para hacerlo en Rubí así que aproveché para ir y mostrar mis juegos. Además dio la casualidad de que por aquel entonces la empresa donde yo trabajaba cerró porque no funcionaba. También se dio la casualidad de que nos mudamos de nuestro  piso a una casa y entonces tenía más espacio para guardar los juegos.

-¿Qué tipo de materiales utiliza para hacer los juegos?

-Nosotros utilizamos siempre materiales reciclados que sacamos del Punto Limpio que hay en Tona y del que hay en Taradell que es donde ahora vivimos y tenemos el taller y todo eso.

-¿Los juegos los diseña todos usted?

-Los juegos no los diseño, los construyo. Yo hago un diálogo con el material, pienso, “¿Con esta pieza qué puedo hacer?, ¿Esta otra puede complementarlo?” y así. Es un dialogo con el material y un proceso de creación. A veces la idea original y el resultado final no tienen mucho que ver, pero no es un dibujo ni nada parecido. Utilizo poco el metro y voy probando...En definitiva hago un ejercicio de improvisación.

-¿Entonces los fabrica usted solo?

-Sí, en el taller solo estoy yo, luego tengo a más gente trabajando en la empresa, sobre todo en verano porque siempre estamos en tres o cuatro sitios a la vez y siempre vamos dos personas. Por ejemplo cuando dos de mis compañeros estuvieron en el Festival Carabolas, en Bronchales, yo estuve en Italia.

-Tengo entendido que ha llevado sus juegos a muchos países del mundo, ¿No es así?

-Sí, este año hemos estado en trece países distintos, todos europeos, pero en años anteriores hemos estado en Australia, Singapur, Corea, en la Guayana Francesa, Costa Rica, Honduras, República Dominicana, Perú y luego en toda la Europa occidental hemos estado en todos los países. Y este año hemos hecho Lituania y la República Checa también.

-¿Y cuantos juegos tiene para poder estar en varios países a la vez?

-Pues no se exactamente cuantos tengo, pero pueden ser unos 450 o así. Sabes que pasa, que yo quiero hacer el mejor juego del mundo y no lo consigo, pero tengo mucha paciencia y voy probando, por eso tengo tantos juegos. Quiero hacer uno que digas, “es el mejor juego del mundo”, pero de momento no lo he conseguido.

- Sin embargo, sus juegos gustan mucho allá donde van...

-Sí, es que tienen algo que los hacen atractivos. De primeras parecen fáciles y no lo son, pero tampoco son imposibles de resolver, tienes que esforzarte un poco. Al final es un reto y a la gente le gustan los retos. Y es que jugando hemos aprendido la mayoría de cosas que sabemos hacer personas: a andar, a hablar, a descubrir el mundo... Luego tienen también una parte de física y la física tiene poesía: la bola que pasa, que corre, se mueve, esto nos dibuja una sonrisa a la mayoría de mortales. Además son para niños pero también para adultos, porque para mi, en realidad, solo hay niños, algunos son bajitos y otros muy altos.

-¿Entonces continuará haciendo juegos hasta que de con el mejor del mundo?

-Mira yo ya tengo 65 años y podría jubilarme, pero no quiero hacerlo porque creo que tengo el mejor trabajo del mundo. Uno que me permite crear, me permite viajar, hacer amigos por el mundo, conocer gente extraordinaria y mientras la salud me lo permita quiero hacerlo siempre que pueda. 

Además, hace siete años compramos una fábrica donde recibimos visitas aquí en Taradell. Hay instalados un montón de juegos y otras cosas como un escrito de reflexión sobre la imaginación, una escultura de la creación, hay también un patio con enigmas... Y los niños de los colegios pueden venir para inventar sus propios juegos. De momento lo tenemos con cita previa, pero con el tiempo queremos que abra todos los días.