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Galería de fotos: Alcalá cumple con la tradición del dance a la Virgen de la Vega Galería de fotos: Alcalá cumple con la tradición del dance a la Virgen de la Vega
Alcalá volvió a danzar en honor a la Virgen de la Vega

Galería de fotos: Alcalá cumple con la tradición del dance a la Virgen de la Vega

La localidad celebra sus fiestas
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Cruz Aguilar

El Dance de Alcalá supone una importante prueba de fuego para sus protagonistas y no por la dificultad de los pasos, sino porque la mayor parte de las personas que les están viendo han subido al escenario “y si te equivocas, lo saben”, relataba ayer Vega Bandrés antes de salir a escena. Ella fue una de las seis niñas que, junto a dos niños, se vistieron de blanco inmaculado con adornos en rojo para honrar a la Virgen de la Vega, la patrona de Alcalá de la Selva.

En la actualidad el nombre de Vega está de moda y son muchos los padres que lo eligen para sus hijos en toda España. Pero en Alcalá de la Selva es un clásico desde hace décadas y solo ayer la mitad de las niñas que salieron a bailar (tres de seis) llevan el nombre de la patrona, cuya onomástica fue ayer y por la que los vecinos sienten un gran fervor.

Una de las tres Vegas que danzó es la nieta de Prudencio García, para quien estas fiestas son especiales: “Hoy lloro”, decía el orgulloso abuelo mirando a su nieta con los ojos encharcados. Aunque Vega Bandrés García no es la primera de la familia que se viste de blanco y rojo porque también lo hizo su tía Carlota García hace 32 años y, más recientemente, su primo Rubén. Está claro que lo lleva en la sangre y por eso “quería hacerlo desde chiquitita”, dijo ayer, fecha en la que sin duda cumplió uno de sus sueños. Su tía Carlota le aconsejaba que bajara el ritmo durante la procesión, “se baila mucho rato y no hay que dar tantos saltos” ya que si no resulta agotador, le explicó. Aunque el consejo más importante que le dio es “que lo disfrute”.

Los niños estaban un tanto nerviosos por si no les salían las frases, como planteó Martina Rajadel, o se caían, que es el temor que tenía Vega González. También los familiares, principalmente las madres, estaban tensos y varias de ellas no dejaban de dar indicaciones, antes de la actuación, sobre la colocación de la falda, las medias o los lazos. 

Toni Guillén fue uno de los niños que subió al escenario y lo hizo con un traje nuevo, impoluto, que le había cosido su propia madre. En la familia hay varios, porque sus primos ya bailaron y todos lo hicieron de estreno. Eso sí, según explicó su tía Rosa, será la última falda que cosan porque ya no les queda ningún niño para bailar.

El dance de Alcalá arranca con unas frases que recitan los propios niños: “A la Virgen de la Vega hoy le quiero bailar y con la voz de alegría le quiero cantar”, dijo la primera de las bailarinas. Aunque muchas frases son relativas al cariño que sienten los vecinos por la Virgen, también la despoblación se hizo un hueco entre las plegarias y una de las niñas le rogó “que más niños a este pueblo se vinieran a vivir”. 

Los dulzaineros de Alcalá fueron los encargados de poner la música del baile y también de animar a los pequeños: “Oye, que ni llueve ni nada, lo estáis haciendo muy bien, que otros años siempre llueve”, les dijo con humor uno de los músicos.

Después de los niños salieron a escena los pastores, tres jóvenes que serán los encargados hoy de recitar las loas, unas rimas graciosas en las que se hace alusión a los chascarrillos acontecidos en el pueblo en el último año y que suponen uno de los actos más esperados por los vecinos. 

Los encargados de cerrar el dance son siempre los embajadores, ocho jóvenes a caballo que hacen una breve representación y protagonizan una lucha que simboliza el enfrentamiento entre moros y cristianos. El encargado de que todo salga a la perfección es Jaime Ibáñez, que lleva 29 años vinculado a la fiesta. Primero lo hizo como embajador y luego como ayudante para los ensayos, que no siempre resultan fáciles, por un lado por el miedo a montar a caballo que tienen muchos y, por otro, por la dificultad para aprenderse la tonadilla: “Hay muchos que no la llegan a coger”, relató. Reconoce que el dance de la Vega está muy arraigado en Alcalá, “donde el 99% de la gente ha tenido un papel u otro”. Algunos, como su sobrino Alejandro Ibáñez han pasado por varios ya que fue danzante de niño y ahora es embajador a caballo. 

El dance de Alcalá de la Selva está documentado desde el siglo XVII ya que en un libro de esa época se explica que se bailó en la inauguración del nuevo Santuario de la Virgen de la Vega, concluido en 1751, “es el primer testimonio escrito que existe referente al dance”, comenta José Edo, que es uno de los profesores que se encargan de enseñar a los niños. 

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