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Hablar claro

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Cruz Aguilar

Los españoles estamos muy cabreados con el tema electoral –cuatro elecciones generales desde 2015– y, si pudiéramos votar hoy, posiblemente los resultados, desde el enfado, poco o nada tendrían que ver con los de abril. Al menos los de participación.
El panorama político ha cambiado, pero esto no es nuevo de ahora, ya ocurrió hace cuatro años. El bipartidismo en el que durante décadas vivimos anclados, ese en el que se cedían el bastón de mando entre unos y otros de forma alterna cada 4, 8 o 12 años, se ha acabado. En su momento todos lo aplaudimos, ahora ya hay quienes ven las consecuencias negativas de esto, pero los problemas derivados de esta situación  los crean los propios dirigentes, que son incapaces de negociar. Las mayorías absolutas en este país se han acabado y los políticos tendrían que asumirlo. Los españoles ya no somos de votar a A o B, sino que podemos apoyar en las urnas también a C, D o incluso E, que parecía hace una década impensable.  
Pedro Sánchez anunció que no había pacto sin ningún tipo de remordimiento y echó balones fueras cuando le preguntaron por las culpas.  Las encuestas le dan un ligero ascenso el 10N, pero que no será suficiente para evitar pactar con alguien. Si quiere llegar a Moncloa, tendrá que buscar apoyos para la investidura, del lado que sea. Y las sumas no variarán mucho con respecto a las que ahora le ofrecía la calculadora. 
Tal vez en Aragón sí haya cambios, porque en las pasadas elecciones hubo dos partidos que no se presentaron y que ahora podrían ser una buena alternativa para los aragoneses de ideología de izquierdas o de derechas Además, se trata de dos partidos que han demostrado su capacidad negociadora, de hecho en Aragón tenemos gobierno, y las opciones no eran fáciles. 
Sánchez ha pedido a los españoles “que lo digan más claro”. No sé cómo lo verán ustedes, pero yo considero que elegir a 123 diputados socialistas en un momento en el que hay cuatro fuerzas políticas con peso en España –además de los nacionalistas– es decirlo bastante claro… Posiblemente más claro de lo que, al menos a corto plazo, lo dirán nunca los votantes.