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La cantante Maria Berasarte actúa este jueves en la Fundación Amantes: “Reivindico la música al margen de géneros, un corsé que acaba matándola” La cantante Maria Berasarte actúa este jueves en la Fundación Amantes: “Reivindico la música al margen de géneros, un corsé que acaba matándola”
La vasca María Berasarte y el cubano Pepe Rivero forman ‘Delirio’

La cantante Maria Berasarte actúa este jueves en la Fundación Amantes: “Reivindico la música al margen de géneros, un corsé que acaba matándola”

Estará en San Pedro a las 19 horas junto a Pepe Rivero
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El ciclo de música 19 a las 19 de la Fundación Amantes traerá este jueves (19 horas) hasta la iglesia turolense de San Pedro el dúo formado por la cantante vasca María Berasarte y el pianista cubano Pepe Rivero. Del bolero al jazz, pasando por el fado o la música tradicional, la propuesta de Delirio es todo lo personal e intransferible que pueden ofrecer dos enormes músicos.

- ‘Delirio es un espectáculo muy sui géneris, muy especial... ¿en qué consiste?

- Es un espectáculo que cobra vida cada día. Surgió porque la pianista clásica Judith Jáuregui insistía mucho en que Pepe Rivero y yo teníamos que conocernos y hacer algo juntos, así que empezamos a trabajar cosas sin fijarnos en géneros, a mirar canciones que nos gustaban, sin más. Algunas venían del clásico, otras del bolero, del fado, con alguna canción que se nos había metido en la cabeza... Nos sentábamos al lado del piano y empezábamos a trabajar esos temas llevándolos a nuestro lenguaje, durante muchas horas. La base fundamental es un viaje a partir de nuestra genética, yo como vasca de madre gallega y él como cubano, y el hecho de que empezáramos sin expectactivas de grabar y con absoluta libertad hizo que se produjera la magia. 

- ¿Como puede cogerse jazz, bolero, fado, clásica y música de raíz caribeña y fundirla de forma que suene coherente?

- Porque no hacemos ningún género en realidad. La clave es que no estamos en ninguno de ellos. Yo reivindico la música como música y como expresión del alma de cada uno, pero no como género, porque es un corsé que mata el concepto de la música. No deja que respire porque si piensas en un género te condicionas, y la música es algo que va mucho más allá. Yo entiendo que la gente necesita saber o hacerse una idea de lo que va a escuchar, pero es mejor olvidarse de eso, y concentrarse en escuchar música, en vivir la experiencia. Mi género es cantar desde el cuerpo, que es el que me indica lo que yo tengo que hacer cuando Pepe está al piano. Por eso decía que Delirio cobra vida cada día, porque depende del entorno, del espacio, del público y de cómo nos sentimos. Entre los dos se establece una especie de performance, un riesgo emocional y musical que hace que sea especial cada día y que tenga sentido que Pepe y yo sigamos juntándonos, porque música ya hacemos cada uno de nosotros por separado. Este es el permiso que nosotros nos damos juntos. 

- ¿Interpretan versiones o temas propios?

- Hay algún tema propio pero casi todo son versiones, picoteando de muchos sitios. Pero ya te digo que no tratamos de repetir, ni de cambiar, ni de adaptar, sino sencillamente de jugar con la música. 

- ¿En qué se han basado para seleccionar el repertorio?

- Como lo hicimos todo al revés, sin pensar en un disco o en un proyecto concreto que tuviéramos que intelectualizar, lo que pasó es que cada uno propusimos canciones que nos gustaban o que significaban algo para nosotros en lo personal, en plan brainstorming. 

- ¿Cómo será el concierto que podremos disfrutar este jueves en San Pedro?

- Hay espacios que por acústica te permiten jugar más en una dirección o en otra, y nuestro espectáculo tiene muchos momentos intimistas pero también muchos contemporáneos de mucha tensión, sombras y luces. Nos gusta arriesgar con los sonidos oscuros y luminosos que crean contrastes. Podría pensarse que es un concierto intimista porque solo somos dos, pero no creo que lo sea. Tiene puntos salvajes y primitivos, otros dulces y susurrantes y otros que tienen que ver con la pureza infantil. Quizá la característica que lo podría definir es la de visceral. 

- ¿’Delirio’ se dirige a un público sibarita, a oídos educados hambrientos de alimento?

- Nos dirigimos a todo el mundo. Es verdad que hay públicos que entenderán con mayor velocidad la parte más académica de la música, pero en realidad nosotros lo ofrecemos como si fuera una experiencia, como si fuesen momentos de vida. Se habla de la muerte, de la locura, de los sueños, del desamor, del sexo, de la libertad... todo está allí metido. Delirio es muy humano, y a veces el que sabe mucho de música está más pendiente de lo que está escuchando que de lo que está pasando, que realmente es lo importante. 

- Delirio como proyecto musical tiene cerca de tres años de vida. ¿Todavía tiene recorrido?

- Sí, porque el primer año empezamos a trabajar, después empezamos a grabar, presentamos el disco... Digamos que en su primera época no fue algo prioritario para ninguno de nosotros dos. Pero nos hemos dado cuenta de que nos gusta mucho trabajar juntos y notamos que pasan cosas, y nos apetece seguir adelante. Delirio nos sirve un poco como laboratorio personal, porque cambia nuestra forma habitual de trabajar y nos permite avanzar. Para nosotros es como oxígeno, como I+D. 

- ¿Eso se materializará en un segundo disco con Pepe Rivero?

- Seguimos trabajando nuevas canciones cada vez que tenemos ideas nuevas, pero siempre como dejando mucho espacio. Creo que Delirio va a tener de por sí una continuidad, pero no lo estamos empujando como un objetivo musical, precisamente porque lo que queremos es cuidarlo en esa dirección. Pero sí que estamos activos y seguimos creando cosas juntos.