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La minería del carbón de Andorra deja su impronta en el CDAN de Huesca La minería del carbón de Andorra deja su impronta en el CDAN de Huesca
La exposición, que podrá verse en el CDAN de Huesca hasta el 12 de enero, repasa la historia y el arte inspirado en la minería en diferentes lugares del mundo

La minería del carbón de Andorra deja su impronta en el CDAN de Huesca

El Centro de Arte y Naturaleza organiza una muestra de arte inspirado en la actividad extractiva
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Varias piezas, fotografías y documentos de la colección del Museo Minero de Andorra-Sierra de Arcos forman parte de una exposición que, con el título Cielos Abiertos. Arte y procesos extractivos de la tierra, se inauguró el pasado jueves en el Centro de Arte y Naturaleza de Huesca (CDAN) y que permanecerá hasta el 12 de enero.

La muestra presenta una serie de documentos que invitan a reflexionar sobre el impacto de la industria minera en la tierra, el paisaje, el medio ambiente, la sociedad y la economía. La pertinencia de esta exposición y de esta reflexión deriva del hecho de encontrarnos en un periodo de la historia, un modo de producción económico y un sistema de vida social que toca a su fin con la descarbonización y su sustitución por las energías renovables. Esa desaparición también conllevará la desaparición del arte relacionado con esta minería del carbón. 

Cielos abiertos. Arte y procesos extractivos de la tierra es una muestra que reúne 36 artistas de todo el mundo y 30 obras agrupadas en torno a varias secciones temáticas (Historia, Proceso, Humano, Minas y Reconversión), junto a un caso de estudio dedicado a las Cuencas Mineras de Andorra, escrito por María Luisa Grau Tello. La cuenca andorrana comparte protagonismo en la muestra con otras situadas en Bolivia, Chile o Sudáfrica. 

 Enmarcada en el Festival Periferias 20.0 Raíces y cables, la exposición intenta ofrecer una mirada poliédrica, diversa, múltiple y a veces, antagónica en los contenidos de unas obras que reflexionan sobre la relación entre la naturaleza y la tecnología, la ecología y la ciencia o el pasado y el futuro. Desde el punto de vista formal la exposición incluye obras en disciplinas como el dibujo, la fotografía, el vídeo, la escultura o la instalación. “En el siglo XIX, a partir de la pintura realista, hubo mucho interés por el medio de vida del minero y, más adelante, con la introducción de la fotografía, el aspecto documental y la literatura tuvieron protagonismo”, destacó el director del CDAN, Juan Guardiola, “la representación artística de la industria minera abunda en el arte moderno y nosotros lo que hemos hecho es dar una visión contemporánea, diversa y antagónica que permita ver la minería desde diferentes prismas”.

El Museo Minero de Andorra, MWINAS, ha cedido dos piezas principales de su exposición permanente para que sean expuestas en el CDAN de Huesca. La primera es una maqueta de gran tamaño de la Corta Alloza, cedida en su día por Endesa y que se utiliza para que los visitantes comprendan la técnica de explotación minera a cielo abierto mediante la técnica de transferencia de paneles, antes de visitar los  terrenos restaurados. La segunda pieza turolense es una maqueta  de la estación del ferrocarril minero de Andorra, donada en 2013 por Antonio Meseguer con motivo de la celebración del 60 aniversario de la inauguración del Ferrocarril minero  Andorra-Escatrón. 

Además el Museo MWINAS de Andorra ha cedido temporalmente para ser expuestas una colección de fotografías aéreas, realizadas por el piloto y fotógrafo turolense Arturo Polo, de las explotaciones  a cielo abierto de Endesa en la Val de Ariño y en Gargallo, que forman parte de los fondos del museo.  En la exposición también estarán reproducidos varios documentos del Fondo Encaso, principalmente planos del poblado minero de Andorra, que se custodian en el archivo del museo minero. 

Los contactos para esta cesión de materiales se iniciaron la pasada primavera tras la visita del director del CDAN a la comarca turolense para presentar el proyecto Paisajes urgentes: cambio climático y cambio social sobre paisajes del siglo XXI  en el que está trabajando el centro oscense, momento que aprovechó para conocer el museo y las explotaciones a cielo abierto de la Val de Ariño, así como otros espacios mineros de la provincia. 

Territorio

Junto a las piezas expuestas la exposición del CDAN cuenta con un interesante caso de estudio, dedicado a las cuencas mineras de Teruel. En él, la andorrana María Luisa Grau Tello, conservadora del IAACC Pablo Serrano y miembro del grupo Observatorio Aragonés de Arte en la Esfera Pública, estudia la actividad minera en la provincia turolense a través de documentación y desde dos ámbitos: el paisaje social generado por la minería en Andorra, centrado en la figura del minero, el poblado que comenzó a levantarse en 1950 sobre 171.404 metros cuadrados de terreno, destinado a las viviendas de los trabajadores, y la labor social desarrollada por la Empresa Nacional Calvo Sotelo (ENCASO); y el paisaje artístico derivado de la actividad minera con los casos de la mina a cielo abierto de Estercuel y los programas creados por Diego Arribas en Ojos Negros.

En sus conclusiones, Grau Tello establece que el paisaje social de Andorra quedó determinado decisivamente por setenta años de actividad extractiva. “Y así, además de motor económico, el negro carbón, tras colonizar las entrañas de los hombres a través de sus pulmones y su piel, ha terminado por convertirse en parte de la identidad andorrana, que hoy se derrumba ante las nuevas políticas medioambientales”.

Grau señala que la minería trajo el poblado, urbanizado con servicios con los que no contaba la propia localidad, nuevos colegios, la bonanza económica y la oportunidad de acceder a un futuro mejor por medio de becas para estudios universitarios, pero también la falta de iniciativa por parte de la población, derivada del excesivamente beneficioso paraguas que ofrecía la empresa. “Al lastre que suponía esta dependencia se ha sumado la política medioambiental de la Unión Europea, cuyos orígenes se sitúan paradójicamente en la Comunidad Europea del Carbón y del Acero, que ha conducido al fin de esta próspera etapa: el 30 de junio de 2020, Andorra asistirá al cierre de la central térmica y al comienzo de una nueva realidad ante la que se surgen interrogantes provocados por una incierta alternativa de futuro”.