Síguenos
Teresa Falls, psicóloga: “Con cáncer la emoción estrella es el miedo y hay que mirarle a la cara” Teresa Falls, psicóloga: “Con cáncer la emoción estrella es el miedo y hay que mirarle a la cara”
La psicóloga Teresa Falls durante su visita a Teruel donde habló de herramientas positivas ante el diagnóstico de cáncer

Teresa Falls, psicóloga: “Con cáncer la emoción estrella es el miedo y hay que mirarle a la cara”

La experta asegura que el optimismo y la esperanza son importantes para enfrentarse a la enfermedad
banner click 244 banner 244

La prestigiosa experta en psicología positiva y coach Teresa Falls impartió esta semana la charla Herramientas positivas para elementos negativos, cuáles son las principales cuando aparece el diagnóstico de un cáncer, organizada por la Asociación Española contra el Cáncer de Teruel.

-¿Cuáles son las principales herramientas positivas cuando aparece el diagnóstico de un cáncer?

-La psicología positiva es una ciencia con rigor e investigación, entender que no podemos solo enfocarnos en lo negativo porque si no se hace muy complicado salir de esa situación. La ciencia de la psicología positiva no es decir: Todo es positivo, que del cáncer salimos con una sonrisa y estamos divinas de la muerte sino que es un enfoque realista, no solo vamos a enfrentarnos a lo que tenemos de negativo sino sumarle esa parte positiva, que es como desarrollamos la resiliencia, que es esa capacidad que tenemos los humanos de volver a levantarnos una y otra vez. Yo pasé un cáncer de mama hace dos años y medio y quedaron efectos secundarios. Entonces no es cuestión de volver a lo que éramos antes sino de reconstruir y construir algo nuevo con lo que nos ha ocurrido.

-¿Qué es lo primero que se debe hacer?

-Lo primero es trabajar la regulación emocional, cómo afronto esta situación. La emoción estrella es el miedo. Obviamente no podemos empezar a hacer intervenciones positivas con alguien a quien le acaban de diagnosticar un cáncer de mama pero sí ayudarle a entender lo que es una emoción y qué hacemos con esas emociones. Una emoción es como una descarga fisiológica que nos está comunicando algo y lo somatizamos. Mi madre falleció con 42 años de cáncer de mama y el miedo que surge es: Oye, que puedo morir. 

-¿Y cómo hay que enfrentarse a ese miedo?

-Tenemos que mirar al miedo a la cara. Si no lo escuchamos nos va a crear más sufrimiento del que ya conlleva la enfermedad. Aprendemos a gestionar el miedo. En mi caso, lo primero que me pregunté y con el historial que tengo de mi madre, mis dos abuelas, un tío con... ¿Qué es lo peor que me puede pasar? Me puedo morir. Ante eso dije: si me toca morir, en qué tengo que estar enfocada, pues en morir bien e irme en paz. Eso para mí fue fundamental. Entiendo que otras personas no se enfrentan al concepto de la muerte tan en seco y tan rápido pero era algo que yo tenía que hacer. Enfrentarme a lo que puede ser una realidad pero si exagerar porque siempre mantenemos, y esta es la parte de psicología positiva, esa visión optimista. No es una visión de me voy a curar porque lo digo yo, porque sabemos que es una enfermedad que cuando decide que te vas, te vas. Pero sí es: sigo el tratamiento porque tengo fe y confianza en que voy a seguir para adelante y voy a seguir viviendo. En realidad todas las emociones son positivas, tienen una función adaptativa. El miedo es para decirte: tienes que ir al oncólogo, tienes que seguir un tratamiento. El miedo es bueno y es sano. Otra cosa es que nos domine y nos paralice.

-¿Y las emociones positivas?

-Las emociones positivas son el pegamento de las relaciones sociales. En estos momentos qué es lo que más nos ayuda, el apoyo social. Eso es fundamental. Esto es algo que vamos construyendo toda la vida. Cuando caes y es duro y duele un montón lo que te saca es ese apoyo social. Hay que buscar esas personas de tu entorno.

-¿Cómo se pueden fomentar esas emociones positivas?

-La gratitud es fundamental. Recuerdo que la quimio la pasé muy mal, vomitando mucho y mi marido me decía te ha llamado tal y tal y me podía a pensar en esa persona. Me ponía a recordar momentos que habíamos vivido de felicidad y la gratitud que sentía hacia a ellos porque se acordaban de mí, porque me estaban apoyando en un momento tan complicado. A la vez lo llevaba al futuro y pensaba: Cuando me ponga bien voy a hacer esto y esto con esta persona. Y lo he hecho. Amor es otra de las grandes emociones positivas es más, es la emoción positiva que engloba a todas. Muy importante es focalizar, controlar a dónde va tu atención.

-¿Cómo se puede hacer eso?

-Hay herramientas que podemos utilizar para conjugar nuestra vida en pasado, presente y futuro. Qué está en el pasado: esa parte de gratitud, está la resiliencia. Si somos capaces de pensar qué momentos de adversidad he pasado en mi vida y fui capaz de salir de ahí, pues de esta salgo también. Si tuviera que dar un consejo diría: paso a paso, momento a momento, día a día.  Otra herramienta es el optimismo, esa creencia de que hay un mejor mañana, de que esto no va a durar para siempre, de que el proceso acabará y podremos empezar a hacer cosas que no hemos podido. El optimismo es rasgo de personalidad pero se puede trabajar. Está muy ligado a otra herramienta muy potente que es la esperanza que es una emoción positiva que vivimos en momentos negativos.

-¿Por qué es tan importante?

-Porque vamos llenando un tanque, por un lado, todo el tratamiento y después cuando nos enfrentamos a la vida real de que no tienes la energía que tenías antes, movilidades, dolores crónicos... Llenar ese tanque con cositas positivas es importante. No son grandes cosas pero sí son grandes cosas: es ese café con una amiga, ese whatsapp de emoticonos de un colega... Es importante trabajar esa parte positiva sin ignorar lo negativo porque nos abre la mente y nos ayuda a buscar otras alternativas, otras salidas, otras soluciones y nos evita el entrar en la indefensión aprendida 

-¿Qué es esto?

-Es cuando la persona se rinde y dice, para qué voy a ir si esto no me está funcionando o para qué voy a ir si los efectos secundarios son bestiales.

-Usted es psicóloga pero no todas las personas a las que diagnostican un cáncer lo son. ¿Es importante buscar la ayuda psicológica?

-Eso es lo bueno de la AECC. Aquí tenéis un equipo fabuloso. Hay que buscar apoyo profesional y en tu entorno familiar. El ser humano somos resilientes. La mayoría de las personas gestionan las adversidades como vienen pero si nos hace falta hay grandes profesionales ahí afuera que nos ayudan. Yo también he acudido. He tirado mucho de compañeros en momentos en los que te abruma todo. No hay nada de qué avergonzarse. Si te duele la garganta vas al médico.

-Pero ir al psicólogo cuesta más.

-Sí, por el estigma. Pero siempre digo que todo lo que sea facilitar el proceso, vamos a por ello, porque ya suficiente sufrimiento trae el proceso en sí.

-¿Cómo pueden ayudar las personas del entorno?

-Yo diría: Escucha, practica mucho la escucha activa. No son grandes soluciones. Son cosas muy simples. Si tienes a un ser querido que está pasando por un cáncer, llámale, acompáñale, llévale una comida, ofrécete a llevarle los hijos al colegio. Facilitar la vida. Son esas simples cosas que agradecemos muchísimo porque lo que nos hace falta es que nos ayuden a facilitar nuestro día a día. Hay momentos que, simplemente, sentada le coges de la mano, en silencio.