El Arquillo pierde dos hectómetros cúbicos de agua respecto a 2018, pero está al 80% de su capacidad

El embalse del Arquillo de San Blas ha iniciado el mes de noviembre al 80% de su capacidad, aunque tiene 2 hectómetros cúbicos menos de agua de la que tenía hace un año por estas mismas fechas. La presa dependiente de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) se ha convertido en un lugar muy visitado los fines de semana, no solo por turolenses sino por turistas que están de paso por Teruel, como volvió a ponerse de manifiesto durante el pasado fin de semana.

El Arquillo tiene almacenados actualmente 16,78 hectómetros cúbicos de agua, lo que representa exactamente el 79,9% de su capacidad. Es un buen nivel para esta época del año y se encuentra entre los más altos desde comienzos de siglo, pero está por debajo de los datos registrados en estas mismas fechas hace un año.

A principios de noviembre del año pasado, el Arquillo tenía almacenados 18,81 hectómetros cúbicos de agua, cuando su capacidad total es de 21, lo que lo situaba al 89,4% de su capacidad. Este mes de noviembre lo ha iniciado con 2 hectómetros cúbicos menos de agua de los que tenía hace justo un año.

Las diferencias se deben a que las lluvias no están siendo las mismas que el año pasado, con un otoño poco lluvioso de momento. El Arquillo se trata, no obstante, de un embalse que a poca precipitación que haya se llena rápidamente, como así sucedió en la primavera del año pasado tras la fuerte sequía que se vivió en 2017, que provocó que el Arquillo llegase a sus niveles más bajos y prácticamente se secase.

De hecho, en noviembre de hace dos años el embalse tenía solo 3,69 hectómetros cúbicos de agua embalsada, situándose a tan solo un 17,54% de su capacidad. La situación actual es bien distinta al encontrarse a casi el 80%, que es el sexto nivel más alto del pantano en el mes de noviembre desde el año 2000.

Desde que hace una década se acondicionara el paseo fluvial del Guadalaviar desde el barrio pedáneo de San Blas, con 3 kilómetros de recorrido, este enclave natural se ha convertido en un atractivo turístico, puesto que además de los turolenses que acuden a recorrerlo habitualmente, cada vez está más frecuentado por turistas.

Una familia de Barcelona que visitó Teruel el pasado fin de semana con motivo de la festividad de Todos los Santos y que recorrió el paseo fluvial el pasado domingo, comentó que estaban “maravillados” del lugar y que les extrañó que tan cerca de la ciudad hubiera un sitio así para pasar la mañana.