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El poblado de Calaceite que casi se pierde en un trabajo agrícola se suma a la Ruta de los Iberos El poblado de Calaceite que casi se pierde en un trabajo agrícola se suma a la Ruta de los Iberos
Trabajos de limpieza del yacimiento de Vall de Cabrera de Calaceite

El poblado de Calaceite que casi se pierde en un trabajo agrícola se suma a la Ruta de los Iberos

Vall de Cabrera es un yacimiento de la Edad de Hierro de unos 1.000 metros
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Lo que pudo ser un desastre ha terminado siendo su salvación. El pasado mes de agosto, los movimientos de tierra realizados en una finca agrícola causaron el desplazamiento de algunas de las grandes losas que conforman los muros de cierre del yacimiento ibérico de Vall de Cabrera, un asentamiento de pequeño tamaño situado en el término municipal de Calaceite que estaba completamente olvidado. El aviso de  lo ocurrido por un ciudadano del pueblo ha terminado salvando del abandono este pequeño enclave de la Edad del Hierro de menos de 1.000 metros cuadrados que el Consorcio Patrimonio Ibérico de Aragón se propone incorporar a la Ruta Iberos. 

Los trabajos de limpieza y desbroce de maleza, vegetación y otros restos llevan una semana en marcha, y esta semana empieza la consolidación, dirigida por el arqueólogo José Antonio Benavente y promovida por el Consorcio Patrimonio Ibérico de Aragón y el departamento de Patrimonio de la Comarca del Matarraña.

La recuperación de Vall de Cabrera pone en evidencia la enorme riqueza arqueológica del Matarraña, donde es extraño el año en el que no se realiza algún nuevo descubrimiento. Sin ir más lejos, el pasado mes de abril, la institución comarcal dio a conocer  los trabajos que había llevado a cabo en cinco túmulos funerarios ubicados en el término municipal de Mazaleón y donde se habían hallado restos humanos de al menos dos individuos en dos tumbas de su necrópolis altomedieval. Los análisis por el método del Carbono 14 de los restos están pendientes.

Vall de Cabrera de Calaceite era un yacimiento conocido desde que en 1915 lo excavó el arqueólogo catalán Pere Bosch Gimpera. Sus escasas dimensiones y la falta de recursos para poner en valor todo el patrimonio arqueológico de época ibérica que hay en la zona lo condenaron a la indiferencia hasta que el descuido de este agricultor ha hecho que los ojos de la administración y de las instituciones que cuidan y mantienen el patrimonio se posen otra vez sobre estas piedras. 

Hoy empiezan los trabajos de consolidación de estructuras. Desde la semana pasada se ha llevado a cabo una limpieza de lo que son unas cuantas viviendas ibéricas de los siglos VII y VI antes de Cristo. Según la técnico de Patrimonio de la Comarca del Matarraña, Ana Casasús, “es un poblado pequeño en dimensiones, que presenta una distribución parecida a la de Escodines Baixes de Mazaleón, y con una pequeña intervención se puede valorizar”, añadió.

La consolidación continuará durante semana y media. Hasta ahora se ha retirado la vegetación y limpiado las ramas bajas de los árboles que con el paso de los años han crecido dentro del yacimiento. “Recuperaremos todos los mampuestos caídos de los muros y estructuras existentes para su utilización en posteriores trabajos", apuntó José Antonio Benavente.

Al parecer, el yacimiento no va más allá de lo que ya excavó Gimpera a comienzos del siglo XX. No se observa, según comentó el arqueólogo, "la presencia de más niveles arqueológicos susceptibles de excavación, ya que parece que esta se realizó completamente, llegando en toda la extensión de la zona excavada hasta el suelo de roca natural". En cualquier caso, "con la limpieza veremos si es así o no”.

Estos trabajos que se inician esta semana evitarán producir afecciones a estructuras o materiales que puedan aparecer.

La brigada de limpiezas forestales y medioambientales de la institución comarcal ha realizado las primeras intervenciones. Este equipo lleva ya varias colaboraciones con el Consorcio Patrimonio Ibérico de Aragón. En los últimos años, esta brigada se ha hecho cargo de la limpieza y mantenimiento de todos los yacimientos de la Ruta Iberos de la Comarca del Matarraña, así como de la consolidación y desbroce de los túmulos funerarios que se han encontrado en Cretas, Arenys de Lledó y Torre del Compte. Han intervenido en la necrópolis del Cementiri de Torre del Compte, en los túmulos de San Cristóbal de Mazaleón, en la Ruta de los túmulos funerarios de Cretas y Arens de Lledó o en las limpiezas efectuadas en el yacimiento de Els Castellans, situado entre Cretas y Calaceite, en el que se actuará el año que viene gracias a un proyecto que lidera el Museo de Teruel.

Iberos, túmulos y necrópolis de varias etapas históricas

El Consorcio Patrimonio de Aragón quiere incorporar Vall de Cabrera dentro de la nómina de yacimientos de la Ruta Iberos del Bajo Aragón. No en vano, su pequeño tamaño y su excelente ubicación son dos aspectos que juegan a su favor. Al tratarse de un poblamiento de unos 1.000 metros cuadrados, se puede acondicionar con un presupuesto asumible. Asimismo, “Vall de Cabrera se sitúa en el camino de la Ruta Iberos que va hasta el Tossal Redó”, comentó Casasús, lo que es otro aliciente para su puesta en valor.

En cualquier caso, los trabajos de consolidación que se lleven a cabo durante los próximos días no serán suficientes. “No se cubrirá en esta fase toda la superficie, pero la completaremos en 2020”, añadió la técnico. 

La Comarca del Matarraña ha apostado por la recuperación del patrimonio ibérico como recurso turístico. Recientemente puso en marcha la Ruta de los túmulos funerarios, que fue señalizada, además, como un Pequeño Recorrido (PR). “La ruta es muy interesante, porque tenemos varios túmulos además de unos grabados sobre la roca de la zona de Mas d’en Jerra”, explicó Casasús.

El próximo siete de diciembre, la institución comarcal presentará una ruta en la que se incluyen los túmulos funerarios de Mazaleón y la necrópolis altomedieval en la que se encontraron unos restos humanos, cuyo análisis antropológico continúa todavía pendiente.