El grupo Avanzamos alerta de la soledad que sufre parte del colectivo de la discapacidad

Desde las adolescentes de Villarquemado que se enteraron de la cita por Instagram hasta las familias de la Peña el Pitorreo de Manzanera que cada año acuden a correr,  pasando por las decenas y decenas de familias turolenses que asisten con amigos, otros familiares o incluso sus mascotas. Todos tienen cabida en la Carrera de la Discapacidad, que celebró su XVI edición con una participación cercana a las 3.000 personas y que fijó el punto de mira sobre la soledad no querida que afecta a parte del colectivo.

Se trata de una prueba no competitiva de carácter solidario que este año ha puesto el acento sobre la soledad involuntaria que sufren numerosas personas con discapacidad. En el manifiesto, leído por Alba Escuín, de la Fundación DFA (Disminuidos Físicos de Aragón) se hablaba del “aislamiento social y de separación de la vida en comunidad” a los que se enfrentan de forma cotidiana las mujeres y los hombres con discapacidad. Las causas están en la falta de accesibilidad de los entornos, la ausencia de apoyos para una autonomía personal o el hecho de residir en medios con escasez de recursos, como el rural Pero también, leyó Escuín, en “la pervivencia de actitudes reticentes y negativas sobre el valor de las personas con discapacidad”. 

A través del comunicado, el colectivo reclama políticas públicas que posibiliten “estrategias adecuadas para mitigar el aislamiento social que devasta a las personas con discapacidad”.

Tras la lectura del manifiesto, la joven comentó que las personas con discapacidad se enfrentan día a día a numerosas dificultades, entre las que destacó los problemas que tienen para encontrar trabajo o el simple acceso a los establecimientos comerciales. “En la apertura de nuevos establecimientos, dan los permisos sin estar adaptados”, lamentó. Por otro lado, habló de la necesidad de contar con actividades de ocio propias para el colectivo, pero también de favorecer la participación de las personas con discapacidad en los actos lúdicos organizados para el público en general.

En este sentido, Mila Herrera, que es la responsable de comunicación de Atadi (la Agrupación Turolense de Asociaciones de Personas con Discapacidad Intelectual), precisó que la Carrera de la Discapacidad está pensada para que puedan participar en ella todas las personas, incluidas las familias con carritos o las personas que se mueven con silla de ruedas.  

Precisamente Herrera incidió en que el objetivo que se persigue con la carrera es dar “visibilidad las distintas discapacidades y lo diversos que somos como sociedad”, dijo. La responsable hizo hincapié en la gran participación de los ciudadanos, pero también destacó que los establecimientos y comercios se han volcado con la donación de productos y servicios. 

El recorrido, de 1,2 kilómetros, tuvo como punto de partida y llegada la plaza de San Juan y discurrió por la calle de San Juan, la plaza del Torico, la calle del Tozal y La Ronda. La participación fue tan grande que aún no habían salido los últimos cuando comenzaron a llegar los más rápidos, porque la carrera se podía hacer andando, pero también corriendo.

Entre esos primeros estaba Carlos Martín, un chaval que corre en el Club de Atletismo Caja Rural y que acudió con sus amigos para hacer el itinerario juntos y entrar de la mano en la línea de meta. 

Más despacio hizo la carrera, Mari Cruz Catalán, que participa desde hace cinco años “por colaborar” y lo hace incluso los años en los que trabaja y no puede acudir a la cita, para la que siempre se saca el dorsal.

También Esther es una habitual en  el evento deportivo de la discapacidad y acudió junto a sus hijas María y Sara para “colaborar con el dinero del dorsal, que va destinado a poder ayudar a estas asociaciones”. La mujer destacó que se trata, junto a la del cáncer, de la carrera más multitudinaria de las que se hacen en la capital turolense.

Quien se estrenó fue Blanca Gómez aunque eso sí, acudió muy bien arropada por prácticamente todas las mujeres de su familia: su hija, su madre, su prima y hasta su cuñada. Pasaron toda la mañana en la plaza de San Juan, bailando a ritmo de zumba y de batucada. 

Ainhoa Torres se desplazó con sus amigas desde Villarquemado tras enterarse por Instagram y estaban encantadas con la experiencia, tanto que ya anunciaron que volverán. 

Desde Manzanera llegó Consuelo Durbán, cuya hija trabaja en Atadi y que es capaz de movilizar, desde hace ya varios años, a una treintena de personas de la Peña El Pitorreo. 

La carrera la organiza el grupo Avanzamos, que está formado por cinco asociaciones, Anudi (Asociación de Personas con Discapacidad Nuevo Día), Asapme (Asociación Aragonesa Pro Salud Mental), Atadi, Atpansor –Asociación Turolense de Padres y Madres de Niños Sordos– y  Fundación DFA. 

Para que todo el mundo participara en igualdad de condiciones hubo avituallamiento también para intolerantes al gluten, algo que agradecieron los afectados porque, como apuntó Marta Lafuente, cuya hija es celíaca, “ayuda a que se sientan como los demás, más integrados”, dijo. Desde el puesto indicaron que habían preparado 150 raciones , aunque esperaban que no hubiera demanda para todas ellas pero, como aclararon, “si sobra no pasa nada porque los demás también lo pueden comer”. 

Emma Buj, alcaldesa de Teruel participó en la carrera con su familia y destacó la elevada asistencia de los turolenses. Concretó que en la ciudad hay censadas unas 36.000 personas de las que, si se descartan ancianos y bebés, los 3.000 corredores suponen en tono a un 10% del total. 

Buj reconoció que cada día hay una mayor sensibilidad con este colectivo y destacó el esfuerzo realizado desde el Ayuntamiento por la accesibilidad. Indicó que no solo afecta a las barreras arquitectónicas, lo más complejo de solventar, sino también a otros ámbitos y puso como ejemplo la señalética de accesibilidad cognitiva que están colocando en las instalaciones deportivas y que facilita la comprensión para las personas con discapacidad mental. 

En opinión de la responsable municipal, Teruel debe de ser una “ciudad integradora” donde todas las personas “puedan llevar su vida con total normalidad”. 

Ademas de la carrera propiamente dicha, durante toda la mañana se llevaron a cabo actividades lúdicas, como la exhibición de zumba de Dance Fitness Mudéjar o la batucada de Punkadeira. Por otro lado, entre todos los asistentes se sortearon premios donados por comercios turolenses. La carrera contó con el patrocinio del Ayuntamiento de la ciudad y de la Caja Rural de Teruel