Casi todos llevamos ya las notificaciones de nuestro email en el móvil, y he de confesar que estos últimos días han sido estresantes. ¿A quién no le han llegado estos días unos cuantos mails (unos cuantos significan bastantes) anunciando el tan esperado Black Friday?
Las típicas tiendas donde compras en internet pues puede ser normal, incluso Amazon o Mediamarkt como no, unos clásicos de estos días, pero es que me han llegado ofertas inverosímiles: supermercados anunciando un Black Friday de latas de atún o café molido, o hasta una oferta de no sé que compañía de luz y gas por el Black Friday.
Todos sabemos que nuestro móvil nos escucha, y nos pueden enviar ofertas de ese viaje que acabo de hablar con un amigo, o de los pañales que me acaba de mandar comprar mi mujer, aunque cierto es que con el tema de la luz y gas van a tiro hecho, de eso se escapa muy poca gente.
Volviendo al Black Friday, realmente sería sólo un viernes, pues de eso nada, ahora es la Black Week, porque claro en un día solo no da tiempo, y menos en viernes, que aquí en España la agenda de los viernes está muy cargada. Por si acaso después de los cientos de ofertas y mails no te has enterado, llega el Ciber Monday, toma ya, más ofertas, por si te falta atún para la ensalada.
Luego hablamos de la cuesta de enero, pero es que la empezamos a subir sin darnos cuenta en esta época, con todas las Navidades por delante, las cenas de empresa, de amigos, de familia, los regalos de Papá Noel y Reyes…, estos días de ofertas imparables son una trampa para nuestra economía que dan rienda suelta a nuestro consumismo desenfrenado.
Muy pocos son los que se resisten a comprar estos días, claro con esas ofertas en café molido quien se aguanta, pero ya puestos a gastar, prefiero lo que tenemos de andar por casa, la Noche en Blanco, la Feria de Saldos y Oportunidades, o la Feria del Stock , no dejan de ser unos Black Friday turolenses y por lo menos el dinero se queda en casa.