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El fotógrafo turolense Pedro Javier Pascual publicará su primer libro en la próxima primavera El fotógrafo turolense Pedro Javier Pascual publicará su primer libro en la próxima primavera
Imagen del fotógrafo turolense Pedro Javier Pascual

El fotógrafo turolense Pedro Javier Pascual publicará su primer libro en la próxima primavera

Las mariposas, protagonistas
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“La fotografía, como sabemos, no es algo verdadero. Es una ilusión de la realidad con la cual creamos nuestros propio mundo privado”. La frase es de Arnold Newman, el retratista norteamericano que acuñó el concepto del retrato ambiental, aunque podría haberla firmado el turolense Pedro Javier Pascual. Newman enseñó al mundo que un retrato podía explicar mejor a alguien empujando su rostro hacia un rincón de la composición, y Pascual es capaz de construir una ficción visual a partir de elementos reales que todos tenemos delante de la cara. 

La frase de Newman resume a la perfección el espíritu de Alas de Papel, el primer libro de fotografía de Pedro Javier Pascual que aparecerá a finales de abril de 2020. La obra incluye ese aforismo, otros de fotógrafos de todo el mundo y cerca de siete años de trabajo en el campo de la fotografía de proximidad, con las mariposas y los insectos como principales protagonistas. 

Recientemente Alas de Papel superó una campaña de crowfunding en la que recaudó más de 5.000 euros por encima de la cifra de 8.000, que Pedro Javier Pascual se marcó para sacar adelante la edición de la obra. 

Será una obra a caballo entre lo creativo y lo técnico, compuesto por dos partes bien diferenciadas. Del lado más creativo o personal, Alas de Papel mostrará algunas de las espectaculares fotografías de próximidad logradas por el turolense en la naturaleza, en las que las mariposas y otros insectos interactuan con su medio o juegan al engaño creando imágenes inexistentes, nuevas, rigurosamente figurativas en el sentido de que no existe abstracción ni agregación de elementos externos, pero que nunca son exactamente lo que parecen -”no me interesa la fotografía documental, reflejar sencillamente un aspecto del mundo tal cual es”, asegura el autor–. Estas fotografías conforman un relato visual con elementos líricos en el que el paso del tiempo es el telón de fondo, acompañado –el relato visual– de textos breves sobre “experiencias, vivencias en la naturaleza que me ha deparado la fotografía, o sobre mi forma de entender la imagen”, según Pascual. 

En la segunda parte del libro, la más didáctica o, si se quiere, técnica, Pedro Javier Pascual proporcionará algunas de las herramientas con las que puede contar el fotógrafo para modelar ese mundo de ficción a partir de imágenes reales. En ella se explican las técnicas que desarrolla, su flujo de trabajo, sus hábitos a la hora de buscar fotos o montar sus estudios itinerantes en pleno monte y los recursos que han hecho posibles algunas de las imágenes que pueden verse en el volumen. 

La primera parte de la obra es la de las preguntas, la que invita al observador a preguntarse qué merece la pena observar y si a través de ello podemos encontrar una forma de expresión original y personal. La segunda es la de las respuestas, la que habla sobre los pinceles que podemos utilizar para crear el cuadro que hemos imaginado. 

La primera está destinada a cualquier persona con sensibilidad y gusto por lo estético y lo visual, y lo segundo... no exactamente. Sería muy resultón decir que la parte didáctica de la obra está destinada a expertos o aficionados a la fotografía de cualquier nivel, incluso para aquellos que comienzan desde cero, pero eso no sería cierto. El libro da por sentado que el lector tiene ciertos conocimientos previos en fotografía que le van a permitir poner en práctica las técnicas explicadas, algunas de ellas avanzandas, porque hablar de números f, de tiempos de exposición o de valores ISO en una guía de iniciación se escaparía al objetivo del proyecto de Pedro Javier Pascual. “Por otro lado, existen ya muchos manuales extraordinarios para iniciarse en la fotografía, y no tenía sentido escribir otro más”, explica. 

Más allá de la mera imagen

Como fotógrafo de naturaleza, Pascual es pulcramente respetuoso con la realidad y con los hábitos de las mariposas que ha fotografíado durante los últimos años. Otra cosa es que se limite a fotografiarlos en su contexto natural con vocación testifical, algo que no casa para nada con la concepción que tiene de la fotografía. “Me interesan las imágenes que muestran algo más o algo diferente de lo que puede verse sin más. Las imágenes que aportan algo visual que tiene que ver con las experiencias del fotógrafo”.

Es un proceso similar al que siguen muchos pintores, que tras dominar el dibujo y la representación de la realidad bucean en las vanguardias y la abstracción para crear algo nuevo que ponga cierta distancia entre el objeto representado y la realidad, y lo acerque a la subjetividad del artista. Pero en el caso de Pascual esto no se logra agregando elementos sintéticos, externos a la fotografía o producto de la postproducción. El turolense juega con fondos blancos que descontextualizan al sujeto, con encuadres atípicos, con desenfoques, con efectos de luz o con multiples exposiciones, pero tampoco se define como un purista que demonice la edición digital. “Yo quiero terminar mis fotografías en la cámara, y si no lo consigo no edito una imagen para conseguirla. Pero eso no significa que no admire a fotógrafos que hacen fotografías preciosas gracias a la postproducción”, asegura. “El límite está en no intentar hacer pasar una imagen editada por una que no lo ha sido”. 

La campaña de crowfunding logró un total de 13.055 euros, con 282 mecenas, que comenzarán a recibir el libro a partir de abril o mayo de 2020. Además saldrá un número suficiente de volúmenes que se pondrán a la venta en librerías y establecimientos especializados de fotografía. 

Para Pascual Alas de Papel supone la culminación de un proyecto que ha durado entre seis y siete años, y que tuvo alguna primera manifestación pública en la exposición Ilusiones visuales, que se dio a conocer en el Teruel Punto Photo de 2014 dedicado a la fotografía de naturaleza. Desde entonces prácticamente todo lo que Pascual ha fotografiado son mariposas. “La gente me preguntaba si no me cansaba de hacer fotos a bichos”, rie el fotógrafo. “Lo cierto es que lo más complejo del proyecto ha sido tener lista una buena parte fotográfica, es decir, un buen número de fotos de calidad y que fueran representativas de lo que hago”. 

La publicación de Alas de Papel cerrará un ciclo y abrirá otro, aunque todavía no está demasiado claro ni para el propio autor. “Ha llegado el momento de buscar nuevos retos y proyectos, algo que es absolutamente indispensable para avanzar y para disfrutar en esto de la fotografía. Todavía no sé por donde me encaminaré, aunque me da la impresión de que será algo totalmente diferente”.

¿Tanto como para cambiar la naturaleza como escenario por otro ámbito? No, no tanto. “Quizá dentro de algunos años sí, pero ahora mismo no me veo haciendo fotos que no sean de naturaleza. Yo seré fotógrafo mientras la fotografía me haga disfrutar, y ahora mismo mi lugar como fotógrafo está en el monte”