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Vacío en el rincón Vacío en el rincón

Vacío en el rincón

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Toni Fernández

Sólo hace unos días que se fue, pero el vacío que ha dejado en el rincón de la casa donde últimamente pasaba más horas es inmenso. Cada vez que miramos a ese rincón, nos parece que va a estar ahí, atento a nuestras llamadas o a ese trozo de comida que siempre compartía con los pequeños. 

Si, obviamente hablo de nuestro pequeño perrito, ya llegó su hora, después de casi quince años con nosotros, y sabiendo que se trata al fin y al cabo de un animal, pero era parte de la familia. Todo el que ha dormido una siesta en invierno en el sofá, con la manta, acurrucado a su mascota, o el que le tiene al llegar a casa en la puerta dando saltos, ladrando y moviendo la cola a toda velocidad, sabe de lo que hablo. Tienen, como todos, momentos buenos y malos, pero lo que es innegable es el amor y lealtad que tienen, ojalá los humanos en eso nos pareciéramos a ellos. 

No es fácil explicarles a los chicos, de 3 y 6 años, que nuestro pequeño ya no está, aún preguntan por él, y no entienden porqué cuando desayunan, él no puede estar como siempre, pidiendo y compartiendo algún trozo de galleta. Ellos acuden a su rincón, pero él ya no está, así que sin comprender aún muy bien la razón, parece que empiezan a asumir que no van a volver a verle, ni podrán jugar más con él. Dese que nacieron él estuvo a su lado, así que es fácil imaginar que algo les falta en casa. 

Nuestra otra perrita también nota su ausencia, ella tiene 10 años, y nunca ha estado separado de él, así que también necesita nuestro cariño ahora para superar el mal trago. En sus ojos podemos ver la tristeza que tiene, y que es consciente que ha perdido a su compañero de toda la vida. 

Las mascotas, y más aún los perros, son más que solo compañía, por eso cuando se van el vacío es enorme, los que lo han sufrido y ya han perdido a una mascota seguro saben de lo que hablo, no se trata de equipararlo a un ser humano aunque muchas veces sus comportamientos son mejores que los nuestros.