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Entre polvorones y gambas, directos al 2020 Entre polvorones y gambas, directos al 2020

Entre polvorones y gambas, directos al 2020

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Grupo Psicara

Por Leonardo Cardona Osorio

Bienvenidos al Rincón de la Psicología, un espacio donde todos los miércoles, las psicólogas y psicólogos de PSICARA (Psicología Aragonesa en Acción) abordamos temas y curiosidades relacionadas con la psicología. Esta semana publicamos el martes porque el día de año nuevo no hay periódico, y queríamos dar la bienvenida al 2020 con algo que más de uno le dará vueltas esta noche entre polvorones y gambas. Vamos a hablar de por qué en estas fechas solemos comer más de la cuenta.

En Navidad, suelen ser frecuentes las reuniones con compañeros de trabajo, la familia o los amigos (las famosas comidas familiares o cenas de empresa). Si nos paramos a pensar, solemos comer mucho más en grupo que cuando lo hacemos solos. ¿A qué se debe? 

La conducta de ingesta está regulada por la interacción de varios factores tanto internos (el tener hambre) como externos (factores sociales). Hoy nos vamos a centrar en estos últimos. La literatura científica nos habla de varios facilitadores sociales que intervienen a la hora de ingerir alimentos, los cuales se van describir brevemente. 

Para empezar, se va definir el efecto de coacción, que consiste en emprender una conducta junto a otros. La investigación nos ha permitido saber varias conclusiones acerca del tema. En primer lugar, que las personas comemos más cuando estamos en grupo que solas. En segundo lugar, que se come más cuando nos encontramos con amigos y familiares que cuando estamos con desconocidos. Por último, se ha encontrado una correlación positiva entre tamaño del grupo e ingesta per cápita, es decir, la cantidad de comida que se ingiere individualmente es mayor cuanto más grande sea el grupo. 

Otro factor que hay que tener en cuenta el grado de distracción. Se ha estudiado el efecto que producen estos distractores en la ingesta de alimentos, dándose a entender que se come más cuando hay un factor distractor. Los factores distractores más comunes son el comer con otras personas y el ver la televisión. La explicación que se extrae es que los distractores nos impiden ser conscientes de la sensación de saciedad, por lo que se come más cantidad de comida.

Otro concepto interesante es la conducta de conformidad, entendida como un proceso de influencia social en el que una persona cambia sus emociones, opiniones o conductas para que concuerde con la posición del grupo mayoritario. Vamos a trasladar esto a la conducta de ingesta con un ejemplo. Imagínese que se encuentra con un grupo de amigos y va a comer a un restaurante. Usted no tiene mucha hambre, pero sus amigos bastante. A la hora de realizar el pedido, lo más probable es que usted al ver que sus amigos piden mucha comida, acabe cediendo y haga lo mismo, lo que supone un aumento en la cantidad de comida ingerida.

Por último, el sexo de los comensales también ha sido un factor a tener en cuenta. Las conclusiones a las que se han llegado a través de la investigación son muy interesantes. Por un lado, las mujeres eligen alimentos menos calóricos si sus compañeros de comida son hombres. Por otro lado, los hombres no se ven influenciados en la elección de alimentos según el sexo de su acompañante.

Sin embargo, como cabría esperar, estos factores sociales no afectan de igual manera a todas las personas. De hecho, algunos factores como el efecto audiencia, pueden tener resultados contrarios a los explicados anteriormente, sobre todo en personas con obesidad. Este efecto se define como la influencia que tiene una audiencia pasiva, en este caso, que haya más personas en la mesa pero sin comer, sobre una persona que está realizando una acción (facilitándola o dificultándola). Varios estudios han encontrado que el efecto audiencia produce una disminución de la ingesta, acentuándose aún más en personas con obesidad. En otras palabras, la cantidad de comida que ingerimos es menor cuando los demás no están comiendo o simplemente nos están observando mientras lo hacemos, aunque precisamente, esto es algo que no suele ocurrir en Navidad.

La literatura científica nos dice que hay muchos más factores externos a tener en cuenta, como por ejemplo los hábitos culturales, pero para poder abordarlos se necesitaría escribir otro artículo. 

Como se ha comentado al principio, la ingesta es una combinación de factores tanto internos como externos y la Navidad es el momento perfecto para que aparezcan muchos de ellos. Si pensamos en la interacción de todo lo que hemos mencionado anteriormente, podemos entender mejor los motivos por los que en estas fechas es tan habitual comer más de la cuenta.  Por eso mismo, cuando estéis en vuestras casas y os comáis algún polvorón o una gamba de más esta noche, no perdáis la calma, ya que sabréis un poquito más sobre lo que está ocurriendo e incluso es posible que os acordaréis de nosotros. 

El equipo de PSICARA os desea felices fiestas y un próspero año nuevo.