Ana Belén Grisón Marín, doctora en Astrofísica: “No veré el final del Sol, pero sí al hombre llegar a Marte; y será un viaje de no retorno”

La doctora en Astrofísica Ana Belén Griñón Marín ha vuelto a Andorra, su casa, por Navidad procedente de California, donde trabaja para la Universidad de Stanford dentro del proyecto de la NASA Living with a star (Conviviendo con una estrella). Se pasa el día estudiando los campos magnéticos del Sol y contribuye así a que otros expertos puedan predecir tormentas solares que podrían aniquilar satélites. No verá el majestuoso final del astro rey, pero está convencida de que el ser humano llegará a Marte. Ayer contó su experiencia y anhelos en una charla en el CEA Ítaca-José Luis Iranzo en el marco de las charlas Nuestros jóvenes cuentan.

- Se pasa el día mirando al Sol. ¿Qué hace exactamente?

- La investigación del proyecto en el que estoy se centra en observar a lo largo del tiempo las manchas oscuras que aparecen a veces en la superficie solar, que son grandes concentraciones de campos magnéticos. 

- ¿Qué utilidades prácticas tiene lo que hace?

- Las famosas tormentas solares que impactan en La Tierra a veces son campos magnéticos que sufren una reconexión y salen hacia el espacio. Si aprendemos cómo se comporta ese campo magnético en capas más bajas se puede ayudar a predecir las tormentas solares que podrían impactar en la Tierra.

- ¿Se dan muy a menudo estas tormentas solares?

- Cada once años se produce un máximo solar (período regular de mayor actividad solar) y, cuando esto pasa, hay más tormentas solares. Por suerte, salen en todas las direcciones, no solo hacia la Tierra, por lo que se ven pero no tan a menudo.

- ¿Los efectos son devastadores?

- Depende de la fuerza con la que llegue la tormenta a la Tierra. El planeta tiene una capa externa, la Magnetosfera, en la que estas partículas impactan y las redirige a los polos. Es por este fenómeno que se producen las auroras boreales en el norte y las australes en el sur. Si el efecto es muy fuerte, sí puede afectar a las redes eléctricas que tenemos en la tierra, y a lo mejor fundir un transformador de una central térmica. Es lo que pasó en 1989 en la provincia de Quebec (Canadá), que quedó en la oscuridad durante 12 horas tras dañar el transformador de la central nuclear de Salem. Pero el problema está fuera. Tenemos muchos satélites y los móviles y GPS funcionan gracias a ellos. Si no predices una tormenta y esta impacta estando en funcionamiento, se puede fundir. 

- Entonces, ¿usted predice estos fenómenos?

- No exactamente. Yo estudio el comportamiento de los campos magnéticos que se produce en las capas bajas para ayudar a otra gente que estudia las tormentas solares.

- ¿Qué herramientas utiliza?

- Trabajo con datos del satélite SDO (Solar Dynamics Observatory). También con datos de tierra con el telescopio Gregor, del Observatorio de Tenerife, donde acabé en marzo la tesis doctoral. En mayo empecé en Estados Unidos.

- En Teruel tiene el Observatorio Astrofísico de Javalambre. ¿Le gustaría trabajar allí?

- Quiero volver, al menos a Europa, porque Estados Unidos queda muy lejos de casa. Ojalá pudiera trabajar en Teruel, pero es imposible porque los telescopios son nocturnos, no solares.

- Se habla mucho del calentamiento global actualmente. Como observadora del Sol, ¿qué tiene que decir al respecto?

- El Sol no tiene la culpa. Si el ser humano no estuviera contaminando tanto y dañando la atmósfera, no habría problema. 

- ¿Cuánta vida tiene el Sol?

- Vivirá unos 11.000 millones de años y estamos en 4.500. Le queda muchísimo todavía, pero el tiempo de vida de la humanidad es tan pequeño que no notaremos nada especial.

- ¿Cómo será el final?

- Los físicos estelares tienen la teoría de que se irá haciendo más grande. Puede que se llegue a comer la Tierra aunque otros creen que no, que se aproximará muchísimo. Lo que sí se sabe es que crecerá mucho, hasta convertirse en una gigante roja. Las capas internas colapsarán en el centro, convirtiéndose en una estrella chiquita; y las externas en una nebulosa planetaria que desaparecerá.

- ¿Cree que hay vida más allá?

- Si tenemos miles de galaxias y dentro de ellas hay miles de estrellas, las probabilidades de que haya más de un planeta con vida son muy altas. Sería un poco triste que estuviéramos solos.

- ¿Llegará el ser humano a Marte?

- Estoy segura de que sí. No sé si para 2025, como decían, pero al menos yo, que tengo 33 años, sí que veré al hombre llegar a Marte.

- ¿Será un viaje de no retorno?

- Me temo que sí. El primero que llegue se sacrificará. Es impactante buscar en Internet y encontrar miles de personas en espera que están dispuestas a ello.