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Ya vienen Ya vienen
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Raquel Fuertes

La Navidad va tocando a su fin. Pero, antes de desahuciar a los habitantes del belén para dejarlos once meses amontonados en cajas arrinconadas; antes de dejar perdido el suelo con los restos de agujas de pino de plástico; antes, han de venir los Reyes.

Este año algunas cabalgatas recuperarán el aire tradicional tras experimentos de capas realizadas con cortinas de ducha. E imagino que otras irán en sentido contrario y reescribirán el cuento, perdón, la historia, colocando a reinas en el lugar de alguno de los Magos, por ejemplo.

A estas alturas estoy convencida de que hay algunos consensos, llamémosles tradiciones, que deberíamos dejar inamovibles por el bien de los cada vez más escasos niños de este país. O sea: dejemos bien claro que los Reyes Magos no son de derechas ni de izquierdas. Igual que para los americanos Santa Claus no es de Trump ni de Obama.

Pero estamos en época de reinterpretar, de reescribir y, por supuesto, de opinar. De hecho, este rincón no deja de ser una columna de opinión. Por eso, lo he dicho mil veces, escribo aquí lo que escribo y no intento colarlo como noticia de la página cinco como, cada vez más, hacen en otros periódicos.

Esta mañana lo comentaba con un amigo: ya no sé qué está pasando realmente y qué es propaganda (ojo: de todas partes, que en esta guerra no hay buenos ni inocentes). A falta de información por exceso de desinformación ya no sé qué va a pasar en estas sesiones de fin de semana ni qué Gobierno nos dejarán los Reyes para jugar a partir del 7 de enero, fecha triste en la que acaban las vacaciones y hay que dejar los juguetes en casa abandonados.

Oigo a unos, leo a otros, y ya no sé si Torra deja la Generalitat para irse a la Moncloa o si Sánchez se presenta mediante referéndum para algún casteller de Tarragona. Tampoco sé exactamente cuáles son los km por los que Teruel Existe va a decir sí. Y, al igual que todos ustedes, desconozco en qué acabará todo esto y si será bueno para nuestro país.

Pero la ilusión es lo último que se pierde y, por nuestros queridos niños, espero que, al menos el lunes, vengan los Reyes Magos. Que para el Rey de la Noche ya tendremos tiempo.