Una joven empresaria abre un refugio de paz en Martín del Río

Una joven emprendedora descendiente de Martín del Río ha abierto un refugio de descanso en la que fue casa de sus abuelos y donde nació su padre. Cristina Burriel Mallén ha transformado la casa con habitaciones decoradas y ambientadas con objetos traídos de sus múltiples viajes por los cinco continentes. Es fisioterapeuta y podóloga con dos clínicas, una en Zaragoza y otra en Utrillas y defiende que muchas de las enfermedades actuales provienen de estrés y de la alimentación y el refugio que ofrece  es ideal para descansar y desconectar, (mindfulness), El innovador proyecto en la provincia de Teruel ha contado con el apoyo del Leader de las Cuencas Mineras, Ofycumi.

Cristina Burriel Mallén señaló que por su oficio es bien conocedora de que muchos dolores de las personas son emocionales y  están asociados también al estrés por lo que impulsó a la creación de un centro para descansar y realizar actividades que ayuden a combatir los dolores y preocupaciones de las personas con técnicas de relajación, (yoga, mindfulness), y alimentación en el  pueblo donde desciende su familia, Martín del Río. El refugio que acaba de abrir en la casa de sus abuelos se llama Ojalá, refugio de paz.

La joven emprendedora explicó que para llegar a la creación de este refugio de paz en Martín del Río los pasos que ha tenido que dar han sido muchos, en una gran apuesta personal, y largos, empezando  por la compra de la casa de los abuelos que fue vendida y que estaba abandonada. “El proyecto ha sido largo y muy duro con muchas tramitaciones administrativas, que se tienen que simplificar para que la gente se anime a emprender, sobre todo en el medio rural de la provincia de Teruel, que está despoblado”, afirmó.

Tras la compra de la casa, en la que tiene un gran valor sentimental por sus recuerdos, Cristina Burriel empezó con las reformas estructurales del inmueble, la casa no tenía ni agua corriente ni calefacción,  por lo que se ha tenido que hipotecar, ya que en el proyecto ha invertido 300.000 euros. El Leader de las Cuencas Mineras, Ofycumi, tiene aprobado el proyecto para su subvención. 

Gracias a su gran afición viajera, Cristina Mallén ha decorado las habitaciones con los objetos y enseres que ha ido comprando en distintos países de los cinco continentes. 

Una de las habitaciones de Ojalá, refugio de paz en Martín del Río se llama Africa y está toda ella decorada en el continente subsahariano. 

La segunda habitación se llama Frida y está dedicada a México. La tercera se llama India. la cuarta Aisha y está dedicada a Marruecos. La quinta se llama Bali y está decorada con motivos de Indonesia y la sexta habitación se llama Ibiza, que en España es el lugar especial de Cristina Burriel Mallén. “Ibiza es una isla que he visitado muchas veces. Toda la decoración que he puesto por el refugio proviene de mis viajes por el mundo. Todas las habitaciones tienen su correspondientes baños”.

En un futuro inmediato en la habitación de Ibiza se aprovechará que está en el ático para observar el cielo y las estrellas. La Comarca Cuencas Mineras tiene el certificado de destino turístico starlight y reserva starlight. La Fundación Starlight fue la promotora del certificado starlight, mediante el cual se acreditan aquellos espacios que poseen una excelente calidad de cielo y que representan un ejemplo de protección y conservación. Son escenarios que incorporan la observación del firmamento como parte de su patrimonio natural, paisajístico, cultural o científico y fomentan a su vez el turismo de las estrellas”.  

La Certificación Starlight aúna ciencia y turismo, aprovechando la astronomía y la observación del firmamento para promocionar una nueva forma de turismo sostenible

La inauguración oficial de la casa o refugio de Martín del Río fue apenas hace una semana, pero la apertura para los clientes no será hasta la próxima primavera, anunció la promotora, Cristina Burriel. 

Explicó que en el refugio de paz de Martín del Río hará una programación de actividades con fines de semana temáticos, yoga, alimentación consciente, rutas senderistas. 

“Habrá actividades de yoga, clases de relajación, conferencias, actividades relacionadas con la naturaleza, alimentación consciente. La casa es para desconectar y recuperarse”, destacó Burriel.

“Muchas de las enfermedades que se padecen provienen de que se come muy mal. Sócrates decía que los alimentos sean tu medicina. La verdad es que somos lo que comemos por eso es tan importante la alimentación consciente. Tener hábitos más saludables y aquí se tiene que aprovechar el silencio que se tiene, que se desconecte, que el que venga, venga a olvidarse, que el mundo le deje a uno en paz”.

Un paquete completo de una estancia de fin de semana de una personas donde incluye el alojamiento, la alimentación consciente, desayunos saludables, actividades de yoga y ruta el precio puede oscilar entre los 250 y los 300 euros. 

Para un futuro la emprendedora tiene previsto en otra fase del proyecto poner un huerto y un jardín junto a la casa. Para ello ya ha comprado el terreno y ha iniciado las primeras actuaciones.

Cristina Burriel apuntó que este tipo de casas de retiro son algo novedoso en la provincia de Teruel pero no en otras zonas, como el Pirineo oscense o en la zona levantina. 

Un ejemplo de estas nuevas iniciativas está en la posada de las Tiesas Altas, en el Pirineo de Huesca, que ofrece tranquilidad y menú vegetariano.

Mindfulness y alimentación consciente

El mindfulness es una práctica Budista que trata acerca de crear habilidades para estar presente en el momento.

Se ha traducido al  español como atención plena. El mindfulness de ha usado por siglos como una filosofía de vida y para tratar trastornos como estrés, ansiedad, controlar compulsiones, problemas psicológicos y para desatar las potencialidades del ser humano. Ayuda a desarrollar su autoconsciencia emocional y mejora el bienestar integral cuerpo-mente-espíritu.

La práctica de mindfulness se ha aplicado también a la alimentación. Además de comer alimentos nutritivos, es importante ser consciente de la forma en la que comemos.

Esto con el fin de disfrutar los alimentos y establecer una conexión armónica con la comida y evitar las consecuencias de los excesos (sobrepeso, obesidad, enfermedades).

 Comer conscientemente implica dar pequeños bocados o sorbos y apreciar el despliegue de sabores, la consistencia del alimento, la humedad, la textura…  Hasta convertir ésta práctica en una experiencia espiritual. La gran mayoría de las personas hoy en día comen frenéticamente y son presas de la prisa y de la enfermedad llamada  “falta de tiempo». Lo que ocasiona literalmente  “tragar la comida».  No se es conscientes de lo que se lleva a la boca. Este mal hábito genera un descontrol alimenticio. Es muy difícil que notes que ya estás satisfecha si no le das oportunidad a tu cuerpo de mandar al cerebro la información de que ya es suficiente comida.