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Gerardo Solera y Verónica Pérez, delegados de Stop Accidentes en Teruel: “Estamos seguros de que con nuestro testimonio salvamos muchas vidas” Gerardo Solera y Verónica Pérez, delegados de Stop Accidentes en Teruel: “Estamos seguros de que con nuestro testimonio salvamos muchas vidas”
Verónica Pérez y Gerardo Solera, en el Centro de Ocio Joven, el pasado lunes

Gerardo Solera y Verónica Pérez, delegados de Stop Accidentes en Teruel: “Estamos seguros de que con nuestro testimonio salvamos muchas vidas”

Los dos jóvenes, víctimas de un atropello en 2016, cuentan su experiencia a escolares de 2º y 3º de ESO
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Gerardo Solera y Verónica Pérez son desde hace unos meses los delegados en Teruel de la organización de Ayuda y Orientación a los Afectados por Accidentes de Tráfico. Esta semana participan en las Jornadas de Educación Vial que se están impartiendo a alumnos de 2º y 3º de la ESO. Una iniciativa del Ayuntamiento de Teruel en colaboración también con la Fundación A de Ayuda las Víctimas de Accidentes de Tráfico. Ellos sufrieron hace cuatro años un accidente que les ha dejado consecuencias físicas y psicológicas y con su testimonio quieren ayudar a otras personas que estén pasando por lo que ellos han pasado.

-¿Cómo surgió la posibilidad de ser delegados de Stop Accidentes en Teruel?

-V. P.: Fue un poco por casualidad. Queríamos hacer una asociación Gerardo y yo para ayudar a la gente que pudiera encontrarse en nuestra situación y encontramos a Stop Accidentes, que nos propusieron ser delegados para la provincia, porque necesitan a alguien que hubiera sido víctima de accidente y pudiera contar su experiencia en charlas como esta.

-¿A qué otros sectores de la población se dirigen?

-V. P.: Este miércoles por la tarde damos una en el Colegio de Enfermería. Las autoescuelas tienen que dar cursos de sensibilización a los conductores que pierden los puntos y nosotros vamos a ser los responsables de dar charlas. La asociación Stop Accidentes también apoya psicológicamente, jurídicamente y nosotros seremos el nexo de unión entre las víctimas y la sede de Aragón en Zaragoza.

-¿Ellos les ayudaron tras su accidente?

-V. P.: No, porque no la conocíamos. Cuando te pasa algo así, te ves muy perdido y no sabes muy bien qué hacer, cómo actuar y a dónde acudir. Vas muy perdido. Lo que queremos nosotros es que a la gente que le ocurra un accidente no se vea en nuestra situación. Nosotros acudimos a un servicio de Accidentes en la Dirección General de Tráfico, pero a los dos meses este servicio se eliminó. Allí nos asesoraron durante ese tiempo hasta que se cerró. Y hacía falta, porque esto es Teruel y parece que no pasan cosas pero sí que ocurren. Nosotros no queremos que a personas que les ocurra lo mismo, se puedan encontrar tan perdidos como nos encontramos nosotros. A nosotros nos atropelló un coche hace cuatro años y la cosa sigue. Las consecuencias son para toda la vida. Es un golpe impactante.

-¿A quien se ayuda desde la organización?

-V. P.: En principio a víctimas de accidente de tráfico. La organización fue fundada por familiares y amigos de víctimas de siniestros de tráfico en el año 2000 para poder ayudarles. Hay varias líneas de actuación: la atención integral, la sensibilización social, la participación ciudadana y la reivindicación de derechos.

-¿Qué es lo que cuentan en las charlas que están impartiendo a los escolares?

-G. S.: Contamos nuestra experiencia personal porque creemos que lo que más llega es poner cara a las situaciones que plantea el policía local o la psicóloga que nos preceden. Los chiquillos de estas edades igual no se quedan con los datos que les cuentan o les puede resultar indiferente pero el saber que en Teruel ocurren también cosas muy graves, que podemos ser sus vecinos puede que en conjunto cale mucho más que solo los datos.

-¿Qué les ocurrió?

-V. P.: Nosotros íbamos por el Puente Nuevo y un coche que iba a gran velocidad rebotó en la parte opuesta de donde estábamos y se vino hacia nosotros. Gerardo estaba en la parte del muro y yo en la de fuera. El coche venía hacia mí pero él tuvo el impulso de salvarme y me empujó. El vehículo vino hacia mí y le arrancó el pie a él. 

-G. S.: Nosotros contamos la historia con mucho detalle, tal cual sucedió para que vean que es algo real, que un accidente no es decir que han atropellado a dos personas y ya está. Un accidente es algo más sucio, con muchas más consecuencias, que implica a mucha más gente.

-¿Qué es lo que más llama la atención a este público tan joven?

-V. P.: El hecho de que Gerardo me salvara la vida a mí. La velocidad del coche que le arrancó la pierna en el momento, que es una historia real y que sucedió aquí en Teruel, en un lugar por el que pasan prácticamente todos los días. A veces lloran y nos impacta pero hablando con los profesionales que están en las jornadas consideramos que es mejor que suelten estas lágrimas aquí por un hecho que ha sucedido que las lágrimas en un futuro porque han sido víctimas de un accidente o porque han atropellado a alguien o provocado un accidente. Estamos seguros de que con nuestro relato salvamos muchas vidas.

-¿A pesar de que la experiencia les ha marcado toda la vida, ofrecer este testimonio es positivo para ustedes?

-G. S.: Nos ha ayudado muchísimo.

-V. P.: Como víctimas necesitamos ayudar para evitar que vuelvan a pasar estas cosas. Salimos genial de estas jornadas, salimos muy positivos porque el mensaje que queremos dar es que cuando cogen un vehículo son responsables de su vida, de las personas que van con ellos y de los que van caminando. Nosotros les explicamos que en nuestro caso ocurrió algo malo pero tenemos una vida nueva que hay que aprender a vivirla. Hay que aprender a perdonar para seguir adelante, porque si no lo haces te contaminas tu mismo, te autolesionas.