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El mundo de la jota de Teruel despide a Encarna Pastor con un homenaje en la plaza del Torico El mundo de la jota de Teruel despide a Encarna Pastor con un homenaje en la plaza del Torico
Los participantes en el homenaje posaron al final juntos bajo el Torico, donde gritaron “¡Viva Encarna, viva la jota!”

El mundo de la jota de Teruel despide a Encarna Pastor con un homenaje en la plaza del Torico

La madre de los joteros y las joteras turolenses falleció el sábado
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El mundo de la jota de Teruel despidió emocionado a la que consideran su madre, la bailadora y profesora Encarna Pastor, fallecida el pasado sábado a los 90 años de edad. Por sus manos han pasado la práctica totalidad de los cantadores y bailadores de jota de Teruel de varias generaciones, ya que fue una baturra dedicada por completo al folclore en su ciudad.

Joteros de diferentes agrupaciones turolenses participaron en la misa baturra del funeral que se ofició en la mañana del domingo en la iglesia de Santa Emerenciana, y posteriormente a la una de la tarde acudieron a la plaza del Torico para hacerle un homenaje.

Decenas de ellos desafiaron a la lluvia y cantaron jotas y bailaron pese al mal viento en memoria de la que fue su profesora, amiga y madre artística, según reconocieron la mayoría. Fue un homenaje improvisado que se desarrolló bajo la lluvia por parte de los bailadores, mientras que el grupo de música y los cantadores se refugiaron en los porches.

El homenaje se inició con una ronda que partió de la fuente del Torico y que en formación se dirigió hasta la pastelería Muñoz mientras sus integrantes tocaban las castañuelas. Allí interpretaron varias piezas de baile y después fue el turno de los cantadores, que interpretaron algunos de los temas preferidos de Encarna Pastor, a la que se los dedicaron. Al final todos los asistentes posaron bajo el Torico para hacerse una foto y gritaron “¡Viva Encarna, viva la jota!”.

Al Torico acudieron discípulos de Encarna Pastor que aprendieron con ella y que en algunos casos compartieron labores de docencia a su lado. Además de su incuestionable calidad artística, destacaron su gran valor humano y todos coincidieron en lo mucho que había hecho por la jota en Teruel, ya que sin su interés seguramente habría desaparecido la tradición folclórica en la ciudad, comentaron algunos.

Manoli Feliz, madre de David Martín, un jotero al que enseñó Encarna Pastor, recordó que su hijo empezó a bailar con ella con cuatro años y que la recordaba “con un cariño entrañable, tanto él como yo y toda la familia”. Aseguró que era una mujer “muy humana y cercana, muy cariñosa, era como una madre para los críos cuando los llevamos allí y a las madres nos daba total confianza”. Feliz apuntó que fue una mujer “digna de recordar y habrá pocos que la puedan igualar por la calidad humana y profesional que tuvo”.

Concha Les, alumna y después compañera de Pastor como profesora de jota, dijo que era una gran pérdida porque para quienes aprendieron a su lado era “como nuestra segunda madre, porque nos ha llevado a todos desde pequeños, nos ha hecho bailar, mover los pies y nos ha llevado de viaje aparte de todas las vivencias que tuvo”.

“Para Teruel también ha sido una pérdida grande porque sin ella la jota se hubiese perdido aquí”, precisó Les, quien incidió también en la “gran calidad humana” de la jotera fallecida. “No tenía hijos y para ella sus hijos éramos todos nosotros y nos tenía un aprecio especial”, recordó, a la vez que rememoró un viaje con ella que hicieron a Bélgica a pesar de que acababa de ser operada de la cadera.

Covadonga Galeote aseguró que en el último medio siglo la fallecida había sido “la base de lo que es ahora la jota y el folclore de Teruel capital”. Recordó que  había tocado las castañuelas en los colegios cuando se impartía jota, y por ese motivo para muchos era “como una segunda madre y una primera figura del folclore”. Destacó la gran afluencia de joteros de diferentes grupos porque todos se sentían “hijos de Encarna, y por eso hay que hacerle un homenaje sí o sí”.

La consejera de Presidencia, Mayte Pérez, acudió también a la cita del Torico como turolense y jotera, precisó, para reconocer a una gran mujer. “Encarna era generosidad, entrega, cariño, aunque nos diera con la gayata de vez en cuando si no le hacíamos caso, pero era la madre de todos, no tuvo hijos y nos cuidó a todos como si lo fuéramos”, afirmó Pérez, quien dijo que el sábado fue un “día triste” al conocer la noticia de su muerte, y que tras el homenaje improvisado de opinó que habría que pensar en hacer algo más importante para reconocer su trabajo.

En términos similares se expresó la cuarta teniente de alcalde del Ayuntamiento de Teruel, Rocío Féliz de Vargas, que también fue alumna de Encarna Pastor. “De mi generación rara es la persona que no aprendió a bailar la jota o comenzó con ella”, dijo.

Féliz de Vargas se refirió a la fallecida como una persona que era “muy entrañable”, como se vio en el homenaje que se le hizo en el Torico. Recordó que en el año 1994 el Ayuntamiento le concedió la Medalla de Plata, y que una mujer como ella se merecía, después de lo del domingo, “que se le haga un homenaje en condiciones”.