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El barquinazo El barquinazo

El barquinazo

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F.J.B.

Menudo barquinazo que se llevó el tío! Sale el toro en la plaza de Cancún y un candoroso anti, solidario y sensible él, pues que salta al ruedo como últimamente es de rigor entre el activismo animalista, y se va para el bicho a decirle que los toreros le dan yuyu, que se cuide de ellos y que ahí está él todo entregado a la causa para salvarle del trance. Y el toro, que de solidario tiene lo que yo de flamenco, le mete tal hostión que lo deja descogotado mientras las cuadrillas tratan de salvarlo del siguiente empentón. 

Dos reflexiones que uno quiere extraer del acontecido. Una es que al margen de la típica e ilegal moda de saltar al ruedo con posibles intenciones propagandistas, y aparte también del candoroso juicio que del toro de lidia pueda tener el pobre interfecto, quizá bienintencionado él, hay algo perverso e insidioso que flota en el ambiente. ¿Recuerdan a aquella candidata de Pacma a las Cortes? Si, la que se grabó junto al toro Marius diciendo aquello de “Fijaos cómo se comporta cuando se le trata con cariño y con respeto. Son animales pacíficos, como todos los bovinos”. Era un buey pero algunos ignorantes la creyeron. Ya entonces más de uno hablaba de la insensata e irresponsable actitud de los políticos animalistas, que trataban de vender una imagen mentirosa del toro para conquistar votos. Quizá el primero en pagar la manipulación y el manejo haya sido el adalid de Cancún. Y menos mal que solo fue una conmoción porque de camino podía haber ido la muerte. Así son las cosas. Ahora me viene a la mente el toro Ferdinando, ese que solo quiere oler florecillas y estar bajo la sombra de un árbol… Manipulación que tiene consecuencias.

Y segunda reflexión. No hay ni un solo torero que se encuentre en el ruedo de Cancún que no corra raudo a evitarle al pobre activista su posible muerte. Cuando yace inerte sobre la arena varios capotazos se llevan al animal hasta que las asistencias lo retiran a la enfermería. Son los valores de la tauromaquia. No hay enemigo en la cara del toro. Solo hay solidaridad, ayuda, defensa, respeto a la vida humana. Esto de Cancún ha sido muy clarificador aunque uno también es consciente de que el trance volverá a repetirse en otro ruedo y en otra feria. Solo es de esperar que nunca alguien se busque la muerte. A ver quién es el siguiente memo que susurra a la bestia.