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Marta Fernández, emprendedora ecológica: “Queremos divulgar la lana, valorizarla y darle la vuelta a los usos tradicionales” Marta Fernández, emprendedora ecológica: “Queremos divulgar la lana, valorizarla y darle la vuelta a los usos tradicionales”
Marta Fernández trabaja la lana en Mas de la Llum, su vivienda de ecoturismo y formación en Arens de Lledó

Marta Fernández, emprendedora ecológica: “Queremos divulgar la lana, valorizarla y darle la vuelta a los usos tradicionales”

El proyecto Obellas, impulsado por mujeres del Matarraña, nace con vocación de cooperativa de artesanía con fieltro
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La “lanera del Matarraña” Marta Fernández impartirá durante las próximas semanas en el CEA Ítaca-José Luis Iranzo de Andorra, junto a su compañera Esperanza Carrasco, un taller de artesanía con fieltro como ejemplo de aprovechamiento de los recursos que genera el medio rural. La acción formativa se enmarca en el proyecto Obellas, lana en movimiento, con el que un grupo de mujeres aspira a crear una cooperativa sin dejar de lado la divulgación.

- ¿Qué es Obellas?

- Aún está incipiente, pero digamos que a unas cuantas mujeres del Matarraña nos apetecía profundizar en el conocimiento de la lana. Solicitamos una formación, nos igualamos en conocimientos y de allí empezaron a surgir cositas. Empecé en solitario a hacer talleres de divulgación durante unos meses y después se unió Esperanza. Inicialmente queríamos hacer un proyecto para las escuelas, pero la cosa se fue enredando –nunca mejor dicho– y Olga Estrada nos pidió que hiciéramos en el Ítaca de Andorra una formación adaptada a un grupo de mujeres. Es un proceso de trabajo sobre un recurso natural para darle valor, poner en conocimiento y ver hacia donde vamos.

- Su objetivo principal es divulgar el aprovechamiento de la lana. ¿Está en horas bajas?

- Desde que hemos tenido contacto con los pastores vemos que es una pena lo infravalorado que está este producto que antaño se utilizaba muchísimo. Queremos aprovechar que hay tanto ganado en la zona para darle al vuelta y cambiar un poco los usos tradicionales, pues la gente conoce el aprovechamiento para colchones y jerséis, pero hay otro mundo por ahí, el del fieltro, que es muy divertido. Es también muy antiguo pero permite hacer cosas muy nuevas, muy diferentes, sobre un recurso que tenemos que lo están malvendiendo.

- ¿Si su proyecto fraguara, le daría más valor a la lana?

- Es lo que nos gustaría que ocurriera. Nosotras de momento tenemos poca capacidad de adquisición, pero si esto va creciendo un poquito podemos llegar a ser algo más representativas. Por el momento la estamos pagando a más del doble de lo que pagan los esquiladores. El kilo de lana sucia está en 40 céntimos y nosotras pagamos 1 euro.

- ¿Dónde va la lana en este momento?

- En este momento se está llevando a una población de Teruel, Alfambra, donde hay un centro de selección desde el que la mandan para China.

- ¿Qué usos le dan ustedes?

- Es el único tejido que se hace sin tramar, esto es, sin que haya unas agujas de por medio. Se ha utilizado para vestir desde la antigüedad, pero nosotras le damos un uso más novedoso: bolitas de fieltro para adornar árboles, bisutería, llaveritos, cuencos, pantallas de lámparas, fulares y otros complementos y artículos de decoración.

- ¿En qué formato de economía les gustaría que fraguara su incipiente proyecto?

- Podríamos generar una cooperativa, pero a una parte de nosotras nos gustaría muchísimo continuar en la divulgación. Alguna vez hemos participado en ferias a modo de demostración de cómo se lava y carda la lana. Otra vertiente es la artesanía, tener varios productos que puedan venderse por las tiendas de la zona. No aspiramos a una venta masiva, sino a un complemento a las actividades económicas que tenga cada una.

- ¿Las razas de ovino de la zona dan buena lana para lo que pretenden?

- Sí, sobre todo para el fieltro y los complementos, no para prendas que toquen directamente el cuerpo. La lana de rasa aragonesa es de segunda categoría, por lo que es bastante buena. La ojinegra y maellana, aunque sean más gruesas, para las actividades que nosotras hacemos sí que van muy bien.

- En su caso particular, la lana es una parte más de su modo de vida, que se manifiesta en Mas la Llum, una vivienda de ecoturismo rural situada en Arens de Lledó.

- Junto a mi familia, llevamos una forma de vida muy rural, intentando revalorizar el medio natural. Intentamos aprovechar los recursos de la naturaleza, siempre minimizando nuestra huella sobre ella. La casa se hizo mediante la bioconstrucción, con balas de paja, barro y maderas. Allí vivimos y tenemos una casa rural. Nuestra filosofía es la de hacer microeconomía rural y consumir y dar a conocer los productos que tenemos alrededor. Por eso mismo me ha adentrado en el mundo de la lana.

- En 2017 un incendio devoró la casa. ¿Cómo hicieron frente a esta desgracia?

- Hemos vuelto a reconstruirla, pero aún no tenemos todas las habitaciones en marcha, así que en este momento el turismo está aparcado. Pero volveremos.