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Beatriz Rico, actriz: “Creo que el arte tiene que ser comprometido, o pierde el 50% de su sentido” Beatriz Rico, actriz: “Creo que el arte tiene que ser comprometido, o pierde el 50% de su sentido”
Beatriz Rico, en una de las imágenes promocionales de ‘Antes muerta que convicta’

Beatriz Rico, actriz: “Creo que el arte tiene que ser comprometido, o pierde el 50% de su sentido”

La asturiana visitará este sábado Alcañiz, donde representará la comedia ‘Antes muerta que convicta’
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La actriz asturiana Beatriz Rico traerá este sábado hasta el Teatro Municipal de Alcañiz Antes muerta que convicta (20.30 horas), una función que lleva casi tres años de gira más una temporada en Madrid provocando carcajadas, y a la que los sustantivos monólogo o comedia, con todo lo que son, se le quedan por sí solos cortos. 

-Regresa a la provincia de Teruel tras su experiencia en el Desafío Buñuel en 2018...

-¡Sí! Descubrir Teruel con el Desafío fue algo tan intenso y me proporcionó tantos lazos y tantos amigos que me encanta regresar. Desde entonces me siento vinculada a Teruel, y ojalá pueda volver a ver a Pimpi López Juderías, a Carlos Gurpegui y tantos otros amigos que dejé allí... Pero bueno, tendré más ocasiones. Porque en breve, quizá en un mes o por ahí, estaré en el Teatro Marín de la capital. 

-Hábleme de Antes muerta que convicta.

-De entrada es un monólogo, en el sentido de que actúo yo sola. Pero no hay que entender monólogo con el actor delante de un micrófono y una pared de ladrillo, un género que me encanta y veo habitualmente, pero en esta ocasión es otra cosa. Es una función con un principio, un desarrollo, un final, y un personaje, que es Carolina. Ella es una ex convicta que ha salido de la cárcel haciendo trabajos sociales, y su marido está en Soto del Real por esto que está tan de moda ahora entre algunos políticos y empresarios, que es meter la mano en la caja donde no deben. Ella está limpiando teatros, y mira tú por donde que un día se suspende una función y, aprovechando que la sala está llena de público, ella sale y aprovecha, porque su sueño es triunfar en un reality de la tele y ser una estrella. Lo que pasa es que no siempre le van a salir las cosas bien, y le van a pasar muchas cosas; interrupciones, llamadas... hasta Concha Velasco va a estar allí. 

-Todo con un poso de humor, ¿no es así?

-Humor, humor y humor. Yo soy muy feliz haciendo reír a la gente. Pero hay una parte que no puedo desvelar, en la que Carolina abandona su personaje y soy yo misma la que hablará al público, porque necesito mandar un mensaje que para mí es muy importante. ¡Pero para conocerlo tendrás que venir a verme!

-Usted no entiende el arte, el teatro o la comedia sin cierta dosis de compromiso.

-Creo que el arte tiene que ser comprometido o pierde un 50% de su sentido. El objetivo puede ser hacer reír, pero también hay que reflexionar, pensar y conmover. El humor por sí solo es la mejor terapia para todo, y como espectadora me gustan los espectáculos que simplemente pretenden hacer reír, con un chiste tras otro. Pero como artista sí que siento que tengo cierto deber moral de hacer algo útil, porque tengo la suerte de tener a un montón de gente que me está escuchando. Así que es una buena ocasión para dar voz a quien, en ese momento y por la razón que sea, no la tiene. Hay gente que o tiene su voz en tu garganta o casi nadie le escucha, como el es caso por ejemplo de las personas mayores, con las que trabajo como voluntaria. Y si tienes la suerte de tener audiencia, de tener un público, hay que ayudarles dándoles voz para expresar la sensación de soledad y desamparo que sufren. Pero eso no significa que yo sea mejor o peor que otros artistas, ¿eh? Simplemente es lo que yo opino.

-También aprovecha para cantar y bailar...

-Es que me encanta. De hecho tengo una banda de rock –Rock & Rico–, y siempre digo que mi sueño es hacer un musical. Pero entre que me sale y no, pues me lo voy haciendo  yo sola. 

-Carolina es una ex convicta, esposa de un corrupto, y por lo que cuenta debe de ser bastante frívola porque busca la fama por encima de todo... No será fácil para el público empatizar con ella, ¿no?

-¡Qué va! Es verdad que ella es una perfecta caradura, que se fue a Madrid a pillar a un millonario y se le torcieron las cosas. Al principio no tenía claro si caería bien a la gente, pero resulta que Carolina tiene un lado tierno y sincero, que suelta las cosas según le vienen, y que enseguida se hace cómplice del público. Además el espectáculo da para mucho, y Carolina tiene tiempo para contar muchísimas cosas divertidas e interesantes que le han pasado. El personaje tiene muchísimas facetas, y no me digas cómo lo hace, pero desde que pisa el escenario se las arregla para ganarse al público. 

-¿Quién le ha ayudado a construirlo?

-Pues entre otras personas Salomón, que es un cómico de la Paramount que me echó una mano con el texto, y tengo que agradecer mucho la ayuda en dirección a Pepa Rus, que todo el mundo la conoce por aquello de ¡Lore, Lore, Macu, Macu!, pero mucha gente no sabe que es una directora maravillosa. Es el trabajo de muchas personas que funciona. 

-Estar sobre el escenario una hora y cuarenta minutos usted sola... ¿no es una experiencia terrible?

-¡Nooo! Terrible es hacer un guiso como los de mi madre, o trasplantar un corazón. Para mí esas cosas sí que son imposibles. Pero cuando el teatro es vocacional, y para mí lo es, poder estar cien minutos con el público delante es lo mejor que te puede pasar en la vida. Supongo que cada uno vale para unas cosas, y yo no sé cocinar y se me dan mal las matemáticas. Pero tener un texto y conectar con el público me hace feliz.