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Rafael Tarradas, escritor: “Tenemos tantos medios para no ser borregos que ya no admito el borreguismo” Rafael Tarradas, escritor: “Tenemos tantos medios para no ser borregos que ya no admito el borreguismo”
El escritor barcelonés con su novela ‘El heredero’, que comenzó como un relato para sus familiares. EFE/Xoán Rey

Rafael Tarradas, escritor: “Tenemos tantos medios para no ser borregos que ya no admito el borreguismo”

Espasa ha publicado ‘El heredero’, primera novela del catalán ambientada en parte durante la batalla de Teruel
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Rafael Tarradas (Barcelona, 1977) ofrece un viaje por la Ciudad Condal, San Sebastián, Teruel o Gijón para narrar una historia ambientada en la guerra civil en El heredero. Una historia sobre cómo la guerra le cambia la vida a la gente.

-¿El libro narra la historia de su familia, o se basa en ella?

-El Heredero comienza cuando empiezo a pasar a papel anécdotas familiares, que siempre me habían contado mis abuelos y familiares. Pero enseguida empecé a mezclarlas con ficción, como si de una novela se tratara. El comienzo de la novela prácticamente es la historia de mi familia, pero al final el 80% es ficción, porque en el proceso creativo descubrí que me apasiona inventar historias y detalles.

-¿Cuál es el argumento?

-No es un libro sobre la guerra civil, sino una novela en la que la guerra civil es el escenario, es el fondo que lleva a los personajes al límite. Es la historia de tres familias separadas por la guerra, pero unidas por un secreto que ellos no conocen, y que el lector conocerá muy pronto. Ellos están enfrentados y no saben que en realidad tienen un vínculo muy importante. La novela habla de cómo les afecta la época, de cómo la guerra les saca de su zona de confort y revoluciona sus mundos.

-Teruel es uno de los emplazamientos que aparecen en la novela. ¿En qué sentido?

-Es un punto clave de la novela porque, aunque no hablo mucho de batallas, porque a mí me interesa más bien cómo afectaron a las personas, sí que se habla de la de Teruel. El sitio de Teruel es un momento muy épico de la guerra, que afecto muchísimo a todo el mundo que estuvo allí. Todos los soldados estaban muertos de frío, viendo como la ciudad va destruyéndose progresivamente, los del Seminario aguantando no se sabe muy bien por qué y los sitiadores peleando metro a metro por una ciudad que ni siquiera es un punto estratégico. Los protagonistas del libro, de uno u otro bando, se preguntan por qué están allí, por qué están a punto de morir por prácticamente nada. 

-Hablar de ambos bandos en una novela ambientada en la guerra civil, ¿facilita o complica las cosas?

-Creo que lo más destacable de la novela son los personajes, y el lector enseguida va a empatizar con todos ellos, porque a todos ellos les va a comprender, y va a entender sus motivaciones, sean del bando que sean. Y cada personaje está en un bando u otro, en realidad, por simple sentido común. Cada cual tiene sus razones y son fáciles de comprender. La novela, por lo demás, es muy imparcial. 

-¿Debe serlo cuando se habla de esta época? ¿O el novelista está legitimado para tomar partido si lo desea?

-Por supuetsto que puede hacerlo. Todo el mundo puede hacerlo, faltaría más. Pero en mí caso no tengo bando. Tengo 42 años y a mí la imparcialidad me sale sola, porque esto ocurrió hace 80 años y no tiene demasiado sentido que todavía no seamos capaces de ver la guerra civil con perspectiva histórica. Fue una época terrible, debemos aprender de ello y poco más. El mundo de antes no era el de ahora, no creo que sea tan difícil de entender.

-En cualquier caso, ¿por quién o por qué toma usted partido? ¿Cuál es la tesis de su novela?

-Yo defiendo el progreso. Y para progresar hay que avanzar. Es lo que hacen los personajes. Todos están movidos por el amor, por el idealismo, la supervivencia... pero sobre todo por el deseo de avanzar, de tirar para adelante. Hay quien ve la guerra como una oportunidad para cambiar su vida, y otros como algo que hay que arreglar para que su vida siga como estaba. 

-¿Sabría seguir avanzando nuestra generación si se enfrentara a lo que enfrentaron nuestros abuelos?

-Nuestra generación tiene mucha suerte. Vivimos en un mundo más cómodo, con acceso a toda la información que necesitamos. Eso además de un privilegio es una obligación; no soporto a día de hoy que haya gente que hable de cosas sin estar informado, porque la información es accesible a todo el mundo, y por tanto no es legítimo sostener argumentos sin que estén bien sustentados en la información y la educación que tenemos. Hoy en día tenemos tantos medios para no ser un borrego, que no es admisible el borreguismo. 

-El Heredero ha pasado de ser una novela autopublicada, su primera novela, a una de las grandes apuestas de Espasa...

-Sí, la verdad es que es increible. Terminé de escribir la historia y la regalé a mis familiares por Navidad, en una pequeña edición. Me empezaron a pedir más ejemplares, porque mi abuelo tuvo 10 hijos y tengo mucha familia, y entonces lo colgué en la web. Y mi sorpresa fue que al octavo día se habían descargado 504 libros. Y al poco me publicaron una reseña en prensa especializada y me escribieron de Planeta preguntándome si quería publicar con ellos. Hemos salido con un edición de 20.000 ejemplares, y la verdad es que ha sido una sorpresa tremenda.

-¿Tiene más proyectos literarios en ciernes?

-Ahora mismo estoy muy concentrado en la promoción de la novela, pero sí, sí que estoy escribiendo una especie de precuela de El heredero.