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El Gran Alexander, mago y profesor: “Nos encanta que sucedan cosas que el cerebro nos dice que son imposibles” El Gran Alexander, mago y profesor: “Nos encanta que sucedan cosas que el cerebro nos dice que son imposibles”
El Gran Alexander, durante su actuación en el IES?Vega del Turia. M. A.

El Gran Alexander, mago y profesor: “Nos encanta que sucedan cosas que el cerebro nos dice que son imposibles”

El zaragozano demostró en el IES Vega del Turia que la magia puede ser una herramienta para aprender ciencia
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El Gran Alexander –Alejandro Hernández– es profesor de Tecnología en el IES Río Gallego de Zaragoza además de un sorprendente mago zaragozano. Entre sus espectáculos tiene varios en los que utiliza el ilusionismo para divulgar conceptos sobre matemáticas, ciencia e incluso historia para públicos de todas las edades. El viernes ofreció uno de ellos, Mate-Magia, ante los alumnos del IES Vega del Turia, en el contexto del 175º aniversario que celebra el instituto turolense.

-¿Usted es un  mago, o es un ‘profe’ disfrazado de mago?

-Yo soy un profesor ilusionista. Es bonito ser profesor, y si además puedes dar ilusión y que la gente vea cosas que parecen pequeños milagritos, que parecen, porque es una cuestión de percepción, pues es mucho mejor. A los jóvenes les gusta ver la figura de un profesor que además es mago y que les descoloca un poco. 

-¿Cuál es el fundamento de ‘MateMagia’?

-Los magos, durante muchísimos años, hemos utilizado en escena principios matemáticos, pequeñas trampillas, para hacer nuestros espectáculos. La idea de esta conferencia es hacer un espectáculo en el que haces un juego mágico y luego explicas cómo lo has hecho, e inherentemente a él hay un principio matemático, que es con el que se tienen que quedar los espectadores. Puede tener que ver con paridad matemática, con series, con simetrías, con geometría, álgebra... con un montón de cosas. Lo llevamos haciendo y mejorando desde hace más de veinte años, y la hemos hecho en la Universidad de Alicante, en la Universidad de Zaragoza todos los años, en el Taller de Talento Matemático, en programas del Gobierno de Aragón como Conexión Matemática... se mueve por un montón de sitios. 

-Pues parece que la actividad de los magos tiene más que ver con la agilidad manual, con la rapidez o con la capacidad de engañar nuestros sentidos que con la matemática...

-El ilusionismo consiste en engañar a la percepción. La magia nunca ocurre en las manos del mago sino en la mente del espectador. Lo que tú percibes no es lo que ocurre. Y la gente lo tiene claro, porque si no ya me habrían quemado por brujo. Pero también se utiliza mucho la psicología para desviar la atención, lo que los magos llamamos misdirection, la técnica de manos, lógicamente, y también algunos principios matemáticos que sustentan el entramado y nos permiten que ocurran cosas diferentes a lo que el espectador cree que debería ocurrir. 

-También aplica conceptos más generales de la ciencia en su magia..

-Sí. La magia da mucho de sí para hablar de conceptos científicos más allá de las matemáticas. Con el Gobierno de Aragón hacemos un espectáculo que se llama Consumo y Magia para que los chicos se queden con un mensaje claro sobre cómo analizar la publicidad, cuántos años puede cubrir una garantía o incluso qué leyes amparan al consumidor. 

-¿También entiende de leyes la magia?

-Claro, porque ahí lo usamos como instrumento vehicular. Usas el ilusionismo para lanzar mensajes dentro de un paquete muy bonito y emocionante ayuda a que la gente se quede mejor con esos mensajes. Una de las filosofías de entender así magia es que, a través de ella, puedes tratar cualquier tema de forma transversal. La igualdad de género, por ejemplo, también se puede tratar. Tengo un espectáculo que se llama Magia y Aragoneses Ilustres donde sacas a colación personajes importantes de nuestra Comunidad, en el que hay hombres y, por supuesto, mujeres. En ese espectáculo puedes explicarle a la gente los problemas que tuvo María Moliner, cuando posiblemente por ser mujer no pudo ser Académica de la Lengua.

-¿Deberían ser magos todos los profesores?

-Las clases hay que darlas, y no  siempre con estos métodos. Y los niños tienen que trabajar. Pero si el profesor se aburre vamos mal, y si se aburren los niños entonces ya es el desastre. El potencial de este tipo de métodos es enorme, porque lo que te gusta, lo que entretiene, lo atiendes, lo entiendes e incluso tratas de imitarlo. Tiene mucha potencia pero hay que canalizarla en el sentido adecuado. Y eso en lo que se refiere a la matemática, la ciencia o la historia de Aragón. También tengo espectáculos de magia pura, y también es muy impactante para el público. La gente se impresiona mucho cuando ve de cerca que su cabeza le dice que es imposible. Eso te devuelve a la niñez, al momento en el que crees en todo... y eso nos gusta. Todo el mundo sabe que tras la magia hay un truco, pero emocionalmente es precioso ver volar cosas, o ser testigo de algo que, en buena lógica, es imposible. 

-Por aquello que la magia entronca con lo imposible, con los sueños, con la imaginación... ¿Cómo se le ocurrió ponerla en contacto con algo tan real y unívoco como la matemática o la ciencia?

-Conocí a un grupo de profesores que hacían divulgación desde diferentes ámbitos, y un día me invitaron a participar. Y buscando en libros, porque muchos de los trucos que seguimos usando se escribieron en libros hace muchos años, fui recuperando muchos de esos conceptos puramente matemáticos que se usan en magia. Y como soy un poco ratoncillo de biblioteca también, me divertí muchísimo rebuscando y seleccionando trucos de este tipo que me permitieran hacer una buena conferencia para los chavales. Para demostrarles que la matemática no solo es un rollete que hay que estudiar para aprobar, sino que gracias a ellas también se pueden hacer cosas superbonitas, curiosas, y que te ayudar a tomarle un poco el pelillo a tu amigo cuando le haces el truco.