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Toni Abadía y Carlos Mayo entrenan para los Juegos de Tokio en Bronchales Toni Abadía y Carlos Mayo entrenan para los Juegos de Tokio en Bronchales
Toni Abadía y Carlos Mayo, durante una sesión de entrenamiento en Bronchales. Sergio Mateo / Sportmedia

Toni Abadía y Carlos Mayo entrenan para los Juegos de Tokio en Bronchales

Los atletas aragoneses han permanecido durante seis semanas en la Sierra de Albarracín
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José Luis Rubio

Dos de los atletas que podrían representar a España en los Juegos Olímpico de Tokio este verano, los aragoneses Toni Abadía y Carlos Mayo, apuran su preparación en Bronchales. Este municipio de la Sierra de Albarracín se ha convertido en la sede de los dos deportistas durante seis semanas, hasta que este domingo lo abandonen para competir en el Campeonato de España de Cross, que se celebrará en  el Parque Lineal de Plaza, en Zaragoza.
“Teníamos claro, sobre todo después de otras preparaciones, que Bronchales iba a ser la llave para preparar los Juegos Olímpico”, explica el galardonado en 2019 como el mejor deportista aragonés, Toni Abadía, que apura su cuarta estancia en el municipio turolense. Su compañero, Mayo, cierra su primera concentración en Bronchales, después de haber atravesado una serie de lesiones que no le habían permitido disfrutar de las bondades de esta ubicación.
“Enseguida decidió que se venía a preparar el inicio de este 2020 aquí, conmigo con la mirada puesta en el Campeonato de España de Campo a Través, pero no solo en eso sino también en los Juegos Olímpico”, explicaba Abadía, que añadía que “para ello necesitamos hacer unas buenas competiciones  previas porque el sistema de calificación ha cambiado y ahora es más importante el cómo estás preparado que el conseguir la marca mínima en un día puntual”. Mientras que para poder participar en los Juegos de Río, por ejemplo en el 5.000, la marca mínima era de 13:22, ahora se ha bajado hasta el 13:13 con la idea de repescar a cerca de 40 atletas  entre los que se seleccionarán a los que se considere que llegan en un mejor estado de forma mediante un sistema de puntos.

Punto de reunión
Aunque solo Toni Abadía y Carlos Mayo han estirado su estancia en Bronchales hasta las seis semanas para aprovechar al máximo la aclimatación y los beneficios que aporta al organismo el entrenamiento en altura, no son los únicos atletas que han estado entrenando en este municipio serrano. “Carlos y yo somos los únicos que hemos estado seis semanas. Llegamos la última semana  enero y vamos a aguantar hasta casi el ocho de marzo”, explicaba Abadía.
Pero no han estado solos, porque cuatro atletas keniatas han compartido entrenamientos durante cinco semanas. Se trata de Hosea Kiplimo, Vestus Cheboi, Edwin Kipruto y  Shamack Kiprop, que ganó el año pasado la 10K Ciudad de Teruel, con récord incluido.
Sin embargo, su sistema de preparación no ha sido exactamente el mismo. Mientras que Mayo y Abadía solo han competido un fin de semana en este mes y medio, los africanos  sí lo han hecho casi cada semana por todo el territorio nacional.
También se sumó dos semanas después el atleta valenciano José Ignacio Jiménez, éste con la mirada fijada en el Campeonato de Europa de Paris, que se disputará a continuación de la cita olímpica. Jiménez es campeón de España Universitario de 5.000 metros y terminó en novena posición en el nacional de cross del año pasado en Cáceres, entre otros logros. Así, al final Bronchales llegó a acoger hasta a siete atletas del más alto nivel entrenando juntos, lo que le convierte en un centro de alto rendimiento paralelo.

Un habitual de Bronchales
Ésta ha sido la cuarta ocasión en la que Abadía ha recurrido a los beneficios de instalarse en Bronchales para completar su entrenamiento. “La primera fue en 2018, también por estas fechas; luego vine ese mismo año, en verano; el año pasado solo pude venir en verano  por miedo al invierno de esta zona. Y este año, dejando un poco de lado ese miedo, decidí arriesgarme. Y si ya la falta de oxígeno (por la altitud) es dura, la meteorología te hace un todoterreno”, dijo el deportista.
Mientras, Carlos Mayo y Nacho Jiménez se han estrenado este mes de febrero en la Sierra de Albarracín.
Los atletas pasan estas semanas en una residencia turística rural, “justo en el centro del pueblo. Tenemos que agradecérselo, sobre todo, a Chema García que ha sido nuestro nexo entre Zaragoza y Bronchales, y la verdad es que sin él nada de esto hubiera sido posible”, explicaron los deportistas. Y extendió su agradecimiento al Ayuntamiento, que les  cede el gimnasio durante su estancia. “Aquí llevamos una vida absolutamente profesional”, explican, “nos levantamos y en seguida  cogemos el coche para ir ala recta de Orihuela, donde tenemos varias pistas forestales  con recorridos de hasta 25 o 26 kilómetros que hemos llegado a hacer aquí. Luego, por las tarde tres días por semana hacemos 12 kilómetros por la carretera que va al camping y cruza todo el monte de Bronchales hasta Noguera de Albarracín. Esto es un paraíso para nosotros, que lo que más valoramos es la tranquilidad y la gente, que se vuelca con nosotros”, relató.

Mejoría
Bronchales, a casi 1.600 metros sobre el nivel del mar,  permite a este grupo de atletas una aclimatación a la altura excelente, lo que les permite “sobre todo, mejorar la capacidad”, explica Abadía. “La capacidad  la hemos trabajado mucho y en Bronchales hemos sufrido más que  cualquier otro entrenamiento que nos puede salir a nivel del mar, en Zaragoza o incluso en Teruel”.
El proceso de aclimatación no es inmediato. “Al principio empiezas ahogándote un poco pero luego vas encontrándote cada vez mejor y hace que todo sea más adaptativo. Cuesta, pero  aquí vienes a entrenar, a sufrir y a mejorar. Son seis semanas, que a dentro de la temporada se presumen como fáciles”.
Esa mejoría tiene su reflejo en los datos científicos. A falta de conocer los resultados de las analíticas después de que Mayo y Abadía abandonen la Sierra de Albarracín, el registro de hematocrito, volumen de glóbulos con relación al total de la sangre, de este último paso en su última temporada en la sierra turolense de 43 por ciento con el que subió en junio de 2019 y se fue el 27 de agosto con 49,2, es decir, un incremento de seis puntos.
El propio Abadía calificaba ese dato como una “barbaridad” y con toda la prudencia, porque con estas cosas no se bromea, aseguraba que “se podría considerar como un dopaje natural”, para añadir que para “nosotros, que somos absolutamente contrarios al tema del dopaje, ésta es la única forma de poder, dentro de la legalidad, llegar lo más preparados posible”.
Para Mayo, este ha sido uno de sus primeros entrenamientos en altura. “El primero lo hice  en Sudáfrica en octubre. Y la diferencia principal es que aquí estamos  al lado de casa. Cuando te vas a entrenar en altura es un sacrificio muy grande que hacemos los deportistas porque te tienes que alejar  toda tu gente, y la suerte es que  aquí tengo un sitio en el que se dan las circunstancias perfectas para entrenar y mejorar  a poco más de una hora y media de Zaragoza”. Además, se mostraba “sorprendido” por lo que “hemos encontrado aquí, que es una zona muy buena para entrenar, aunque con más cuestas de lo que estamos acostumbrados, pero eso nos hace mejorar más para las competiciones”.

El regreso
El próximo 19 de abril Mayo y Abadía regresarán a Bronchales. Así se decidió este martes, después de que, desde el Ayuntamiento de Teruel se confirmase a los atletas que podría apurar su preparación para los Juegos Olímpicos en la pista de atletismo José Navarro Bau, antes de que se acometa su remodelación.
La decisión estaba condicionada por la disponibilidad del tartán, porque su entrenamiento estival no será como este último, cuando “solo necesitamos la pista una vez a la semana para trabajar ritmos más rápidos y entrenar para los Juegos Olímpicos necesitamos una pista , y desde Bronchales, si no es Teruel tendríamos que irnos muy lejos”. En esta tesitura, Abadía calificó como “la clave” poder repetir entrenamiento en Bronchales con la mirada puesta en los Juegos.