Síguenos
Lluís Rajadell  escritor y periodista: “La represión contra la revolución cenetista de 1933 fue desproporcionada” Lluís Rajadell  escritor y periodista: “La represión contra la revolución cenetista de 1933 fue desproporcionada”
Lluís Radajell, durante la presentación que tuvo lugar en Librería Senda. M. A.

Lluís Rajadell escritor y periodista: “La represión contra la revolución cenetista de 1933 fue desproporcionada”

El valderrobrense publica, junto a Fermín Escribano, ‘La Tierra Baja en llamas’, sobre la sublevación anarquista
banner click 244 banner 244

El periodista e investigador turolense Lluís Rajadell presentó este viernes en la Librería Senda La Tierra Baja en llamas (Comuniter), un ensayo divulgativo sobre el estallido revolucionario que protagonizó el CNT en el Bajo Aragón y el Matarraña durante el segundo fin de semana de diciembre de 1933. La obra, escrita al alimón con Fermín Escribano,  pone énfasis también en la represión indiscriminada posterior, que sirvió para encarcelar a un gran número de elementos potencialmente peligrosos para la república. El libro es producto de una intensa investigación a través de archivos y sumarios, e incluye un prolijo y completo apéndice con la relación de los heridos, muertos, detenidos, procesados y condenados en todas las localidades donde se dio la sublevación. 

-¿Qué es lo que cuenta en ‘La Tierra Baja en llamas’?

-Narramos la revolución de diciembre de 1933, que la pone en marcha la CNT para derribar el régimen republicano e implantar el comunismo libertario. Sin embargo la desproporción de fuerzas era enorme, y terminó en fracaso. Lo contamos desde la perspectiva de lo que ocurrió en la provincia de Teruel, en el Matarraña en mi caso, y en el Bajo Aragón en el de Fermín Escribano. 

-¿Se localizó en esa franja de terreno, cuando hablamos de la provincia?

-La revolución se dio por brotes, y en la provincia de Teruel el único foco que se dio estuvo allí. Pueblos como Mas de las Matas, Alcorisa, Alcañiz, Calanda, Valderrobres, Beceite... esos fueron los principales focos revolucionarios donde hubo sublevaciones, se echaron a la calle los anarquistas, rodean los cuartes o desarman a la guardia civil, detienen a la gente conservador y proclaman el comunismo libertario durante un fin de semana.

-¿Existía un especial calor anarquista allí con respecto a otras zonas de Teruel?

-En esa zona la fuerza hegemónica en cuanto a sindicalismo era la CNT, y en eso se apoyó la organización para sublevar a la gente, que tenía allí una buena base social. La gente de la zona se afiliaba a la CNT porque había grandes desigualdades, una gran masa de jornaleros que sobrevivían a duras penas, y eso propició que la gente se alistara, ante la promesa de una sociedad perfecta e igualitaria.

-Hegemónica como lo era en Zaragoza...

-Sí, allí también lo era. pero durante esta revolución allí hubo una huelga general que fracasa, y enseguida es abortada. Paradójicamente fue en los pueblos pequeños y no en la gran ciudad donde se consolidó la sublevación, aunque estamos hablando de un fin de semana, tampoco fue una experiencia demasiado larga. 

-¿Fueron especialmente virulentas la acción revolucionaria, o la represión?

-La revolución no fue demasiado cruenta, pero fue una revolución. Hubo cinco muertos revolucionarios, dos en Alcorisa, uno en Calanda, uno en Alcañiz y otro en Valderrobres, y un Guardia Civil. Y luego la represión sí que fue muy dura, sobre todo por lo extenso. Hubo como un millar de detenidos, y lugares como Beceite en los que se detuvo al 15% de todos los hombres. Fueron una serie de procesamientos extensos y masivos, y terminaron en condenas que en algunos casos se alargaron hasta 1936, cuando la amnistía decretada por el Frente Popular saca a los últimos presos a la calle. 

-¿El gobierno quizá aprovechó ese foco como pretexto para encarcelar elementos anarquistas y revoltososo?

-Sí, sobre todo para cortarle las alas a ese peligro revolucionario anarquista. Eso se puede deducir por la extensión que tuvo la ola represiva, que parece bastante indiscriminada. Parece muy desproporcionado que hubiera mil detenidos.

-¿El diciembre del 33 aragonés fue comparable al octubre del 34 asturiano?

-Similar en el sentido de que fue una respuesta contra un gobierno republicano que se había derechizado. Pero en cuanto a las bases y a la organización que lo puso en marcha no. Porque en Aragón es una revolución estrictamente anarquista y el de Asturias de 1934 fue una revolución socialista donde el protagonismo lo tuvo el PSOE, aunque los anarquistas colaboraron. Además esta de 1934 duró más tiempo, la represión todavía fue mucho más feroz, con muchísimas ejecuciones.

-¿Por qué razón rescatan entre Fermín Escribano y usted este episodio de la república?

-En parte un poco por casualidad. Investigando otras cuestiones me tropecé con el sumario judicial abierto a los revolucionarios de Valderrobres y Beceite, y me interesó como material periodístico, porque había mucha documentación virgen y me pareció interesante explotarla. A Fermín (Escribano) también le interesaba el tema, coincidimos en esta investigación, y decidimos llegar hasta el fondo. 

-La documentación que aporta la obra incluye incluso un listado de detenidos y fallecidos en ambos bandos...

-Sí. Esa labor la hizo en exclusiva Fermín Escribano. Me parece un trabajo titánico al que yo no me hubiera atrevido a enfrentarme. Volcó todas las listas de víctimas, detenidos, procesados, sentenciados y amnistiados para un apéndice final, que puede ayudar a la gente del territorio para localizar a familiares y conocidos. 

-¿Es un libro para expertos, para iniciados, para el público en general...?

-Yo creo que vale para todo el mundo que tenga cierto interés por el pasado, y por la historia de la provincia o de la comarca. Hemos intentado darle un tono lo más didáctico posible, metiendo mucha información pero con un relato periodístico, fácil de leer y de comprender. Es casi un reportaje muy largo, con fotos y muy documentado.