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¡Gracias! ¡Gracias!

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Javier Silvestre

Es la tercera columna que escribo en menos de 12 horas para que se publique este domingo en DIARIO DE TERUEL Vivimos días en los que la actualidad va tan rápida que cualquier noticia está desactualizada a las pocas horas. Y es lo que me ha pasado a mí.

En el primer texto que he redactado insultaba a todos los que estuviesen leyendo esta columna desde un bar, apelando a la responsabilidad de cada uno de nosotros, y exhortándolos a quedarse en casa. Sin embargo, la decisión de la alcaldesa de Teruel de cerrar los establecimientos hosteleros en la capital me desarmaba por completo, -afortunadamente-.

Mi segunda columna hablaba sobre los políticos, sobre cómo estaban priorizando no molestar al socio de Gobierno por encima de la salud pública. Sin embargo, en un giro imprevisto de los acontecimientos, la intervención de Pedro Sánchez me obligaba a redactar un nuevo texto.

Lo hacía agobiado, sin saber muy bien qué escribir para que no caduque a las pocas horas. Y mientras pedía a los responsables de este diario que me diesen un poco más de margen para rectificar mi columna se colaba un sonido por la ventana de mi casa en Madrid.

Eran aplausos. ¡No me acordaba! Se había convocado a través de las redes a la gente para que aplaudiese al personal sanitario en muestra de agradecimiento por todo lo que están haciendo. He abierto para escuchar bien y la gente se rompía las manos, gritaba “¡gracias!”, tocaban bocinas, ponía música… Y no podían darme mejor idea en estos tiempos oscuros que nos acechan que escribir un texto que no podrá caducar ni dentro de una hora, ni mañana, ni nunca.

Por eso les doy las gracias. A todo el personal sanitario que se juega la salud, que lleva días roto de cansancio, que ha visto cómo le anulan vacaciones y festivos… Y más después de haber hablado con dos amigos médicos de la sanidad pública madrileña que hasta este viernes no pudieron aplicar el protocolo de emergencia; que han recibido una sola mascarilla de carbono [recalco la cifra: UNA] durante esta semana en sus hospitales; a los que les han dado batas de manga corta para atender a los pacientes infectados.

A la vez, me llegan mensajes por Whastapp donde se buscan sanitarios voluntarios para ayudar en los hospitales ante la saturación que viven por culpa del coronavirus. Y la sorpresa es que la gente que conozco prioriza su profesión a su propia salud y familia. Tan sólo por eso quiero darles las gracias. Porque tenemos un sistema de salud mejorable en cuanto a recursos y logística se refiere, pero nada criticable si hablamos de sus profesionales.

El aplauso debe convertirse en responsabilidad de todos nosotros.

Quédese en casa. Extreme las precauciones. Recuerde que la vida de sus seres queridos está en juego. Y sean agradecidos con cada médico, enfermera o celador que conozcan porque se merecen todo nuestro reconocimiento.

¡Gracias! ¡Muchas gracias!