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El andorrano Roberto Morote y el zaragozano Guillermo Cano publican un ambicioso podcast mensual con otro punto de vista sobre la repoblación El andorrano Roberto Morote y el zaragozano Guillermo Cano publican un ambicioso podcast mensual con otro punto de vista sobre la repoblación
El andorrano Roberto Morote, en el despacho de su casa en Mequinenza donde trabaja actualmente

El andorrano Roberto Morote y el zaragozano Guillermo Cano publican un ambicioso podcast mensual con otro punto de vista sobre la repoblación

Quiero ser rural
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El diseñador gráfico andorrano afincado en Mequinenza Roberto Morote, y el ingeniero informático zaragozano afincado en Oliete, Guillermo Cano, han puesto en marcha Quiero ser rural, una iniciativa en forma de podcast que no tiene el objetivo de hablar de despoblación, sino como dicen sus responsables, de “repoblación”. Un episodio mensual de algo menos de una hora de duración, en formato de programa de radio, para dar voz a quienes tienen algo que aportar desde la óptica constructiva. Un altavoz no tanto para quienes solo ven el problema, sino sobre todo para quienes hablan sobre soluciones. 

Quiero ser rural nació a primeros de febrero, ya se han publicado los dos primeros podcast y se está elaborando el tercero, previsto para finales de marzo o primeros de abril. Es posible suscribirse gratuitamente desde las plataformas especializadas Spotify, iTunes, iVox o desde la web quieroserrural.com para recibir notificación cada vez que se suba un nuevo programa. 

Roberto Morote se ocupa de la parte técnica y Guillermo Cano, ideólogo del proyecto, se encarga de poner la voz y de elaborar los contenidos, el guión y las entrevistas. 

“Nuestro objetivo es abrir un nuevo canal sobre el tema”, explica Roberto Morote, “pero no para quejarnos de lo mal que están los pueblos, sino para intentar hace algo que nos permita cambiar las cosas. Queremos ser un puente entre diferentes personas que, como Guillermo y yo, estamos preocupados por los modos de vida rurales, y personas que desde diferentes ámbitos de la economía, la cultura o lo social tiene ideas que pueden arreglar o paliar el problema”. 

La estructura fija que sigue cada programa, de en torno a 50 minutos de duración, es el de un editorial a cargo de Guillermo Cano, una entrevista a algún experto en la materia, que ocupa el grueso del podcast, y unas conclusiones a modo de despedida. En el primer episodio de la serie, QSR#01, La España rural poco poblada, el entrevistado es Roberto Ortega, periodista soriano especializado en el mundo rural y responsable de la ONGD Cives Mundi, que trabaja en varios proyectos relacionados con la sostenibilidad, el empleo y la promoción empresarial en el ámbito rural. Ortega plantea una visión general de cómo están las cosas, desde su experiencia, que sirve como introducción a la serie. 

En el segundo capítulo, QSR@02 entrevista a José Antonio Herce, coordinador del informe Una fiscalidad diferenciada para el progreso de los territorios despoblados de España, publicado en 2019 por la Red de Áreas Escasamente Pobladas del Sur de Europa (SSPA). Además Yolanda Lavanda comparte con los oyentes los conocimientos sobre la Caléndula y la elaboración de aceites a partir de ella. 

Quiero ser Rural va más allá del simple podcast que puede escucharse mientras uno pasea o se relaja en casa, ya que en la web del proyecto se cuelga documentación, enlaces y bibliografías acerca de la temática de la que trata cada uno de los capítulos. 

Tercer episodio

El tercer episodio del podcast está próximo a lanzarse a la red, y si bien la alarma sanitaria del COVID-19 no ha tenido ningún efecto sobre él, ya que se su contenido se confecciona a distancia entre Oliete, donde reside Cano, Mequinenza, donde reside Morote, y la localidad de origen de los entrevistados, “es posible que a través del editorial o algo sí que se hable sobre lo que está suponiendo esta alarma”. 

El andorrano Roberto Morote explica, por su parte, que la alerta no le ha generado especiales contratiempos en el sentido en el “yo estoy acostumbrado a teletrabajar desde mi casa, por lo que mis rutinas no han variado demasiado”. Es andorrano de nacimiento, ha vivido en Zaragoza, recientemente en Barcelona donde se ha formado como dibujante de cómic y ahora está afincado en Mequinenza, donde su pareja ejerce de profesora. Además de otros proyectos laborales relacionados con su profesión de diseñador, Morote está embarcado en un potente proyecto de cómic que verá la luz a principios de año, en la producción de un disco que está empezando a tomar forma, en el montaje de Quiero ser Rural y además hace trabajos esporádicos para el Centro de Estudios Locales de Andorra. “Así que el confinamiento lo tenía previsto mucho antes de que se declarara esta situación”, bromea Morote. “Sin embargo lo de no poder salir a dar un paseo creo que lo llevaré mal a medida que pasen los días”.