Lunes, 23 de marzo. En África
No sé si lo sabes, pero en ciertos países de África casi no hay monedas o billetes. Imagina que te encaprichas de una baratija en el zoco y reparas en que no llevas ni monedero, ni billetera, ni tarjeta de crédito ni teléfono inteligente con datos. No es problema. El puesto va a cobrarte por SMS. Sí, una tecnología que aquí consideramos obsoleta, allí sirve como medio de pago.
El procedimiento es sencillo. Quien compra, envía un mensaje de texto al proveedor de pagos móviles y este liquida la transacción a quien vende. La operadora del teléfono te descuenta el coste del antojo de una cuenta prepago o te carga el tique en la factura mensual. El invento también sirve para pasar dinero entre particulares.
Mientras tanto, en la avanzada Europa donde vivimos, seguimos quejándonos de que los bancos cierran ventanillas y las personas mayores no pueden cobrar en metálico las pensiones. Disculpamos a los comercios que se empeñan en seguir usando solo efectivo. Y vemos con comprensión que siga existiendo gente con dificultades para usar un arcaico ladrillo como celular.
Martes, 24 de marzo. El helicóptero
Escribí en el mes de enero que no sería raro que todo el mundo comenzara a recibir una paguita mensual para gastar con alegría. Y que había encuestas que aseguraban que una parte importante de la población destinaría las perricas al ahorro, lo que no tenía sentido.
Pues bien. Eso está a punto de aprobarse en los Estados Unidos de Donald Trump. La idea es que cada persona adulta reciba unos 1.500 dólares en un cheque y que cada menor de edad tenga derecho a unos 500 dólares. La propuesta es de los rancios republicanos de aquel país. La crisis sanitaria anima a tomar una medida que, aunque no se vaya a reconocer nunca, es necesaria para seguir en la senda del crecimiento infinito.
Aquí llamamos renta básica a esa solución. Pero el planteamiento es erróneo. Se habla de subsidiar solo a quien no disponga de ingresos. Y esa no es la idea. Porque lo que para unas casas será poder pagar la luz o el gas, en otras servirá para comprar una presunta joya para toda la vida. No estamos hablando de sobrevivir; estamos hablando de desarrollo sin límite.
Miércoles, 25 de marzo. Un patriota
Sigo en Estados Unidos. El vicegobernador de Texas, el republicano Dan Patrick, ha declarado en un programa de televisión que él, por la supervivencia económica de su país, está dispuesto a morir. “A mí nadie me ha preguntado si, como ciudadano mayor, estoy dispuesto a jugarme mi supervivencia a cambio de mantener América tal y como es para nuestros hijos y nuestros nietos. Porque mi respuesta es que sí, que estoy dispuesto”, ha confesado Dan Patrick, añadiendo al mensaje “volvamos al trabajo, volvamos a vivir, seamos listos con todo esto y los mayores de 70 ya cuidaremos de nosotros mismos. No sacrifiquéis el país, no sacrifiquéis el gran sueño americano”.
Eso es el patriotismo. La eterna conquista. El sueño americano. Siempre existe una frontera que traspasar. Y tú, ¿qué harías por tu país?
Observando el discurso reciente del “a por ellos” y otros similares, interpreto que aquí hay mucha gente en disposición de sufrimientos parecidos. Adelante. Yo no estoy preparado para algo así. Me bajo del tren. Sálvese quien pueda.
Jueves, 26 de marzo. La comunista
Britney Spears abraza el marxismo. Esa es la noticia. La que fuera chica Disney le ha salido rana al sistema y ahora quiere que vayas a la huelga y que se redistribuya la riqueza. El mensaje lo ha lanzado a través de Instagram, que es lo que se lleva ahora. No es el fruto de una reflexión sesuda y días, semanas, meses o años de debate interno. Es un pantallazo de un texto de Mimi Zhu, artista china residente en Nueva York que quiere ser un referente de la teoría torcida.
Es evidente que Mimi Zhu es más seguidora de Mao que de Lenin. La morralla ha decidido que Britney se inspira más bien en el revolucionario soviético y por eso ha ajustado la letra de …Baby One More Time a la melodía del himno de la URSS para un vídeo de Youtube. Se adapta como un guante de fiesta al brazo de Audrey Hepburn en Desayuno con diamantes.
“La soledad me mata, confieso que todavía creo; si no estoy contigo me pierdo, dame una señal, dame otra vez”, dice la composición. Me da a mí que esos cinco versos esconden más teoría filosófica que la parrafada torcida de la pensadora oriental.
Viernes, 27 de marzo. El teórico
El catedrático Carlos Elías escribió en 2004 un libro titulado Telebasura y periodismo. Un ejemplar acabó en mi biblioteca. El mundo se mueve a una velocidad de vértigo y todo nos parece novedoso, pero resulta que eso de las noticias falseadas tiene más años que la picor. Voy a citar, que es algo que me excita sobremanera.
“La contaminación de la telebasura afecta de forma especial a la política. Con el riesgo añadido de que los políticos son los que tienen en sus manos la resolución de muchos problemas de la sociedad. Y con la paradoja de que la telebasura ha favorecido que cada día se estile más el político simplón, tanto personal como intelectualmente, pero capaz de competir por un electorado usando las armas de la telebasura”.
Nada más que decir. Bueno, sí. Carlos Elías asegura que la política basura se aprovecha de la alienación intelectual de la audiencia, solo capaz de descifrar discursos sencillos, y que quienes eligen no piden más a la clase política que a quienes protagonizan un programa de telerrealidad. Puede que todavía encontréis algún volumen de Telebasura y periodismo en una librería de lance.
Sábado, 28 de marzo. La cuarentena
Si hace una semana había casi mil millones de personas encerradas en casa, hoy somos casi tres mil millones. Ver el mapa mundial del confinamiento descubre algunas curiosidades. Irán fue uno de los primeros países en anunciar casos de enfermedad por el coronavirus. Pues hoy veo que la cuarentena no es obligatoria. Tampoco en Afganistán, Pakistán o la inmensa mayoría de países africanos. Y dentro de la Unión Europea no hay restricciones como las que conocemos aquí en Suecia, Finlandia, Polonia, Estonia, Letonia, Eslovaquia y Bulgaria.
El gran acontecimiento semanal ha sido el toque de queda en India. De una tacada, 1.300 millones de personas recluidas. Y como quien no quiere la cosa, Estados Unidos ya suma unos 100 millones. Allí los cierres van por estados.
Estoy hasta el moño de datos, curvas, contradicciones y demás. Yo solo quiero quedarme aislado, salir a comprar lo justo y comprobar, una vez que acabe todo esto, que gracias a las medidas tomadas y a los cuidados del personal sanitario y asistencial no hubo una hecatombe.
Domingo, 29 de marzo. Exhausto
No tengo más que limpiar. No tengo más que fregar. No tengo más que ordenar. No tengo más que tirar. No tengo más que leer. No tengo más que visionar. No tengo más que escuchar. No tengo más que aplaudir. No tengo más que denunciar. No tengo más que decir.
Estoy exhausto. Quedan quince días para descansar.
La imagen de la semana / ¿Qué sé?
La colección Que sais-je? es una iniciativa francesa que sigue en pie 79 años después de su nacimiento. Son librillos cortos que tratan de explicar de forma didáctica lo esencial de un tema. Ya me diréis cómo se describen los fundamentos del televisor de toda la vida en unas pocas páginas. Pues es posible. Lo de “de forma didáctica”, para uno de letras, lo obviaré. Tengo claro que cada día que pasa estoy más desfasado, pero la sensación se intensifica al revisar los libros que he ido adquiriendo durante toda mi vida.