Síguenos
Somos humanos Somos humanos

Somos humanos

banner click 244 banner 244
Elena Gómez

Leo las columnas de mis compañeros durante esta semana y me doy cuenta de que en la quinta semana de confinamiento lo que más cunde es la incertidumbre. No sabemos qué va a pasar, ni cuándo, ni cómo. Es lógico abandonarse al pesimismo según dónde pongamos el foco.

Será que entiendo un poco de aislamientos, pero yo no veo las cosas ni tan claras ni tan oscuras. En estos días recuerdo con intensidad mis largas estancias en el hospital, cuando los médicos no sabían nada sobre mi enfermedad y tenían que investigarme in situ. 

En aquellos pasillos de la planta de infantil del Hospital Clínico de Zaragoza se mascaba la tragedia a cada paso. Entre otros dramas, vi a niños morir de cáncer, conocí la miseria del bullying con un colega ingresado por una paliza, enseñé a leer a una niña con “huesos de cristal”, y tuve de compañera a una pequeña que había sido violada por un adulto.

Sin embargo, entre nosotros crecía un sentimiento de amistad que nos hacía olvidarnos de todo. En nuestro micromundo, éramos felices y solo pensábamos en pasarlo lo mejor posible. Cuando uno tenía una crisis, los demás acudían a rescatarle. Así pasó cuando me inmovilizaron durante más de veinte días en la cama y el centro logístico de juegos se trasladó a mi habitación.

Con el exterior, poco contacto. No faltaban las llamadas de mi familia de vez en cuando, y las cartas de mis compañeros del colegio junto a las directrices de mi maestra, que tuvo también que manejar un concepto que todavía no se había inventado: la teleformación.

Allí, la tristeza y la alegría eran dos caras de la misma moneda, y los lazos que nos unían parecían indestructibles. Pero cuando me daban el alta, pronto olvidaba aquello. En cuanto llegaba a mi casa y retomaba las clases, todo volvía a ser como antes. El hospital quedaba atrás como un recuerdo agridulce. Hasta la siguiente vez que me llamaban de nuevo para ingresar.

Así somos. Capaces de lo mejor y lo peor en circunstancias extremas, y dispuestos a aprender u olvidar cuando todo vuelve a la normalidad. No desesperemos, solamente somos humanos.