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Víctor González, DJ residente en la Urbanización Santa María de Alcañiz: “Quiero que la gente aporte ideas para hacer algo divertido el Día de la Madre” Víctor González, DJ residente en la Urbanización Santa María de Alcañiz: “Quiero que la gente aporte ideas para hacer algo divertido el Día de la Madre”
Víctor González, ayer por la tarde durante su sesión de balcón. Diario de Teruel

Víctor González, DJ residente en la Urbanización Santa María de Alcañiz: “Quiero que la gente aporte ideas para hacer algo divertido el Día de la Madre”

El barrio vive un confinamiento más llevadero gracias a un pinchadiscos y a los conciertos de Noa Nuez al piano
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Bingos con regalos, felicitaciones de cumpleaños, fiestas de disfraces y mucha música remember de los 90. La urbanización Santa María de Alcañiz vive un confinamiento un poco más llevadero gracias a gente desprendida como Víctor González, que alterna su mesa de mezclas con los altavoces de la jovencísima pianista Noa Nuez para amenizar las tardes a sus vecinos. El domingo, primero del mes de mayo, toca ser originales para dar una alegría a las madres en su día.

-¿Cuántos días llevan dinamizando el confinamiento en Santa María?

-Nosotros empezamos justo la semana antes de Semana Santa, el día 6 de abril sería. Pero tenemos una vecina, Noa, que desde el día siguiente de que empezara el estado de alarma toca el piano a diario. Yo soy de Zaragoza y en los 90 fui DJ, pinché por la zona de Calamocha y demás, y me vine a Alcañiz a vivir por temas laborales hace muchos años. Ya no me dedico a pinchar, pero alguna vez sí acudo a alguna fiesta remember por pasarlo bien. Mi mujer me insistía semanas atrás para que colaborara, porque tengo un equipo en casa y de cuando en cuando grabo sesiones. Empecé un día a lo tonto, gustó la idea y llevo ya tres semanas pinchando música. Sobre todo remember, pero también pongo algo de música actual, reguetón, alguna tarde hemos hecho sesión española… Abrimos un grupo de WhatsApp en el que éramos cuatro gatos y ahora ya estamos treinta y tantos.

-Además de poner música, se están haciendo famosas sus partidas de bingo y otras actividades de balcón.

-Sí, ha habido días que hemos hecho zumba. Y lo que más triunfa es el bingo. Empezamos el día de San Jorge, que también llevé unas 20 rosas de la huerta y las dejé en la calle en un cubo para que las mujeres cogieran libremente. Gustó mucho el detalle. El bingo empezó por hacer algo distinto y ahora incluso repartimos premios que donan los particulares y que nuestra familia guardamos en casa. Si le toca a alguien que tiene críos ponemos unas chuches, o una mona de pascua de chocolate. Cada uno aporta lo que puede. Uno que trabaja en Repsol me bajó una bolsa con camisetas y póster; la de Aguiló, merchandising de Mercedes; alguna abuela ha ido a la panadería de propio y ha comprado unas chucherías; las que trabajan en el Mercadona también bajan algo, el que trabaja en la tienda de bicicletas de Viveros trae botellines para los ciclistas, un guardia civil colabora con gorras que sobraron de La Vuelta a España… Y así funcionamos. 

-El confinamiento ha propiciado que los vecinos estrechen lazos. ¿Es la parte positiva de esta atípica situación?

-La verdad es que sí. Yo apenas llevo un año viviendo en este barrio y había muchísima gente a la que no conocía. Son momentos muy duros para todos, a todos los niveles, y esto nos ha servido a mi familia como válvula de escape y como entretenimiento, es una forma de aportar algo a los demás. En general, ha tenido buena aceptación, aunque a todo el mundo no le puede gustar la música que pongo. Pero si aplauden es porque les gusta, no porque se sientan obligados, y es gratificante. El fin de semana como mucho estamos hasta las 22:30 horas y entre semana un poquito antes del paseo de las ambulancias y un poquito después. Entendemos que algún vecino puede estar malito y no es plan de molestar a todas horas. Un día vino la policía porque alguien se debió de quejar. 

-¿Le han pedido que organice alguna fiesta después de la cuarentena?

-Pues ya ha surgido alguna idea, como la de hacer las fiestas del barrio. Algo interesante puede salir de esto. Pero yo no quiero ser protagonista de nada. Esta semana he propuesto hacer el bingo martes, jueves y sábado; el miércoles está dedicado a los niños; el viernes haremos zumba y el sábado fiesta de disfraces. Y para el domingo, como es el Día de la Madre, quiero que la gente aporte ideas para hacer algo divertido. Quiero que esto sea participativo, yo soy uno más. 

-Los bomberos paran recurrentemente en su cruce para aplaudirles. ¿A qué se debe?

-En la calle en la que vivimos tenemos guardias civiles, bomberos y demás como vecinos. Pasan todos los días y nos sentimos muy arropados por ellos porque a veces bajan y nos aplauden. Cuando pasan las ambulancias tengo la música quitada y les aplaudimos. Hemos llegado a una comunión entre todos que es muy divertida. Hay días con más ganas de fiesta en los que aplaudimos al de la moto del Telepizza que pasa, a la del Mercadona que llega a casa después de su jornada laboral… La cosa es buscar la participación y un poco de cachondeo. Ojalá pudiéramos descubrir la vacuna contra el Covid-19, pero de eso no sabemos y hacemos lo que podemos. 

-¿Qué queda de su época como DJ?

-Empecé a pinchar en 1991 y me quedé finalista de un concurso de Pachá, en Zaragoza. Entonces me contrató Discos Total y me mandaron a una discoteca en Calamocha en la que estuve 10 años. Coincidió con la Ruta del Bacalao. En el 2000 dejé de pinchar, pero el año pasado hicieron una fiesta remember en Calamocha y para allí que fui. Como anécdota, en Calamocha se extrañan de que trabaje en la Caja Rural y en Alcañiz les sorprende que yo haya sido DJ. Ahora ya casi no tengo cacharros porque los he ido vendiendo, pero tengo una controladora y ahora pincho con USB. Pincho con un pincho, nunca mejor dicho (ríe). 

-¿Mucha actividad en Caja Rural estos días?

-Sí, sobre todo con el tema de los préstamos ICO. La gente viene, o llama mejor dicho, a buscar financiación. Yo voy lunes, miércoles y viernes por las mañanas a la oficina de Castelserás. Allí hemos tirado para adelante proyectos empresariales importantes para el pueblo.