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María Victoria Broto, consejera de Ciudadanía y Servicios Sociales: María Victoria Broto, consejera de Ciudadanía y Servicios Sociales:
María Victoria Broto, consejera de Ciudadanía y Derechos Sociales. Luis Correas

María Victoria Broto, consejera de Ciudadanía y Servicios Sociales: "Las muertes por coronavirus en la provincia de Teruel son todas de residencias"

Destaca el papel importante de los Centros Covid-19
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La consejera de Ciudadanía y Derechos Sociales del Gobierno de Aragón, María Victoria Broto, explica en una entrevista concedida a este periódico este viernes, cómo se ha gestionado la crisis por el Covid-19 en el ámbito social y muy especialmente en los geriátricos, los más castigadas por el virus. Desvela que todos los muertos en la provincia de Teruel (según los dato del 8 de mayo) han sido ancianos de residencias y destaca el gran papel de los profesionales sociosanitarios.
-Las residencias han sido las más castigadas por la pandemia. ¿Cuáles son las cifras de afectados y fallecidos en la provincia de Teruel?
-Tenemos en Teruel 39 centros de mayores, 7 de personas con discapacidad y 21 viviendas tuteadas. En las residencias de mayores tenemos una capacidad de 2.970 plazas y se han dado 222 casos de Covid-19 positivo. La buena noticia de Teruel es que solamente tenemos ahora tres residencias en las que quedan casos positivos.
-¿Y fallecidos?
-Fallecidos han sido 80.
-¿Entonces serían todos los fallecidos que hay en Teruel?
-Sí, es que son todos. 
-Ha sido necesario intervenir centros como el Hogar San José de Teruel. ¿Cómo ha sido este proceso y cómo está ahora la situación en este centro?
-En el Hogar San José, lo primero que se hizo fue una intervención por parte del Departamento de Sanidad. Es un asilo de las Hermanitas de los Desamparados, cuenta con 140 plazas y tiene ocupadas 131. Había bastantes casos cuando Sanidad decidió intervenirla desde el punto de vista sanitario, el 26 de marzo. Cuando se produce esa intervención, hay personal sanitario en la residencia para ayudar a solventar la situación. Siempre digo que los centros residenciales estaban preparados como centros asistenciales pero no estaban preparados para dar una respuesta sanitaria, ni este, ni ninguno, ni el Departamento tampoco. Somos centros asistenciales de convivencia y de autonomía. Cuando se produce la intervención se empieza a trabajar y se comprueba que hace falta apoyo asistencial. El 1 de abril se interviene la residencia desde el punto de vista asistencial. Para proteger a las personas se decide que sea una directora la que se haga cargo de esta residencia y, además, se lleva a cabo un importantísimo aporte de personal. Se contratan 20 personas más, además de la plantilla que tiene el centro, algunas en sustitución y otras de incremento de plantilla para dar respuesta a la situación. Ese es el motivo por el que se interviene,  para preservar a los mayores, para ayudar, como se ha hecho en otras residencias, no es la única que se ha intervenido en Aragón.
-Los centros Covid-19 han sido una fórmula para mejorar la situación en las residencias y la atención a los mayores. ¿Qué balance hace de su labor, en especial de Alfambra y Gea?
-Son un dispositivo único en España. Nos parece una de las mejores decisiones que hemos tomado. Pensamos en los centros Covid porque cuando en una residencia se produce un caso lo primero que se hace es aislar a esa persona, luego pueden surgir personas con síntomas y otros se quedan asintomáticos. Lo que hay que hacer es sectorizar la residencia pero esto a veces es muy difícil de organizar porque no hay suficiente espacio o a veces lo que ocurre es que tenemos tantos casos que hay una carga viral muy fuerte y es muy difícil la organización del centro. El primero fue el de Yéqueda porque nos encontramos con una residencia que tenía una dificultad muy clara y dijimos: Hay que buscar una solución. Se nos ocurrió pensar en estos centros que son asistenciales, del Departamento de Servicios Sociales. Se pusieron en centros residenciales, en empresas que tenían una residencia que iban a poner en marcha. Hemos tenido 455 personas y de alta 237. En el de Alfambra hemos tenido 64 personas y de alta 45 y en Gea de Albarracín hemos tenido 40 personas y 11 altas. Son centros asistenciales pero con una dirección médica. Han sido muy muy positivos, la gente ha estado muy bien y han servido mucho a las residencias porque así se han encontrado mucha más capacidad para organizarse, por ejemplo, la de Valderrobres, que llegó a tener en centros Covid a 26 personas en  una residencia con 60 plazas. Ha servido para coordinar Sanidad con Servicios Sociales, para que estas personas estén a gusto y para que las residencias estén mejor. Para nosotros es el gran logro. 
-¿Se plantea mantener estos dispositivos por si hubiera un repunte?
-Nos planteamos mantenerlos por si hay otro repunte, pero también nos parece que estos centros sociosanitarios gestionados por Sanidad y por Servicios Sociales son centros que pueden ser muy positivos para el futuro, no solo para el Covid sino para otros casos que nos podemos encontrar de personas que necesiten de una respuesta sociosanitaria.
-La oposición ha criticado que no se llevará a los ancianos con Covid a los hospitales y de falta de coordinación con Sanidad.
-Niego la mayor absolutamente, la coordinación con Sanidad ha sido total siempre. Salud Pública es la primera instancia que llegaba a los centros residenciales para decidir qué es lo que se hacía y la derivación a los centros Covid ha sido siempre sanitaria. Nosotros nunca hemos decidido a quién se derivaba, no podemos ni debemos hacerlo, estamos hablando de la enfermedad. Sanidad ha decidido cuándo una persona se trasladaba a un centro Covid o a un centro sanitario. En las intervenciones que hemos tenido en el Parlamento todos los grupos parlamentarios han valorado muy positivamente los centros Covid. Un médico decide si a un paciente se le lleva a un hospital o a estos centros. Quien ha necesitado hospitalización, con criterio médico, se ha llevado a los hospitales.
-Valderrobres ha sido otra de las residencias más castigadas por la epidemia y surgió el debate sobre las pruebas masivas para trabajadores y mayores.
-Valderrobres es una residencia en la que hemos trabajado mucho. Recuerdo muy bien la llamada del alcalde, creo que el 27 de marzo tuvieron las personas con los primeros síntomas. Recuerdo que el alcalde me llamó, estaba lógicamente muy afectado, como cualquier persona que tiene el primer caso de coronavirus en su residencia, esto es una constante, te encuentras muy mal, estás en shock y no sabes qué hacer. Desde el primer día le planteé la ayuda del Departamento de Ciudadanía y de Sanidad para controlar la situación. Ha sido de las residencias que más personas hemos llevado a los centros Covid, ha sido muy positivo que nos lleváramos a esas personas y también se le ofreció una bolsa para la contratación de personal. El tema de los test es un tema sanitario, que tiene que regirse por criterios epidemiológicos y de control de la pandemia. Son los expertos los que tienen que decir si se tienen que hacer test o no. El alcalde consideró que tenía que hacerlos, yo hasta puedo entender su preocupación, pero en esta pandemia la autoridad sanitaria tiene que tener el papel que le corresponde. Desde el punto de vista de la gestión en la residencia de Valderrobres me siento muy tranquila. Hemos apoyado con todo nuestro esfuerzo y nuestras fuerzas. Comprendo al alcalde, su preocupación, pero hemos hablado con la directora a diario. Sinceramente, creo que se debería haber sido más justos con nuestra gestión.  
-Se ha insistido en que tras esta crisis hay que repensar cómo deben ser las residencias, ¿Cuáles considera que deben ser las claves?
-Del Covid nadie sabíamos nada, por tanto, no sabíamos cómo se hacían las cosas. Sí que sabíamos que los contagios se producían donde había agrupaciones de personas y de las pocas agrupaciones que quedaban, una vez que se cierran los colegios y que la gente se confina en su casa, quedan las residencias y los hospitales, donde se han producido los contagios. Teniendo en cuenta que este virus afecta fundamentalmente a las personas mayores que se encuentran en una situación de vulnerabilidad, que han tenido patologías previas, que es lo que ocurre con las personas que están en las residencias, lógicamente sabíamos que les iba a afectar más y por eso hemos tomado medidas y hemos sido prudentes y lo seguimos siendo. No podemos plantear la desescalada aquí. Para el futuro tenemos que pensar cómo tienen que ser los cuidados. Tenemos que pensar que los centros residenciales siguen siendo de convivencia y autonomía, pero que tenemos que tener una coordinación estable con Sanidad. Tendremos que replantearnos en esa ley de ordenación cuáles son los requisitos que tienen que tener los centros residenciales, cuál debe ser la ratio de personal, que tienen que reservar una parte de su espacio para los casos en que pueda haber de enfermedades. Tenemos que tener unas profesionales con una mayor remuneración porque hacen un trabajo que es muy profesional y muy importante. Tenemos que tener un debate social en el que participe toda la sociedad, tienen que participar las entidades que trabajan, el Gobierno, los grupos políticos, agentes sociales... Lo que nos ha guiado en la gestión ha sido la protección de las personas y el que no se culpabilizara a las residencias y fuéramos capaces de mantener el tejido económico y social que suponen las residencias para Aragón. 
-¿Cómo se va a hacer la desescalada en las residencias?
-Con muchísima prudencia. Hemos planteado que las personas en el momento último puedan ir a despedir a sus familiares, que el día 11 puedan empezar a entrar nuevos residentes en residencias que nunca hayan tenido contagiados o que lleven 28 días sin un caso positivo, tendrán que entrar solos, con un PCR negativo. Hemos decidido que pueda ir el podólogo y que se puedan hacer actividades comunes de tres personas... Cómo tendremos que hacer esto, pues poco a poco, con mucha prudencia y siempre con el criterio sanitario. No tomaré ninguna decisión que no esté acordada con Sanidad.
-Este virus era desconocido y se ha tenido que ir aprendiendo sobre la marcha. ¿Qué lecciones deja para hipotéticos rebrotes?
-Además de para posibles rebrotes, para la vida. Una lección que hemos aprendido es la tremenda fragilidad que tiene el mundo, la vida. Pienso que nos recuperaremos y para eso estamos trabajando, es muy importante este grupo que hemos hecho para el futuro de Aragón. Pero las cosas no volverán a ser como antes. Tenemos que hacer una profunda reflexión sobre los cuidados y nos tenemos que dar cuenta de que el sistema público es fundamental, es el que coordina. Se ha puesto en valor el sistema público y que no podemos adelgazarlo, que es fundamental. No quiere decir que no conviva con lo privado y en Aragón la Ley de Servicios Sociales lo plantea así. Las residencias necesitan de mayores ingresos, costarán más y tendremos que plantearnos cómo participamos el Estado y el servicio público en la financiación y la gestión. Otra cosa importantísima que la habíamos dicho muchas veces es que es imprescindible y obligatorio el cumplimiento de la financiación de la Ley de Dependencia. 
-¿Qué cree que se podría haber hecho mejor en esta gestión en las residencias?
-A posteriori es muy fácil. Creo que en política y en la vida eso del condicional es que no existe. Lo que sí que nos tiene que enseñar y nos ha enseñado son lecciones de futuro. La principal es la prudencia, el ser cautos y el ser responsables y que no debe asustar tomar decisiones y que a veces las decisiones que uno toma no son las que la ciudadanía querría escuchar. ¿Si hay algo que lamento de esto? Sí. Lamento mucho no haber tenido desde el principio más material de protección para los trabajadores. Me duele y me produce mucho malestar. Es verdad que no solo nos ha pasado a nosotros, nos ha pasado a todos, tenemos que lograr que Europa tenga material estratégico, no podemos estar dominados por el comercio y la industria en el exterior, en este caso, en China. 
-La comunicación con las familias es fundamental. En algunos centros se abrieron redes sociales y hubo limitaciones. ¿Cómo se ha gestionado esta comunicación?
-La relación de los centros de mayores con las familias ha sido extraordinaria, lo han hecho estupendamente bien. Han trabajado mucho: vía telefónica, hemos aportado tablets a todas las residencias. Me lo han dicho muchas familias, están muy satisfechas de esa relación y ha sido importantísima. En las residencias teníamos unas personas enfermas que estaban allí, otras en los hospitales y en los centros Covid y otras que estaban bien y, lógicamente, es una preocupación muy grande para las familias, no las podían ver. Es durísimo todo eso. La relación ha sido muy positiva, unos lo han hecho de una manera y otros de otra. Algunas residencias tenían su propia página en Facebook. No las pongo en duda, hacían un gran trabajo, agradezco muchísimo a los trabajadores que hacían esa función. Pero nos ocurrió que en un momento de dificultad, algunas familias nos planteaban que no les parecía oportuno que las imágenes de sus familiares aparecieran. Hay que equilibrar siempre el respeto a la información con el respeto a la intimidad de las personas. El IASS tiene una página en la que sí que se puede poner información y esa la podíamos controlar porque todas las imágenes están autorizadas. 
-El conjunto de los servicios sociales también se ha reorganizado. ¿Se está llegando a todas las necesidades?
-En los servicios sociales desde el primer día se hizo una reorganización. Tuvimos claro que tenían que seguir funcionando como un servicio esencial que es. En la provincia de Teruel se han gestionado 300 prestaciones del Ingreso Aragonés de Inserción (IAI) y de esos, desde que ha comenzado la pandemia, tenemos 36 nuevos, justo el mismo porcentaje que el resto de Aragón, un 12%. Desde los servicios sociales comarcales y de la ciudad de Teruel se han atendido a 350 personas para cuidados personales, alimentación u otro tipo de necesidad. 50 estaban en programas de intervención familiar,  300 son atendidas en los servicios de información, valoración y orientación social. En ayuda a domicilio se ha mantenido a 1.073 personas, se ha reducido algo porque antes de la pandemia atendíamos a 1.834, lógicamente, al estar en su casa su familia o por miedo decidieron no recibir esa ayuda. La teleasistencia ha atendido a casi 2.000 personas y ayudas de urgencia se han dado en la provincia unas 50 al mes. Hemos seguido trabajando. Los centros de servicios sociales y sus trabajadores han actuado en esta pandemia con una gran responsabilidad y entrega, lo mismo que los trabajadores de las residencias y centros Covid que nunca les agradeceremos lo suficiente el gran esfuerzo que han hecho. Sin su ayuda el problema hubiera sido mucho más grave y hubiera habido más fallecimientos. Hay que ponerlos en valor porque han sido fundamentales.
-¿Hay una estimación de cuando volverá a haber actividad en los hogares de mayores?
-Los hogares de mayores están cerrados al público pero no han dejado de trabajar. A algunos trabajadores les hemos pedido que trabajasen en alguna residencia o centro Covid. Pero el resto lo que han hecho ha sido atender on line a los socios de esos hogares. Llamarlos, preguntarles, atenderlos en cualquier necesidad que tuvieran de alimentación, farmacia,... ayudarles. Respecto a la vuelta, veremos cómo va el proceso de desescalada, cuándo nos dice el sistema sanitario que se pueden reunir las personas y cuántas. Siempre actuaremos con el principio de la prudencia. Sé que las personas  mayores tienen muchas ganas de ir al hogar, que es muy importante para su bienestar, pero siempre tenemos que actuar con suma prudencia. Lo mismo sobre los centros de día, que veo más complicado, fundamentalmente en aquellos que comparten espacios con residencias. 
-¿Cuándo se van a retomar las valoraciones para la dependencia y la atención temprana?
-Es una de las cosas que estamos pensando. La atención temprana no se puede hacer telemáticamente, aunque se han estado haciendo cosas. No sé cuándo será posible que esos niños acudan a un centro para recibir la atención. Las valoraciones de la dependencia es un tema complejo. Lo hemos hablado con el resto de consejeros de otras comunidades y nos preocupa cómo hacer esas valoraciones. Tendríamos que simplificarlas mucho.
-Junto a la crisis sanitaria está la económica y la social. ¿Qué papel van a jugar los servicios sociales en esta etapa y qué financiación se va a necesitar?
-Nos ha parecido positivo que el Gobierno de España haya planteado una partida de 300 millones (9,9 millones, para Aragón), para dar respuesta a los temas sociales del Covid. Por otra parte, que de esos 16.000 millones que se plantea a nivel del Estado para las CCAA parece que 1.000 serán para los servicios sociales. Me parece muy bien que se hable de servicios sociales. Hay que plantearse cómo se financian los servicios sociales que son tan importantes en una sociedad. El Covid ha puesto a prueba los servicios sociales. Nos hemos podido dar cuenta de la importancia que tienen, del escudo que suponemos para toda sociedad. Por otra parte, las entidades del tercer sector y las empresas que gestionan los servicios sociales son muy importantes en Aragón. Solamente con las residencias tenemos casi 9.000 trabajadores. En ese proyecto de desarrollo de Aragón esto tiene que tener un papel importante. Además de eso, como todas las crisis, tiene como consecuencia una crisis económica y una situación de vulnerabilidad de una parte de la sociedad, alguna que ya era vulnerable antes y otra que nunca pensaba que se encontraría en una situación de tener que pedir recursos. Esto es un problema. Nosotros hemos seguido gestionando el IAI pero estamos muy expectantes con el Ingreso Mínimo Vital que se plantea desde el Gobierno de España que sería una renta de ciudadanía aportada por la Seguridad Social a los ciudadanos vulnerables, esto sería muy positivo y nos permitiría coordinarlo con nuestro IAI.