Síguenos
¿Una nueva realidad? ¿Una nueva realidad?

¿Una nueva realidad?

banner click 244 banner 244
Grupo Psicara

Bienvenidos y bienvenidas al Rincón de la Psicología, un espacio donde las psicólogas y psicólogos de PSICARA abordamos temas y curiosidades relacionadas con la psicología. Esta semana vamos a tratar cómo va a ser la trayectoria hacia la “nueva realidad”.

¿Confinamiento? ¡Menuda palabra! Seguro que la gran parte de nosotros y nosotras no la habíamos utilizado, y ahora se ha convertido en nuestra rutina. ¿Cuántas veces hemos podido pronunciar “confinamiento”, junto a “cuarentena” o “COVID-19” en estos últimos 60 días? Ha sido una situación inesperada, que nos ha hecho modificar nuestra agenda y cambiar nuestras prioridades.

Al tener que reorganizar nuestras vidas, nos hemos podido plantear si somos nosotros/as mismos/as quienes elegimos nuestro camino. En ocasiones, los acontecimientos nos ocurren y nos arrastran, dejando una sensación de bajo control sobre nuestra vida. Es cierto que no podemos controlar gran parte de lo que nos sucede, pero sí la forma en la que lo afrontamos, es decir, no está en nuestra capacidad cambiar ciertos acontecimientos y estados emocionales, pero sí la manera en la que los percibimos y cómo actuamos. Viktor Frankl hizo una síntesis de esta idea, diciendo que “cuando ya no somos capaces de cambiar una situación, nos encontramos ante el desafío de cambiarnos a nosotros mismos”.

En estos últimos meses, se nos han presentado situaciones de las cuales no tenemos el control. El confinamiento que nos ha sobrevenido ha traído consigo muchos acontecimientos: estar separados de nuestra familia, pareja y amistades; perder algún ser querido sin la oportunidad de despedirnos; sufrir alguna enfermedad; no poder ir a trabajar; problemas económicos; disponer de más “tiempo libre” o tener constantemente la sensación de incertidumbre por el futuro. Y ahora se nos presenta una nueva realidad: después de tantos días encerrados podemos volver a salir a la calle, pero de una forma diferente a cómo lo hacíamos. El hecho de estar en casa hace que nos sintamos más seguros y que volver a la “nueva normalidad” pueda darnos miedo. ¿Cómo vamos a afrontarlo?

Los cambios y la incertidumbre nos pueden producir un alto nivel de malestar, por lo que tenemos que recordar que no somos “superheroínas ni superhéroes” que podemos con todo sin hacernos ningún rasguño. Inevitablemente, vamos a experimentar malestar y tener que superar situaciones difíciles. Por ello, disponemos de una gran cantidad de “armas” para hacerlo, como son nuestras habilidades, recursos y fortalezas.  

Para entender mejor qué son estas “armas” vamos a compararlo con un refrán popular, el cual dice que “si le das un pescado a una persona, se alimentará una vez, si le enseñas a pescar se alimentará siempre”. Las habilidades, recursos y fortalezas equivaldrían a saber crear tu propia caña, aprender técnicas de pesca y saber cuál es el mejor momento para hacerlo o pedir ayuda para aprender.

Nuestras “armas” se pueden identificar y desarrollar. Desde entrenar nuestras habilidades sociales como mostrar una actitud de escucha activa y empática y hablar de manera asertiva, pasando por tener un buen manejo de nuestras emociones, hasta potenciar el sentido del humor, la creatividad, la capacidad de perdonar o la gratitud, entre otras fortalezas.

Podemos pensar que habría sido mucho más fácil empezar a desarrollarlas desde la infancia, pero la realidad es que la mayoría de las personas no hemos tenido la oportunidad de entrenarlas, por lo que puede ser ahora, después de este largo confinamiento, un buen momento para hacerlo. ¡Nunca es tarde!

Es importante recordar que se pueden afrontar las dificultades, aprender de ellas y tomar todo lo acontecido como un nuevo desafío para mejorar como personas. Como decía Viktor Frankl, ya que no podemos cambiar esta realidad, vamos a intentar cambiarnos a nosotros mismos. Las personas tenemos recursos para hacer frente a esta situación, más allá de la mascarilla y los guantes, aunque como no son materiales, muchas veces no nos damos cuenta de que están ahí. 

¡Y no os olvidéis!, si no sabemos cómo hacerlo, desconocemos cuáles son nuestras “armas”, queremos potenciarlas o sentimos que la situación nos supera, podemos pedir ayuda a las psicólogas y psicólogos para facilitarnos la adaptación a esta nueva realidad.