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Eva Morraja y Jesús García Pellicer, atletas: “Somos optimistas, pero sabemos que las competiciones volverán con restricciones” Eva Morraja y Jesús García Pellicer, atletas: “Somos optimistas, pero sabemos que las competiciones volverán con restricciones”
Jesús y Eva, durante unos de sus entrenamientos por las tardes

Eva Morraja y Jesús García Pellicer, atletas: “Somos optimistas, pero sabemos que las competiciones volverán con restricciones”

Han vuelto a los entrenamientos
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Eva Morraja Bellido, 38 años, es ayudante de óptica en Óptica Alcañiz. Su marido, Jesús García Pellicer, 42 años, es alguacil en Valdeltormo. Ambos llevan varias semanas disfrutando unas horas al día de lo que más les gusta hacer en su tiempo libre: el atletismo. 

Pasar a la Fase 0 del desconfinamiento y luego a la Fase 1 ha dado oxígeno y libertad a estos dos deportistas que llegan a hacer hasta 40 carreras al año. El decreto del estado de alarma supuso un varapalo para ambos, acostumbrados a realizar entrenamientos seis días a la semana, sea la época del año que sea,   “todos los días del año, sea nochebuena,  Jueves Santo año nuevo”, relata Jesús.

Quien les conoce por su trabajo poco sospecha cuál es esa afición que tanto les apasiona, aunque mucha gente que vive en Alcañiz les ha visto entrenar por las tardes por los alrededores de su pueblo. Jesús empezó en el Club Aivadai en 2015, aunque ahora está en el Club Running Zaragoza. Comenzó a correr en 2013 porque un amigo y su mujer le empujaron a seguirles. La intención inicial era “perder peso y mejorar mi aspecto físico”, cuenta. Lo mismo que Eva, que también corre en el Club Running de la capital aragonesa desde 2014. 

A ambos les metió en el mundo del atletismo un compañero de trabajo, y ahora este deporte se ha convertido en una forma de vida.

Aunque lo suyo es solo una afición, la pareja corre al menos tres cross al mes -más de 15 al año- tres millas urbanas anuales, cinco medio maratones y unas seis o siete 10k, sin contar las carreras pedestres del verano, la san silvestre de obligado cumplimiento de diciembre y de vez en cuando algún maratón, que ahora ha quedado pendiente. 

La desescalada, tras dos meses de encierro en casa “ha supuesto algo de libertad entre comillas, junto con ilusión y ganas de volver a retomar nuestra vida diaria”, cuenta Jesús, que estas semanas está saliendo con Eva a correr, a pesar de que eso no es lo habitual en ellos. “Normalmente salimos separados, porque tenemos entrenamientos diferentes, adaptados personalmente por nuestros entrenadores, que son Antojo Velasco (Jesús) y José Luis Mareca  ( Eva)”. 

En cuanto a lo que son los horarios y la conciliación de la vida familiar -tienen dos hijos- y laboral, “lo intentamos hacer lo mejor posible para compatibilizarlo todo, aunque con sesiones de  60 y 80 minutos diarios tenemos suficiente, y eso lo hace más fácil”, relata Eva.

Una cinta de correr cedida por un amigo les salvó del parón este mes de marzo, según cuenta la pareja.

Una cinta de correr

“Tuvimos mucha suerte, porque un amigo nos cedió una cinta de correr, con lo cual no hemos tenido parón y solamente hemos aflojado un poco”, explicó Jesús, que, al ser alguacil en Valdeltormo, ha podido acudir a su puesto de trabajo todos los días desde el decreto del estado de alarma. “Ha sido duro para los dos, pero especialmente para Eva, porque ella sí que ha estado en casa confinada sin poder ir a trabajar y con los niños, así que la cinta de correr ha sido una salvación en su caso”.

La cancelación de todos los planes previstos para el resto del año, competiciones y citas que ya estaban calendadas fue “muy duro”, reconoció Eva. Al principio, la pareja intentaba autoconvencerse de que lo bueno era la salud y que todos estaban bien, “pero es verdad que se te viene todo encima. Estábamos acostumbrados a tener todo planificado a diario para los dos y para los tres meses siguientes en cuanto a entrenamientos y competiciones, y el coronavirus ha supuesto un parón total”, cuenta.

Ahora siguen entrenando por las tardes, durante las horas que está permitido, pero desconocen aún cuándo podrán volver a la normalidad. Confían en acudir a la San Silvestre a finales de año.

Ganas no les sobra, porque al fin y al cabo “la competición es el fin de nuestros entrenamientos”, enfatizó Jesús, que reconoce que “ahora mismo sólo entrenamos para mantener la condición física”. Otra cosa será cuando tengan fecha para la primera competición. Entonces los entrenamientos cambiarán, serán más fuertes.

Citas truncadas

El confinamiento ha echado por tierra las citas deportivas de toda la temporada. Por norma general, “corremos tres competiciones al mes entre cross (más o menos unos 15 al año), millas urbana s(tres anuales), 10k (seis o siete al año) y medios maratones (entre cuatro o cinco)”, detalla la pareja. Y eso sin contar “con las carreras pedestres, la  San Silvestre de diciembre... y en 2019 no corrimos maratón, pensábamos hacerlo este 2020, pero si no se puede, lo haremos en 2021”, promete.

Las carreras destacadas de esta temporada eran el Campeonato de Aragón por clubes en Huesca, el Campeonato de España de Cross por clubes en Soria, el Campeonato de España Medio Maratón de Puerto de Sagunto, “y también  solemos participar en la Invernal, 10K Alcañiz, 10K Zaragoza, Media Maratón Andorra, 10K Andorra, Media Maratón Tarragona, 10K Maella, media maratón Zaragoza...”. Intentan no perderse ninguna de esas citas. 

Ahora están a la expectativa para ver cómo cambia el calendario y cómo tienen que acudir a las próximas carreras. Desbordan optimismo y se conforman, porque “aunque sabemos que las competiciones serán con restricciones, esperamos que a final de año podamos volver a competir”, cuenta esta pareja que intenta llevarse siempre que se puede a sus hijos con ellos. Dos futuros atletas con los que “formamos un equipo, eso es lo que les decimos, porque los necesitamos para poder salir a entrenar”. A veces incluso les acompañan en sus bicicletas en los entrenamientos más largos.

La ayuda y el apoyo

Ni Jesús ni Eva dejan pasar la oportunidad para “agradecer a toda la gente que nos apoya el esfuerzo que hace”. Los agradecimientos van desde el club que les acoge, el Running Zaragoza, a amigos y  colaboradores como los comercios alcañizanos Orinoco Sport y Óptica Alcañiz y hasta el Ayuntamiento de su ciudad. Quieren ser agradecidos con aquellos “que nos prestaron ayuda en la ocasión en que la pedimos”. Tampoco se olvidan de “los amigos y la familia, cuya compañía tenemos que sacrificar muchas veces y, aún así, nos apoyan y nos animan a seguir adelante”.