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Javier Tolentino, crítico de cine y escritor: “Los festivales de cine son una fiesta de libertad, de creatividad, de diálogo” Javier Tolentino, crítico de cine y escritor: “Los festivales de cine son una fiesta de libertad, de creatividad, de diálogo”
Javier Tolentino en un directo de ‘El séptimo vicio’ junto a Esteve Riambau. Carlos Gurpegui

Javier Tolentino, crítico de cine y escritor: “Los festivales de cine son una fiesta de libertad, de creatividad, de diálogo”

Director del programa de radio ‘El séptimo vicio’, Tolentino presenta ‘Un alfabeto para Emma Suárez’
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El periodista y escritor Javier Tolentino acaba de publicar su quinto libro, Un alfabeto para Emma Suárez (ExtraVertida Editorial), donde recorre la carrera y el perfil más humano de la actriz en un extenso y profundo diálogo repleto de verdades y confidencias. Tolentino, al que siempre tenemos cerca en El séptimo vicio (Radio 3) haciendo vivo desde las ondas el apasionante mundo del cine. Hoy le entrevistamos, como si todos fuésemos Robinson Crusoe.

-¡Quién le iba a decir al cine que esta pandemia superaría la ficción!

-Bueno, el cine ya lo había anunciado muchas veces y la literatura también, y el comic ni le cuento y si citamos a Orson Welles…

-Y en pleno Covid-19 su programa ‘El séptimo vicio’ se ha emitido siempre fiel a su cita.

-Únicamente faltamos a la cita con la audiencia en la primera semana de esta pandemia, hasta que pudimos hacer radio con los recursos que teníamos cada uno en casa. 

-Con más de dos décadas en la radio pública, ‘El séptimo vicio’ ha conseguido un centenar de galardones, entre ellos el Premio de la Crítica y el Premio a la Trayectoria del Festival de Cine de San Sebastián.

-Con veintiún años en el próximo mes de octubre y sí, nos sentimos extraordinariamente reconocidos. 

-En su mochila profesional se encuentra lo más granado de nuestra memoria radiofónica y cultural: El Ojo Crítico, El Otro Cine Posible, El Árbol de las Palabras, etc. ¿Su balance confitado y gozoso de todo esto?

-Pues sí, es dulce. Creo que he tenido la posibilidad de construir los proyectos radiofónicos con los que soñé en el territorio cultural. 

-¿Ha acentuado esta cuarentena nuestro amor por la radio?

-Los oyentes de Radio 3 han reconocido el enorme esfuerzo que se ha hecho, el levantar toda una programación desde casa es, en mi opinión, algo histórico. Esto sí que es cine-ficción, ni en las cabecitas más imaginativas cabría una situación parecida. La gente lo ha valorado y valora mucho esta resistencia frente a la adversidad. Creo que muchos sectores de este país han estado a la altura de las circunstancias, más de lo que se está contando. 

-¿Y nuestra pasión por el cine? Porque la cultura se para, a la vez que se consume y se reivindica más que nunca este séptimo arte.

-¿La cultura se para? No tengo yo esa sensación. Muy al contrario, museos digitales, cine directo, música compartida, festivales online, veladas literarias por Zoom, conciertos, óperas, teatro, coros… Creo que en esta situación, la cultura nos ha salvado y precisamente porque no se ha parado. 

-Al menos algunos rodajes ya se retoman… Lo último emitido por su programa ha sido un diálogo con Alberto Rodríguez, director de ‘La isla mínima’, ‘La peste’ y ‘El traje’. La industria en crisis.

-La industria en crisis, los puestos de trabajo, la vida en crisis, la salud… todo está en crisis y nadie sabe nada. Finalmente nadie sabe nunca nada de nada, fíjate que nunca nadie imaginó la caída del muro de Berlín, el desmantelamiento de la URSS y es que se idolatra a la ciencia pero es la naturaleza la que realmente va por delante siempre. 

-En los últimos meses de confinamiento, las series españolas han estado en el top de las plataformas.

-Las series españolas están dando un paso adelante en calidad pero sobre todo muy atadas a la realidad. Mariano Barroso con La línea invisible ha propuesto una mirada honrada a un tema complicado para el que todo el país tiene opiniones diferentes, y Dani de la Torre con La Unidad consigue una visión de la policía española luchando contra el terrorismo islámico muy relacionada con la verdad del relato. Hay plataformas como Movistar que están apostando por el cine de autor, por un cine de calidad. Eso es bueno y eso lo está reconociendo el espectador. 

-Y ‘El séptimo vicio’ ha seguido a festivales y certámenes, que por el momento han tenido que aplazar y reinventarse. 

-El séptimo vicio siempre ha apostado por los festivales de cine como un diálogo hermoso entre la obra y el público, entre los autores y los espectadores. Los festivales de cine son una fiesta de libertad, de creatividad, de diálogo, de celebración y del conocimiento de las nuevas formas narrativas del cine que aspira a algo más que el entretenimiento. Y lo seguirá haciendo mientras se mantenga en parrilla.  

-Analice este titular de la semana, de la mano de Thierry Frémaux, delegado general de Cannes: “Un festival online de cine no es un festival”. Colgó una bandera de agradecimiento a los profesionales de las actividades esenciales.

-Completamente de acuerdo y esta contestación se deriva de la respuesta anterior. Un festival de cine es una fiesta presencial del cine. El cine online no se apoya necesariamente en el encuentro físico que es algo imprescindible para un festival. 

-Mientras tanto, el CEO de Disney USA está convencido con el éxito de ‘Mulan’ de Niki Caro.

-Estados Unidos mantiene su posición de privilegio a través de la propiedad del ochenta por ciento de las salas de cine de todo el mundo, difundiendo su estilo de vida, su cultura y su imperio. Están convencidos de ello y no les va mal. 

-En Alemania ya hay 68 cines abiertos, la mayor parte en formato autocines.

-Bueno, es una parte emergente de la situación sanitaria del momento. Curiosamente los autocines eran algo del pasado y no hay mal que por bien no venga, ahora están floreciendo y no está mal, es una opción romántica y práctica en estos momentos.

-En el plan de desescalada cada cine será libre de decidir una fecha de reapertura con butacas preasignadas y aforo limitado a un tercio. Fase 2 que en el mejor de los casos arrancaría el 25 de mayo, aunque la Federación de Exhibidores de Cine de España (FECE) pretende que el 26 de junio estén reabiertas todas las salas.

-Creo que todos, absolutamente todos, debemos estar bajo la jurisdicción sanitaria, cualquier actividad debe estar supeditada a la seguridad de los ciudadanos. Pero, en cuánto podamos volver a los cines, deberíamos igual que con las librerías, llenarlas, comprar entradas y adquirir libros. Recordemos que nos han salvado en este tiempo, y ha habido mucha cultura gratuita, devolvamos todo lo que nos han dado.

-Nosotros en la provincia de Teruel tenemos cines pequeños y preciosos, como el Maravillas. Nuevos ‘Cinema Paradiso’. De hecho, A Contracorriente Films arrancará con la reposición simbólica de este largo.

-Esto es emocionante, es una de las películas más bellas dedicadas a la proyección y al proyeccionista. Me gustaría acompañaros…

-En su catacumba cinematográfica, como diría José Luis Borau, ¿cuál ha sido el cine que más ha consumido Javier Tolentino durante estas semanas?

-He seguido muy especialmente el cine propuesto por el Festival D’A de Barcelona, el Docs y espero con ansiedad el cine que nos proporcione el Festival de Cine Alemán, todos en su formato online. He revisado a Sokurov, el cine de Bèla Tarr y el de Carlos Reygadas porque fui invitado por varios fórums online. 

-¿Un rescate de un clásico al que siempre vuelve?

-¿Uno? Siempre vuelvo a Erice, a Bergman, Kiarostami, Martín Patino, Scorsese, Visconti, Rossellini, Eisenstein, Vajda, Ford, Cassavettes, Jonas Mekas, Coppola, Godard y toda la Nouvelle Vague, Imamura, Zhang Yimou, Hitchcock, Mizoguchi, Kurosawa, Mambety… No me pida que me quede con uno, me resultaría imposible.

-¿Ha habido tiempo para las bandas sonoras?

-Sí, claro y para las canciones y las músicas de cine. No te olvides que diariamente hago un programa de cine en la radio, las músicas de cine son parte de la escritura radiofónica y ahí están los Alberto Iglesias, Roque Baños y Ennio Morricone, habituales en muchas de las propuestas. 

-¿Y para la lectura de publicaciones de cine?

-También básico, siempre revisando, lógicamente. Ahí están las memorias recientes de Woody Allen; sobre todo, muy aconsejables para quienes se han dado mucha prisa en condenarlo. Las de David Lynch y, especialmente, Ningún lugar adonde ir, diario de una escapada de Jonas Mekas o Haneke por Haneke, la entrevistas con Michel Cieutat y Philippe Rouyer y auténticamente deliciosas y muy recomendables los diarios de Chaplin o las de Anjelica Houston. Hay publicaciones muy, muy interesantes. 

Suárez, la actriz mayúscula

-Usted acaba de sacar un hermoso libro, Un alfabeto para Emma Suárez un ensayo sobre y para una de nuestras actrices más únicas y completas. 

-Gracias, comparto lo que usted dice de Emma Suárez y es parte razonable de lo que me llevó a escribirlo. 

-¿Un bonus confesable entre sus conversaciones y confidencias?

-¿Quiere usted que le diga algo que no está en las páginas del libro? Ahí está todo, incluso hasta la disidencia. Mi complicidad es con el lector. 

-Emma Suárez es una actriz sofisticada y humilde a la vez, creo yo. Pocas intérpretes poseen este tono tan personal, y más en España.

-Estoy de acuerdo. Emma es una de nuestras grandes actrices, con registros muy diferentes y convertida en protagonista de nuestros grandes directores, Julio Medem, Pedro Almodóvar, Lluis Miñarro. Es una actriz, no una estrella. 

-En el caso de Emma, aparte de su impronta natural y lo que le quiere la cámara, ¿es bella porque también es sabia?

-La belleza es quizás de lo que más se separa Emma Suárez, ella tuvo la determinación de querer pertenecer al mundo del cine desde muy pequeña pero sin el impuesto que muchos y muchas han pagado para alcanzarlo. No ha cultivado ni fomentado la belleza, se ha esforzado en aprender el oficio de actriz junto a los actores más grandes de nuestro cine. 

-Espectacular en ‘La ardilla roja’, Julio Medem construyó con ella una nueva voz para nuestro cine. Y recuerdo su máxima concentración para la dualidad y el cosmos de Blaise Pascal durante el rodaje de ‘Tierra’ en Cariñena, Zaragoza.

-Si me pregunta cuál es mi película favorita de Emma Suárez le diré que nadie sacó mejor partido de ella que Pilar Miró. 

-Pues vayamos con ella, que la elevó en sus películas al zénit de ‘El perro del hortelano’ en su papel de Diana, Condesa de Belflor, un jugueteo  con el espectador que continuará en ‘Besos para todos’, etc. Si nuestro cine hubiera sido francés, otro Cyrano nos cantaría.

-Sin duda alguna, el papel de la Condesa de Belflor es una de sus grandes interpretaciones. Pero más que con el cine francés, en esa película tienen mayores concomitancias con el cine asiático, en mi opinión. Y la Buendía anarquista de Tu nombre envenena mis sueños está a la altura de las grandes del cine norteamericano. 

-Cierto, paisaje y relato en la adaptación de Lope de Vega, y dama noir en la de Leguina. Con Pedro compone quizá el Almodóvar más bergmaniano y profundo.

-Ahí estoy de acuerdo, la Julieta es el vacío, el miedo y la soledad de la vejez del nuevo Almodóvar. 

-Y también en series. Agente en ‘Néboa’, incluso en ‘Criminal’ de Mariano Barroso, la podemos ver en gran estado de madurez, haciendo de investigadora con contundencia y finos matices.

-Su ductilidad es elogiable y su facilidad para el teatro, la televisión o el cine. Yo la prefiero en la gran pantalla.

-Pronto llegará a los cien papeles, lo que demuestra que no es sólo una gran actriz con el sambenito de los noventa.

-En absoluto, ya lo dijo Ángel Fernández Santos, “Toda una actriz”, título de su crítica en 1990, a la película de Juan Miñón, La blanca paloma. Si algo es Emma Suárez es eso, una actriz.

-Sin duda, una profesional en plena forma a la que le llegaron premios y reconocimientos, junto a nuevos retos y papeles. ¿Qué legado deja Emma Suárez a las intérpretes del nuevo cine español?

-La profesión de la actriz la aprendió de la mano de Fernando Fernán Gómez, Fernando Rey y Paco Rabal. Emma Suárez no ha querido nunca ser algo más que una actriz, y nada menos. Exquisita compañera en el plató y fuera de él. Y algo importante, quiso también tener su vida más allá de la alfombra roja. Pudiendo ser Bette Davis, ella siempre optó por Gena Rowlands. Profesional delante de las cámaras y una persona normal, fuera de ellas.