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Carlos Paterson músico, compositor e intérprete: “La inversión en cultura es directamente proporcional al desarrollo social” Carlos Paterson músico, compositor e intérprete: “La inversión en cultura es directamente proporcional al desarrollo social”
Paterson, muy contento de haber conseguido este prestigioso reconocimiento. Foto © Mónica Paredes

Carlos Paterson músico, compositor e intérprete: “La inversión en cultura es directamente proporcional al desarrollo social”

El turolense acaba de ganar el XXXVI Premio Internacional de Composición Cristóbal Halffter
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“Siempre me ha gustado mucho la locución: Pedes in terra ad sidera visus, lema de la Universidad Nacional de Tucuman, en Argentina, que viene a significar: Con los pies en la tierra y la mirada en las estrellas. De naturaleza inquieta. Aunque realista (a la fuerza ahorcan…), siempre soñador e ilusionado con nuevos retos y proyectos, tanto personales como profesionales. Siempre que se pueda, adelante y hacia arriba”. La vida como reto. Así se enfrenta también en el escenario musical este turolense afincado en Valencia, que acaba de ser reconocido con el prestigioso Premio Internacional de Composición Cristóbal Halffter, y que nos recuerda cómo en tiempos de pandemia, la cultura es de vital importancia.

-Ante el aplazamiento de conciertos, ¿cómo ha gestionado usted esta cuarentena? Porque tenía un importante tour internacional ya cerrado.

-La verdad es que, dentro de lo malo, este confinamiento me ha dado la oportunidad de aprovechar y dedicar un tiempo a leer y escribir mucho de lo que tenía pendiente, sobre todo en cuanto a investigación musical se refiere. En cuanto a los conciertos, una pena: Suecia, Bélgica, Madrid, El Escorial, Alemania… todos cancelados, aunque la mayoría aplazados para el año que viene. En septiembre tengo dos masterclass y un concierto para órgano en el Cultural Centre de Hong-Kong, uno de los más importantes auditorios del mundo. Allí, la organización sigue adelante con el compromiso, dicen que vaya, pero es algo que no solo depende de ellos sino también de la situación que tengamos aquí en España y en Europa. En diciembre también tengo concierto en la Catedral de Moscú… En fin, todo se irá viendo.

-Mucha fuerza. Por otro lado, ¿ha sido el órgano un instrumento anímico y de defensa durante estos días? ¿Ha improvisado cual Anton Bruckner? 

-¡Qué más quisiera! Sí, todos los días, alrededor de las 20 horas me sentaba al instrumento y dejaba fluir la imaginación y el sentimiento. La música es un buen refugio, una gran aliada que, junto a tus seres queridos, te ahorran todos los psicólogos del mundo. Te permite sacar casi todo lo que llevas dentro, tanto lo bueno como lo malo. Es una liberación.

-Porque desde los once años, el órgano ha sido su gran acompañante.

-Sí, prácticamente. A los once años comencé con los estudios de piano (al que tampoco he abandonado nunca), y a los trece el órgano me atrapó, hasta hoy, y lo que queda.

-Órgano que le enganchó nada más escucharlo en la Iglesia de El Salvador de Teruel. “La armonía está al lado de la piedad”, decía Bach. Virtud y compasión.

-Sí, durante uno de aquellos conciertos que se ofrecían dentro del Ciclo de Órgano de la ciudad, y de la mano del gran J. S. Bach. Virtud y devoción, más que compasión. Así era él, virtuoso y devoto, para mayor gloria de Dios, como bien firmaba algunas de sus obras.

-Y enhorabuena por su último reconocimiento, el Premio Internacional de Composición Cristóbal Halffter, convocado por el Instituto de Estudios Bercianos en su XXXVI edición. Recoge el testigo, ni más ni menos, a un croata, Ivan Bozicevic.

-Muchas gracias. Sí, en la edición anterior, hace dos años, lo ganó Bozicevic, con una obra jazzística. Es uno de los premios internacionales de composición más prestigiosos que tenemos en España, entre sus ganadores también estuvo el sevillano Manuel Castillo.

-El propio Jesús María Muneta, fundador del Conservatorio de Teruel y que ha sido profesor suyo, también ganó este prestigioso premio tiempo atrás.

-A quien mucho le debemos tantos y tantos músicos que hemos pasado por sus manos. Muneta creo que lo gano allá por el año 1991, con su Fantasía Hexacordal.

-Ahora le tocó a usted, ante un importante jurado con el propio Cristóbal Halffter de presidente, todo un referente, así como destacadas figuras de la música, como Antolín de Cela, Roberto Fresco, Daniel Bombín, Susana García-Lastra e Israel López Estelche.

-Todos ellos de reconocido prestigio en el mundo de la música y del órgano. Cristóbal Halffter es uno de los principales referentes en la música española de la segunda mitad del siglo XX y lo que llevamos del XXI, junto a otras grandes figuras como Antón García Abril, Carmelo Bernaola o Tomás Marco.

-Monasterio Cisterciense de San Miguel de las Dueñas, la Basílica de Nuestra Señora de la Encina de Ponferrada, la iglesia Colegiata de Villafranca del Bierzo. ¿Conoce usted el rico patrimonio organístico de la zona? 

-Apenas lo conozco, la verdad. Nunca he tocado allí. Si Dios quiere (y el virus nos deja) el 24 de octubre de este año tendré que estrenar la obra en el Festival Internacional de Música Contemporánea, que se celebra todos los años en Ponferrada, en mi caso en el órgano del Monasterio de San Miguel de las Dueñas.

-Un merecido galardón por su composición ‘Battle of Elah (David vs. Goliath)’, relato del profeta Samuel, primer Libro de los Reyes que narra cómo David venció al filisteo con honda y piedra a la que usted ha puesto el color emocional de las notas musicales.

-Es una obra programática, dodecafónica y atonal, de unos ocho minutos de duración, que relata, como bien dices, la batalla que se libró por aquel entonces en el Valle de Elah, entre Israel y Philistia, donde un joven llamado David inclinó la balanza hacia la victoria hebrea, sucediendo más tarde en el trono al rey Saúl.

-Una pieza libre e inédita a concurso. ¿Cómo fue su proceso de creación? ¿Cómo nació, cuánto trabajó en ella?

-Realmente, es algo de lo que todavía no había hablado. Tengo que decir sinceramente que me enteré tarde de la convocatoria del concurso, y no porque no lo conociera, obviamente, sino porque uno va siempre tan liado que cosas así se te pueden escapar. A falta de quince días me enteré de la fecha tope de entrega de obras y me puse a ello. Elegí tema y título, teniendo en cuenta siempre el estilo y la personalidad de Cristóbal Halffter, en cuyo homenaje se convoca el concurso, y me presenté. Todas las obras se presentan a sobre cerrado, con lo cual, hasta que no se vota la obra ganadora, no se sabe quién es el vencedor. Siempre confié en que era una buena obra, con independencia de que ganara o no.

-Luchar frente a gigantes, como Quijotes también. ¿Es ‘Battle of Elah’ un escenario de actualidad?

-Es una historia que se repite continuamente: La insignificancia de lo pequeño contra la opulencia de lo grande. La humildad, la templanza y el valor, contra una banal y cobarde ostentación.

-Preciosa narrativa musical, ¿con algún reflejo del identitario turolense también?

-(Sonríe) Pues fíjate, ya lo dice nuestra propia historia: “Teruel, muy noble, fidelísima, vencedora, heroica y leal”.

-Porque el mito bíblico también invita a insignes enseñanzas.

-No en vano se considera a la Biblia con el libro de los libros. Siempre ha sido y seguirá siendo fuente de inspiración personal y artística, testigo de nuestra Historia.

-Para el psicólogo Malcom Gladwell, lo que nos hace parecer fuertes es nuestra mayor debilidad.

-Eso pasa porque tal vez (seguramente) intentamos contrarrestar nuestras debilidades aparentando ser más fuertes. En ocasiones funciona, aunque yo creo que lo mejor es fundamentar el éxito o el bienestar desde el autoconvencimiento de que realmente puedes conseguirlo.

-Y, por otro lado, como en el caso de David, de vez en cuando los underdogs, los que no son favoritos, ganan, y hay que dar épica a la gesta.

-Claro, esa es la verdadera salsa de la vida, la sorpresa de lo inesperado. A veces el individuo sorprende y se impone a la gran masa social, demostrando que no siempre lo más leído, lo más escuchado, o lo más extendido es precisamente aquello que traspasa los límites del tiempo, perdurando a lo largo de los siglos.

-¡Buena épica! Como compositor destacan también grandes temas suyos como If thou wilt, remember o la Suite-Sonata para Piano Hugo & Daniela, grabada por el pianista Brenno Ambrosini.

-La primera de ellas forma parte de una serie de canciones celtas que compuse a raíz de mis ancestros escoceses. En este caso, con letra de Oscar Wilde y Christina Rossetti, interpretada por el cantante Daniel Kavanagh. Y la segunda, es una pieza de 2015 dedicada a quien en su día iba a ser mi hijo o hija, Hugo o Daniela. Finalmente fue Daniela, con dos añitos que tiene ya. Una obra magistralmente interpretada por el pianista internacional Brenno Ambrosini.

-A usted también le debemos música de cámara como In Paradisum, estrenada en el Zomerconcerten 2017 de Leuven, y recientemente grabada con el trompetista Pacho Flores (Deutsche Grammophon Artist).

-In Paradisum la compuse en memoria de nuestro querido Javier Martínez, trompetista del Brillant Magnus Quintet, que inesperadamente nos dejó en 2017. Hace poco la llevamos a grabación con el gran trompetista venezolano Pacho Flores, artista de la Deutsche Grammophon. Uno de los mejores trompetistas del mundo, con el que ya he hecho dúo un par de veces, y no serán las últimas, tenemos varios proyectos todavía pendientes.

-Música paisajística y ambiental que podría ser perfecta banda sonora para el cine.

-¡¿Tú crees?! Como crítico especialista en cine que eres, te tomo la palabra. Miraremos opciones.

-¿Le queda tiempo para proyectos ‘diferentes’? Recuerdo la originalidad de su partitura para el audiovisual ‘Dernière Nuit’, preciosa.

-Esta fue precisamente mi primera intervención en el mundo audiovisual, poniendo música original al cortometraje Dernière Nuit, de Dessil Basmadjian, presentado hace ya dos años en el XV Taller de Música para Cine de la Fundación SGAE en Madrid. Fue un verdadero reto, con muy buen resultado, creando una auténtica atmósfera apocalíptica y de suspense, como demanda la propia historia del corto. 

-Y además le debemos música coral y sinfónica, como su Crux Fidelis y Alborada, recientemente estrenada en el Palau de la Música de Valencia.

-Crux Fidelis es una obra modal para coro mixto y acompañamiento de órgano, basada en el homónimo himno gregoriano obra de Venantius Fortunatus (siglo VI), para ser interpretada el Viernes Santo. Y Alborada es una pieza sinfónica con un aire muy vivo y desenfadado. Son dos obras que todavía me falta llevar a grabación, en cuanto se pueda, lo haremos. Siempre intento no encasillarme en un estilo compositivo determinado, me gusta experimentar y probar formas y estilos musicales distintos y variados.

-Usted, también docente e investigador, ¡qué pasión! Ya gran tiempo en tierras valencianas.

-Pues sí, son ya quince años los que llevo viviendo en Valencia, el tiempo pasa volando… Desde hace siete años ejerzo como Catedrático de Órgano del Conservatorio Superior de Valencia, y actualmente también participo en la línea de investigación para doctorandos de Geografía e Historia del Mediterráneo desde la Prehistoria a la Edad Moderna, de la Facultad de Geografía e Historia en la Universidad de Valencia.

-Y entre sus proyectos más turolenses siempre destaca el Brillant Magnus Quintet. Ya anunciaron que por el Covid-19 su habitual curso en Cella y la nueva edición de la Beca Javier Martínez se emplazan para más adelante. 

-Todos los años esperamos con ilusión la última semana de julio. Nos reencontramos profesores y alumnos, conocemos a nuevas personas… lo pasamos muy bien. Es la combinación perfecta de música, amigos, gente, piscina, estudio, conciertos y alguna que otra madrugada de diversión. Es un curso para recargar las pilas. Este año no podrá ser…

-Hasta que la cosa mejore, parece ser que tendremos que seguir el tono de su Sonata nº 6, Op. 65, ‘Vater unser im Himmelreich’ de Mendelssohn.

-Junto con la Passacaglia y fuga de Bach, son las dos últimas grabaciones que he realizado para streaming en plataformas como SoundCloud y YouTube. Son dos obras de referencia dentro de la literatura organística universal, dos obras de una gran envergadura y una gran dificultad técnica para cualquier organista. Ambas las grabé en el magnífico órgano de Casas Bajas, recientemente construido por Carlos Álvarez en 2018.

-Mientras, nos pondremos su reciente ‘Música para Tecla en Tiempos de José de Nebra’ (Warner Classics), que sigue dando alegrías.

-Este fue mi último trabajo discográfico, con el apoyo del Gobierno de Aragón, y nada menos que de la mano de una de las compañías discográficas más prestigiosas del mundo, la Warner. Consiste en un recorrido musical en vida del gran maestro bilbilitano José de Nebra, músico universal aragonés del siglo XVIII, con una variada selección de piezas, no solo de Nebra, sino también de todos aquellos autores que, de alguna manera, ejercieron algún tipo de influencia en su vida y obra. Además, se grabó en diferentes instrumentos históricos: dos órganos barrocos, el de San Juan el Real de Calatayud y el de Villarquemado; un clave francés de dos teclados y un fortepiano Walter & Sohn de finales del XVIII.

-¿Cree que el órgano de la Catedral de Teruel debería ser restaurado y pasar a dinamizar también la vida cultural a partir de ciclos y nuevas actividades?

-Desde luego que sí. Además, no sería muy costoso, ya que lo más caro en la construcción o reparación de un órgano son los tubos, y eso ya lo tenemos, bastaría tan solo con una profunda revisión general de la mecánica. No podemos imaginar la gran cantidad de actividades que se pueden llevar a cabo en torno a un órgano, porque no solo nos estamos refiriendo al simple acompañamiento litúrgico de todos los feligreses turolenses, que también, sino a todas aquellas actividades a solo, camerísticas o sinfónicas, en las que se puede incluir la gran majestuosidad del órgano, con coros, bandas, orquestas o solistas, y que pueden hacer el deleite de la cultura musical turolense. En la gran mayoría de las catedrales españolas existe un riquísimo patrimonio artístico y musical que estamos obligados a recuperar. Es nuestra historia, nuestro patrimonio, no lo perdamos.

-Y para terminar, un deseo solidario y sabio, a medio y largo plazo, para la cultura turolense, por favor.

-Nos esperan tiempos difíciles, en los que lo primero en caer siempre es la cultura. Mucho cuidado con eso… Está claro que Primum vivere, deinde philosophari, no vamos a anteponer la cultura a las necesidades más básicas, pero eso tampoco significa abandonarla, ni tan siquiera plantearnos en dejarla a mínimos. La inversión en conocimiento, en cultura, en expresión artística, es directamente proporcional al desarrollo social, político y económico de una civilización, no lo olvidemos nunca. Todo ello es lo que nos define y nos distingue como una sociedad rica, libre e independiente. No nos permitamos perder ese privilegio que tantos siglos nos ha costado conseguir.