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Manipuladores de mentes: SECTAS Manipuladores de mentes: SECTAS

Manipuladores de mentes: SECTAS

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Grupo Psicara

Por Araceli Cruz

Bienvenidos y bienvenidas al Rincón de la Psicología, un espacio donde las psicólogas y psicólogos de PSICARA abordamos temas y curiosidades relacionadas con la psicología. Esta semana hablaremos de sectas, debido al aumento de éstas durante el confinamiento.

“Las epidemias son una característica de los últimos días", este mensaje junto a otros de carácter  apocalíptico, son los mensajes que han utilizado muchos grupos coercitivos o sectas destructivas para aprovecharse de la desesperanza y el miedo de las personas ante el covid-19, especialmente a través de las redes sociales. 

Probablemente, cuando escuchamos la palabra “secta” nos parezca algo lejano, pero están más cerca de lo que creemos. La Red Iberoamericana del estudio de sectas, a través de la investigación de expertos en este ámbito, estima que en España existen alrededor de 350 sectas. Se trata de una cifra aproximada debido a que es difícil saber con seguridad el número exacto. Pero, ¿qué es una secta? ¿y una secta destructiva?

Podríamos decir que una “secta” es cualquier grupo que persigue una doctrina o ideología concreta, diferente a la seguida por la mayoría de personas. Es decir, es una “sección” de lo común. Por tanto, no es ilegal, no tiene por qué tener nada de dañino ni de peligrosidad, y se diferencian del resto de grupos sociales por tener ideología diferente, ya sea social, cultural, religiosa, política, etc.  Mientras que las sectas destructivas o grupos coercitivos, son aquellos que tras su ideología, emplean estrategias de manipulación psicológica, abusivas, de coacción y control con el objetivo de someter a la persona. Que una secta sea destructiva o no, la definen los métodos, no la doctrina.

Y nos planteamos ¿cómo puede llegar una persona a estar tan sometida, pudiendo llevar a cabo, por ejemplo, actos ilegales en nombre de otra persona, permitir el abuso o dar de forma totalmente convencida sus pertenencias? NUNCA se debe culpar a una persona de haber caído en las redes de estos grupos, ya que cualquiera bajo las circunstancias determinadas (contexto de crisis, estrés, miedo, desesperación…), puede sucumbir en esta manipulación psicológica. Este tipo de sectas emplea un largo, minucioso y sigiloso proceso de manipulación y control que puede durar años hasta conseguir el completo sometimiento y anulación del sentido racional de la persona. Sus estrategias son discretas, y te brindan una atención especial que luego desaparece. Tener atención de alguien, que además nos vende la salvación y felicidad absoluta, es muy gratificante, y en términos más psicológicos “reforzante”. Empezarán a guiarte y a darte los pasos para conseguir aquello que te han prometido, entre los que se puede encontrar: comunicar la ideología aprendida, aislarse de gente externa al grupo, establecer relaciones entre los adeptos o el/la líder, donar pertenencias, revelar cuentas bancarias y un largo etcétera. ¿Y dónde se esconden estos grupos? Las sectas destructivas pueden estar en cualquier lugar: asociaciones y organizaciones de cualquier tipo, empresas, negocios, grupos de reunión… todos ellos con una apariencia legal, lo que en muchas ocasiones favorece que pasen desapercibidas.

Existen multitud de ideologías y motivos que utilizan las sectas destructivas para captar a las personas. Pero durante este confinamiento, podemos destacar aquellas que han podido utilizar el covid-19, ya sea aprovechándose del miedo que puede tener la gente a morir, a enfermar o al fin del mundo, y a través de esta pandemia  reforzar sus motivos y argumentos para que la gente entre a formar parte del grupo.

Uno de los problemas con los que tienen que lidiar familiares y psicológos/as ante miembros de sectas destructivas es que estos últimos están “enganchados”, son dependientes, no muestran razón crítica y no son conscientes del abuso que están haciendo de ellos, siendo peligroso y perjudicial para la persona. A todo esto, se le suman las secuelas producidas cuando consiguen salir de las sectas, tras un largo proceso y trabajo por parte de profesionales y familiares, como pueden ser la transformación de personalidad, la culpa o el estrés postraumático.

Son muchas las entidades profesionales y familiares que luchan por visibilizar la peligrosidad y presencia en la sociedad de estos grupos destructivos. Con este artículo se pretende aportar “un granito de arena” a esta visibilización y lucha, además de dar a conocer el alcance que tienen estos grupos, ya que pueden llegar a nosotros aun con la puerta de casa cerrada.