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Qué es el preconcurso y qué ventajas tiene Qué es el preconcurso y qué ventajas tiene

Qué es el preconcurso y qué ventajas tiene

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La parálisis de la economía, forzada por la epidemia del coronavirus, ha llevado al cierre a ciento treinta y tres mil empresas en España, hasta el momento, y podrían llegar a ser más de trescientas cincuenta mil. En mayo, presentaron concurso de acreedores cinco sociedades mercantiles cada día. Pero la debacle económica se puede amortiguar recurriendo al preconcurso.

Qué es el preconcurso y qué ventajas tiene

Es un tema novedoso y complejo, sobre el que algunos empresarios y sus asesores no terminan de ponerse de acuerdo. Lo que es el preconcurso se puede explicar como un “periodo de gracia”, concedido a una sociedad en dificultades de solvencia, durante el cual podrá negociar con sus acreedores cómo compensarlos, o renegociar la deuda contraída con ellos e, incluso, intentar “poner en orden” la tesorería, para reconducir el rumbo de la empresa.

Es decir; se trata de un plazo de tiempo, concedido al empresario con problemas, para que intente todos los remedios posibles y a su alcance, antes de tener que declarar en “quiebra técnica” y en situación de insolvencia a su sociedad, lo que conllevaría perder el control de ésta, al ponerla en manos de un administrador concursal.

La debacle económica del COVID-19

La pandemia del coronavirus no sólo ha costado miles de vidas humanas. También se ha llevado por delante a un total de ciento treinta y tres mil sociedades mercantiles en nuestro país, en tan sólo dos meses. Pero la situación puede llegar a ser aún más grave, pues hay más de trescientas cincuenta mil en peligro.

Los concursos de acreedores se han disparado en mayo hasta un ciento setenta y ocho por ciento con respecto a abril. El mes pasado, presentaron concurso de acreedores ciento cincuenta empresas, lo que da una media de cinco cada día.

Los datos ponen de manifiesto la dimensión de la crisis económica provocada por el COVID-19, que no ha hecho más que empezar. Pero estos negativos efectos se pueden amortiguar recurriendo a la figura del preconcurso.

El “último recurso” antes de una quiebra

El preconcurso es, pues, el paso previo, o “último recurso”. antes de que una empresa se vea abocada a presentar concurso de acreedores y declararse en quiebra. La medida tiene sus partidarios y sus detractores. Estos últimos opinan que el preconcurso no es más que una forma de prolongar la agonía, lo que implica una visión fatalista (o derrotista) de la situación.

También sostienen que con el preconcurso el realmente beneficiado es el sistema judicial español, colapsado en estos momentos por la cantidad de declaraciones de concurso de acreedores que han recibido, ya que con la figura del preconsurso ganan tiempo ante el aluvión de nuevas declaraciones concursales que se prevén.

El preconcurso y sus ventajas

Sin embargo, el preconcurso ofrece varias ventajas fundamentales, que parecen fuera de toda discusión. Igor Ochoa, reconocido experto en gestión de crisis y reflotamiento de empresas de la consultora Dipcom Corporate, las resume en cuatro principales: primera, que paraliza todas las ejecuciones de un concurso de acreedores; segunda, que es un procedimiento mucho más barato y sencillo de llevar a cabo; tercera, que no se nombra a ningún administrador, lo que se traduce en que el empresario en apuros sigue dirigiendo y teniendo el control sobre su empresa; y cuarta: que el empresario dispone de un plazo de cuatro meses (tres, más uno “extra”) para organizar la tesorería de la sociedad.

Un ejemplo de estas ventajas lo protagoniza una importante cadena de higiene dental, que presentó el pasado mes de marzo la declaración de preconcurso de acreedores. Esta cadena dental, que ya estaba en una situación financiera comprometida, se anticipó a los acontecimientos desencadenados por la pandemia del COVID-19. Supo prever que el confinamiento obligado por el Estado de Alarma que se iba a declarar sería “la puntilla” para su negocio, por lo que invocó el artículo 5 bis de la Ley Concursal (que contempla la posibilidad del preconcurso) para tener un tempo “de gracia” para negociar con sus acreedores, antes de declararse en quiebra.