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2020. LA VAQUILLA QUE NO FUE. Miguel López, técnico de Fiestas del Ayuntamiento: 2020. LA VAQUILLA QUE NO FUE. Miguel López, técnico de Fiestas del Ayuntamiento:
Miguel López toca el Campanico que anuncia el comienzo de la Vaquilla

2020. LA VAQUILLA QUE NO FUE. Miguel López, técnico de Fiestas del Ayuntamiento: "Tenemos que asumir que este año nos toca hace la mili a todos"

Llamada a la responsabilidad de todos los ciudadanos
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Pocas personas en el mundo tienen tanto trabajo durante La Vaquilla y, al mismo tiempo, esperan con tanta pasión que llegue ese momento. Miguel López es técnico municipal de Fiestas en Teruel y optimista impenitente. Para él lo que importante ahora mismo no es que este año no haya fiestas, sino que todos lleguemos con salud a las del año que viene. 
-¿Desde cuando trabaja como técnico de Fiestas en Teruel?
-Desde 2008... Mi primera Vaquilla en el puesto fue la de 2008, y esta iba a ser la número 13. 
-¡Caramba con el número! ¡Así nos ha ido!
-No, no, yo no soy supersticioso. También era la Cabalgata de Reyes número 13, y salió muy bien. 
-Según muchos turolenses, usted tiene el mejor trabajo del universo.
-(Risas) Sí, durante los días de la Vaquilla creo que soy uno de los más envidiados de Teruel. Pero aunque ese es el fin de semana en el que se recogen los frutos, la fiesta lleva mucho trabajo detrás, desde lo más menudo a lo más gordo. Siempre decimos que el Ángel Custodio nos ayuda, pero son tantas las cosas, tantas las variantes, que es imposible controlarlo todo. Y aunque en general suele salir bien, al ser una fiesta tan grande siempre hay algún problema que se te queda clavado como una espinita. Acuérdate cuándo ha habido algún fallecido...
-El hecho de trabajar antes, durante y después de la Vaquilla... ¿le permite disfrutar de ella?
-Sin duda. Yo soy de los que piensan que si hay que hacer algo, pues se hacen, y además con buena cara. Trabajar en Vaquilla me proporciona la posibilidad de vivirla desde muy diferentes ángulos, de tener experiencias imposibles de tener de otro modo. Estás con mucha gente codo con codo, con los de la Soga y Baga, la Comparsa, Interpeñas, con cada peña... y cada uno te transmite sus preocupaciones con el convencimiento de que lo suyo es lo más importante del mundo, y como te contagian pues lo vives todo muy intensamente. Lo disfruto una barbaridad, ya no tienes 18 años como antes y tienes que tener el móvil siempre encendido por si hay algún problema, pero da gozo ir de peña en peña esos días. 
-¿Ha vivido la Vaquilla desde pequeño?
-Yo no nací en Teruel, pero venía de Calamocha desde los 16 años y enseguida nos integramos en la fiesta. Soy de la Peña del Campanico desde 2002, porque si vienes a la fiesta, hay que ser vaquillero. 
-¿Cómo le sentó la suspensión de la Vaquilla?
-Pues figúrate. La verdad es que no podemos engañarnos, y desde mucho antes de suspenderse se veía venir. Era una pera que tenía que caer pero me dio muchísima pena, porque estaba todo concertado, casi todo listo. Ya estaba el trabajo hecho y solo faltaba poner la guinda y recoger los frutos. Pese a todo yo tenía esperanza de que algo cambiara las cosas, y fíjate que cualquier signo por leve que fuera alimentaba esa esperanza. Cuando al principio se dijo que quizá las Fallas se celebrarían el fin de semana después de Vaquilla, o que la EVAU se haría hasta el 10 de julio, pensé que quizá nos salvábamos. Pero era imposible. Yo creo que ahora lo que hay que hacer es asumirlo, aceptar que saldremos de esta y que el año que viene habrá Vaquilla. No hay que olvidar que, por más que nos duela cancelar nuestra fiesta, hay cosas mucho más serias y graves, como los miles de personas que por desgracia ya no están entre nosotros. 
-¿Existe preocupación en el Ayuntamiento porque el 11 de julio haya aglomeraciones o actos no oficiales que puedan propagar el coronavirus?
-Yo soy optimista porque creo en las personas a pies juntillas. Sé que todas las personas, de todas las edades, vamos a ser completamente responsables. La Vaquilla está perdida, pero imagínate que una semana después hay un brote... eso para la fiesta, el verano, la hostelería y el turismo sería un desastre, haría un daño tremendo. Tengamos cuidado y no dejemos que la no celebración de la Vaquilla nos deje un regusto tan malo. Nosotros para que la gente se conciencia lo estamos diciendo por activa y por pasiva. Los establecimientos hosteleros y bares podrán tener a toda la gente que puedan, pero en la calle no deben de producirse aglomeraciones. Y la Policía estará en la calle por si acaso. 
-¿Un verano sin Vaquilla, sin fiestas patronales y sin festivales nos pasará factura? ¿Nos vamos a convertir en más sosos, en más serios?
-¡No! Los españoles somos sociables por naturaleza, y nada más nacer ya estamos pensando en hacer cosas con los demás. Lo que pasa es que este verano toca esto y ya está. Un señor mayor me dijo que, hace años, el año que uno hacía la mili se quedaba sin Vaquilla. Pues este año nos toca hacer la mili a todos. Cuando salgamos de esa valoraremos más lo que tenemos, sabremos que teníamos mucho y vivíamos muy bien, y nos tocará empezar a recuperarlo. Pero si corremos mucho igual nos arrepentimos. Hemos pasado meses muy duros, en lo anímico, en lo económico y en lo sanitario. Sigamos haciendo las cosas bien durante un tiempo para no fastidiarlo después de todos los sacrificios que hemos hecho.