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Caos Caos
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Elena Gómez

El director de este diario dice que existe un curioso prototipo de personas: las de "todo mal". Son las que protestan de lo que ocurre alrededor y más allá. Antes eran fáciles de distinguir, pero tengo la sensación de que hoy en día todos estamos en esa línea. La mayoría de las conversaciones terminan en el mismo tema: qué poca responsabilidad, qué mal los políticos, qué poca organización sanitaria…

Hubo películas en el pasado que elucubraban sobre la posibilidad de una pandemia mundial. Lo que más me llamaba la atención en ellas era el caos reinante, la gente intentaba salvar el culo aunque fuera pisoteando a los demás.

Pues ese pronóstico parece estar cumpliéndose a rajatabla. Vemos la paja en el ojo ajeno, cuando muy pocos somos estrictos con las recomendaciones sanitarias. Porque ante todo somos seres gregarios y disolutos. En consecuencia, las actitudes más irresponsables vienen avaladas por la permisividad inevitable de fomentar algunos sectores indispensables de nuestra economía.

Y es que la nueva normalidad ha trasladado la carga de la culpa a los ciudadanos y eso está haciendo que crezca la desconfianza y el enfrentamiento. Se hunde el sector turístico y hostelero, y nos piden que hagamos turismo. Pero acto seguido nos bombardean con imágenes de terrazas, playas y fiestas caóticas, y nos taladran con datos de contagios y fallecimientos. 

Los botellones son contraproducentes, pero las clases comenzarán con normalidad obligando a los jóvenes a estar en contacto durante todo el día. Se pueden celebrar conciertos siguiendo las normas de seguridad, pero los partidos de fútbol son a puerta cerrada, lo que supone una sentencia de muerte para los clubes  pequeños y medianos. Se suspenden los campamentos infantiles pero abren las colonias urbanas y se celebran cumpleaños. Se hacen pruebas a los ancianos pero no al personal a cargo de las residencias. Los abuelos no pueden recibir muchas visitas pero no se protege a los cuidadores.

La lista de incoherencias es interminable, por eso muchos nos preguntamos qué está pasando. ¿Se debe a la ineptitud de los gobernantes, hay un plan orquestado o simplemente está "todo mal"? No lo sé, pero una salida digna parece imposible.