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Arranca Teruel Punto Photo con una gran acogida entre el público Arranca Teruel Punto Photo con una gran acogida entre el público
Pedro Blesa con su obra ‘Mascareto’

Arranca Teruel Punto Photo con una gran acogida entre el público

Los primeros visitantes se sorprenden de la calidad y sensibilidad de las fotografías expuestas
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Nuria Andrés

Emoción, honor, sorpresa y recuerdo. Estas son algunas de las emociones que desata el Festival internacional de fotografía Teruel Punto Photo a todo aquel que contempla cualquiera de las obras expuestas en la ciudad. Bajo el lema Desde dentro, en referencia a los meses de confinamiento, miles de fotografías inundan la ciudad de Teruel en un diálogo constante entre el ayer,  el hoy e incluso el mañana. 

Si uno levanta la vista al cruzar el Viaducto Viejo se encuentra con una amalgama de colores y a medida que el visitante se acerca, descubre que son 1.800 fotografías que, en su conjunto, forman el más querido icono de Teruel: el Torico sobre su columna. Es un mural de 4,8 x 7,5 metros que representa el momento en el que se le puso el pañuelo rojo en memoria de “los que faltan”, aquellas personas fallecidas por coronavirus este año. 

Las fotografías que forman el Mosaico Torico fueron aportadas por los socios de la Sociedad Fotográfica Turolense (SFT) que las enviaron sin saber que iban a dar lugar a una obra de arte muy especial para la ciudad de Teruel. Paisajes, retratos, escenas de la vida cotidiana, postales de viaje… Recuerdos que forman parte de la vida de los turolenses y que ahora los ciudadanos observan emocionados. 

Uno de ellos, Manuel Librado que considera que el mosaico refleja a la perfección la esencia de la ciudad de Teruel y aunque este año,no se haya podido celebrar la tradicional fiesta de la Vaquilla, hasta el 31 de agosto estará en el mosaico el momento cubre de la celebración. “Para mí es la mejor obra de toda la exposición, consigue llenar un poco el vacío que nos han dejado las Vaquillas este año”, explicó. 

Otra de las personas que se maravillaba con este mural es Anabel Delgado, “mi hijo cuando lo ha visto me ha dicho que este año también nos habían puesto pañuelico al final”. Además,al verlo sintió que, aparte de ser un homenaje a todos los que ya no están, es un mural del que los turolenses forman parte. 

La otra exposición que llama la atención de los viandantes es la situada en el otro cubo de acceso al parking. Consta de fotografías tomadas durante el tiempo de confinamiento, algunas desde dentro de casa en las que aparece gente: algunos de ellos viendo la estampa de desolación que dejaba la pandemia a su paso y otros, intentando evadirse y amenizar el rato de la mejor forma que podían. Otras son fotografías de paisajes, alimentos, imágenes desde la ventana…, todas ellas con el objetivo de aportar color, dotar de personalidad a este espacio urbanístico y mostrar una reminiscencia de lo que la sociedad vivió durante el confinamiento.

Arte en las calles

Siguiendo el paseo por la capital turolense, otra de las exposiciones de fotografía se encuentra en el Banco de España de la plaza San Juan. Es la exposición Alegría de la SFT. Aire, libertad y alegría, el cafecito, flores... son algunos de los títulos que recaen sobre las imágenes, nombres que aluden a detalles y sentimientos cotidianos pero que no se aprendieron a valorar hasta los meses de confinamiento en las casas. 

También en la plaza San Juan, nunca fue tan fácil hacerse una foto con un superhéroe. Transportistas, voluntarios, medios de comunicación, sanitarios… Todos los que dieron su vida por salir de la crisis del coronavirus cuanto antes están representados en un photocall, cuyo objetivo no es otro que honrar y reconocer el trabajo de todos los que estuvieron al pie del cañón y que su recuerdo forme parte de una de las obras de arte que estarán este verano en la ciudad.

Como si de Chernobyl se tratara, así es como Pedro Blesa abordó los retos que se lanzaban por Facebook desde la SFT. En el cubo de los Aljibes, el protagonista, protegido por una mascarilla antigua de la guerra se muestra realizando tareas cotidianas: ponerse una corbata, tocar la guitarra, barrer, leer un libro… aunque en las actividades, predomina un acento espeluznante, el libro que le acompaña es Apocalipsis, de Stephen King.

Es Pedro Pérez Esteban quien recorre la geografía de Teruel con su cámara y una obsesión en su cabeza: Retratar el pasado industrial de la provincia en un momento en que la minería tiene fecha de caducidad. La exposición está separada por bloques: Minería, El Utrillero, La Central, Naufragios y Desde las entrañas. Los tres primeros atestiguan el declive minero, ferroviario y de producción energética. Naves vacías, infraestructuras dejadas en el olvido, estaciones frías...Un camino de huellas que hoy en día es casi fantasmal y son una prueba del abandono social e histórico de esta tierra. 

En Naufragios, el fotógrafo propone un juego visual sobre esos vestigios que genera nuevas perspectivas. Dobles imágenes que dibujan paisajes ilusorios, que convierten la fuerza expresiva de la luz en un espectáculo de sombras chinescas, y que transmiten la extrañeza de los objetos sacados de su entorno creando encuadres inusitados y vistas que alteran la realidad formando un decorado teatral. 

El último apartado, Desde las entrañas, es un álbum de recuerdos de algunos hombres y mujeres que dedicaron su vida a la extracción del carbón. Presentadas en su mayoría a modo de díptico, las fotografías son una reflexión sobre lo que queda de la memoria individual y colectiva del capital humano del mundo de la minería. El laboreo del carbón, el transporte y su uso en las térmicas atrajo con promesas de empleo a muchos trabajadores y fijó población en los pueblos, hoy forma parte de un diálogo con el espectador a través de la voz de los trabajadores de la mina. 

Uno de los visitantes, Eduardo, de Valencia, se mostró sorprendido al ver esta exposición. “Es una mezcla entre tristeza y resignación, es sobrecogedor porque muestra el final de la vida de muchos pueblos”, confesó Eduardo.

Los Amantes

Hoy en día no hay mayor acto de amor que cubrirse con una mascarilla para proteger a los seres queridos que rodean a uno. Lejos de la frialdad que se asocia a este equipo de protección, Leo Tena muestra en su interpretación de la leyenda de los Amantes de Teruel la nueva forma de amar en tiempos de pandemia a través de la mirada de una pareja de la tercera edad, en honor también a los que más han sufrido esta crisis sanitaria. La imagen está situada en las escaleras de la plaza Amantes, cada escalón es una parte de la fotografía. 

“A mí me emociona, parecen los escalones de la vida. Es una nueva manera de representar el amor y es precioso”, expresó Sara Gimeno, una de las turolenses que vio la obra por primera vez.

Durante todo el mes de agosto se podrá disfrutar de las exposiciones que inundan la ciudad en Teruel Punto Photo. Es una edición muy especial, ya que son los turolenses los que han la hecho posible, creando un festival muy singular y personal donde la historia de las fotografías es un conjunto no lineal de experiencias y banalidades del mundo actual, en el que a pesar del desastre y la catástrofe se puede sacar un lado bonito  de la vida.