Hace unas semanas hablaba de los fracasos, y la manera tan subjetiva de detectarlos, tratarlos y aceptarlos. Lo que para alguien puede ser un fracaso estrepitoso, para otra persona no lo es tanto, por el mero hecho de haberlo dado todo y de que las circunstancias exógenas en la competición influyen y muchas veces de manera determinante. A veces no hay mucha discusión de lo que es un fracaso, el ejemplo más claro es la eliminación del Barcelona la pasada semana en Champions, arrollado y lo que es peor, sin actitud.
Esa eliminación de esa manera, recuerda irremediablemente a un fin de ciclo, como tantas otras veces se han visto en clubes de cualquier nivel. Un punto y aparte que debe desembocar en una profunda remodelación y donde irremediablemente jugadores que han sido muy importantes, quizás deben echarse a un lado. Pensando esto último me vino a la mente Andrés Iniesta, no fue una retirada, pero si una despedida, humilde, como es él, y consciente de que quizás no podía ofrecer el nivel que el escudo exigía. Creo que es un ejemplo a seguir.
Otra decepción, no sé si en forma de fracaso (se puede considerar así o no según cada cual), ha sido la eliminación del Zaragoza en la promoción de ascenso a primera División, parecía (como otras muchas veces) que este año sí, estaban lanzados, entrenador de la casa y querido, una afición envidiable, cuando… de repente llego el maldito virus y el parón, y desde la vuelta ya nada fue igual. Mismo equipo, mismos jugadores, mismo escudo, pero distintos resultado, quizás el campo vacío tuvo algo que ver, algo muy difícil de explicar. Las circunstancias que han rodeado al play off han sido todas en contra de los intereses maños y quizás todo lo extradeportivo ha acaparado una atención que no debiera y ha jugado en contra. Tocará de nuevo reestructurar, buscar entrenador, nuevo equipo, nuevo ciclo y a intentarlo de nuevo.
Mientras tanto desde Portugal hace unos días anunció su retirada Iker Casillas, seguramente uno de los jugadores más importantes para nuestra selección del pasado reciente, uno de los referentes en la que fue la época dorada del fútbol español, y que quizás su club de toda la vida, donde tantas veces llevó el brazalete de capitán deje a un lado los rencores y envidias, y reciba un homenaje y reconocimiento como su trayectoria deportiva se merece, en mi opinión el no hacerlo también supondría un pequeño fracaso como club.