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Terrorífico

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Elena Gómez

Hace unos días se hizo viral un video subido a las redes sociales por una "señorita" influencer, que a la sazón es auxiliar de enfermería en una residencia de ancianos de Terrassa. En él, se la ve riendo a carcajadas mientras otra compañera trata de forma vejatoria a una anciana encamada y a su merced. Nadie en su sano juicio dejaría de indignarse ante unas imágenes que producen asco, vergüenza y tristeza a partes iguales.

Pero no hago más que darle vueltas a algo que me inquieta bastante. Si estas chicas no hubieran sufrido de una idiotez supina como para colgar en Internet algo así, no nos habríamos enterado de los graves maltratos que sufrió la señora y quién sabe si otros residentes. Por una vez, la utilización de cámaras de un modo descontrolado, ha conseguido el efecto contrario al perseguido, y ambas están despedidas e investigadas por la fiscalía.

Los familiares de los ancianos residentes en estos centros estamos, en general, muy sensibles con los cuidados que reciben. Cada cierto tiempo aparecen noticias de profesionales carentes de humanidad y de vocación, y eso alienta los miedos. Pero todas esos hechos fueron sacados a la luz únicamente porque había cámaras cerca.

Por mi parte estoy convencida de que la inmensa mayoría de los cuidadores cumplen con sus obligaciones de forma excelente, pero a veces me pregunto si pacientes y/o familiares no cederíamos gustosamente ciertos derechos a la intimidad para que fueran vigilados de forma ininterrumpida. Aun así, qué tristeza pensar que al final de sus vidas, cuando más vulnerables son, algunas personas tengan que perder su dignidad y su integridad. 

Es bien sabido lo que opino acerca de las residencias de asistencia a dependientes. En mi opinión, no deberían existir ya que el modelo médico-rehabilitador y la preeminencia profesional sobre el individuo no son las soluciones más adecuadas para un Estado de Bienestar Social. Está demostrado que las ayudas directas a las familias son más baratas y humanas. Pero hoy en día, ninguna persona que necesite cuidados integrales en España cubre sus necesidades, ni de lejos, con las ayudas del Estado. A no ser que decidamos ingresar en residencias. Lamentable y terrorífico.