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Cuestión de concepto Cuestión de concepto

Cuestión de concepto

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Raquel Fuertes

Me encantan las películas de amor y lujo de los 50-60. Trajes maravillosos, escenarios llenos de gusto y encanto, galanes educados con sentido del humor y problemas nimios que conformaban una trama con inevitable final feliz. Sin embargo, la realidad se parece mucho más a aquellas películas de Almodóvar de estética kitch, cargadas de personajes y relaciones disfuncionales y alejadas de toda elegancia. Vamos, que la vida nos coloca mucho más cerca del magistral personaje de Carmen Maura en “Qué he hecho yo para merecer esto” que en cualquiera de Doris Day, Audrey Hepburn o Grace Kelly. Ni siquiera en alguno de los más tenebrosos papeles que algunas interpretaron con Hitchcock hay el más mínimo parecido con lo que viene siendo el día a día de cualquiera de nosotras (permítanme el femenino ya que hablo solo de mujeres en el ejemplo, encontraríamos el paralelismo masculino en medio minuto).

Pues eso, que al final la vida te da más ocasiones para ir despeinada, desconjuntada y desquiciada que hecha un pincel y manteniendo compostura. Eso sí, con alegría y dignidad. Pero que nadie intente colarnos que esa vida es elegante o glamurosa. Es lo que es, pero ni con calzador entrarían esos conceptos en las escenas que cada uno estamos imaginando adaptadas a su realidad.

Esa misma sensación antitética he tenido cuando he leído las palabras Trump y paz juntas. Sinceramente, me ha parecido un fake. Jamás hubiera imaginado que alguien osara hablar de Trump como pacificador. Es cierto que no he seguido de cerca las negociaciones Israel-EAU y no tengo datos para evaluar cuál ha sido el papel del presidente americano en todo esto, pero sí sé cómo tiene su país y la sociedad americana está muy lejos de vivir en paz y concordia.

Siguiendo con el símil cinematográfico, por mucho que un día vayas elegante a un sitio chic, por mucha compostura y saber estar, esa única escena no convierte tu vida en una película de amor y lujo. Conflicto árabe-israelí aparte, ¿cómo puede siquiera estar Trump nominado al Nobel de la Paz con la que tiene liada en su país y después de enemistarse con medio mundo? No. El concepto de paz era otro.