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Javier Sierra: “En el medievo las imágenes no eran para ilustrar, había un relato detrás” Javier Sierra: “En el medievo las imágenes no eran para ilustrar, había un relato detrás”
Foto de familia de los participantes en el Curso de Historia Medieval dirigido por José Luis Corral en Albarracín

Javier Sierra: “En el medievo las imágenes no eran para ilustrar, había un relato detrás”

El novelista turolense ofrece en Albarracín pinceladas para comprender mejor la iconografía medieval
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Cruz Aguilar

Las imágenes de la Edad Media requieren de un análisis, hay que leerlas como se lee un libro porque “ninguna imagen se hacía solo por ilustrar, todas tienen un relato detrás”, dijo el escritor de novela histórica y Premio Planeta Javier Sierra, que ofreció en Albarracín la última conferencia del curso de Historia Medieval titulado Otras Miradas sobre la Edad Media. Planteó que para comprender esa iconografía es necesario estudiarla desde la perspectiva de los hombres y mujeres que vivieron en el medievo “y huir del presentismo”.

Esa manera de ver el pasado “con nuestros ojos” hace que las imágenes sean poco comprensibles o que se analicen de forma errónea. El experto aconsejó escudriñar las imágenes de la Edad Media como se lee un libro porque . En este sentido especificó que las pinturas y esculturas de los templos medievales tenían como objetivo contar la historia del evangelio a personas que no sabían leer, por eso para llegar actualmente a su comprensión hay que admirarlos “como si fueran textos y seguir su orden de lectura”.

El curso de Historia Medieval, que dirige el historiador y escritor José Luis Corral abre el ciclo de actividades culturales en la Fundación Santa María, que ha permanecido inactiva –a excepción de los museos– desde el pasado mes de marzo.

Las pinturas y esculturas se crearon para un lugar concreto por lo que admirarlas en un museo permite apreciar su valor artístico, pero impide ir más allá en el análisis. “Lo curioso es que nuestros antepasados leían esas imágenes con cierta fluidez y esa capacidad la hemos perdido, nos quedamos con la estética”, aseguró. En este sentido habló de los capiteles del claustro de la Catedral de Tarragona, donde aparecen tallados unos músicos que servían de guía a los monjes en sus cantos y que, sacados de contexto, pierden su sentido. 

Pero las imágenes del medievo van más allá de las representaciones escultóricas o pictóricas y, en este sentido, Javier Sierra relató como los artistas de la época conocían la naturaleza hasta el punto de utilizar la luz para dar explicación a los milagros. Relató que en la iglesia de San Juan de Ortega, en Burgos, una luz entra en el equinoccio de marzo e ilumina a la virgen, que está con las manos extendidas en señal de recepción. “Es la luz del sol la que fecunda a María, que 9 meses después alumbra a su hijo. El artista crea ese símbolo fácilmente admirable y comprensible”, relató. 

Sierra propuso ir más allá a la hora de mirar el arte y preguntarse por qué aparecen determinados objetos o personajes. “El Museo del Prado es, por un lado, un libro religioso y, por otro, un libro político, pero ¿alguien habla de religión o política al ver sus obras?”, dijo, para añadir que en el propio catálogo de la pinacoteca solo se incluye una descripción visual, sin profundizar en el análisis. 

Mantener la atención

Desterró en Albarracín algunos de los mitos que hay en torno a la Edad Media, como que fue una época sin sensibilidad estética, y planteó que las disrupciones que a veces se producen en las imágenes pueden ser simplemente una licencia del artista, la percepción que él tenía del Nuevo Testamento o, simplemente, están hechas para mantener la atención del espectador, “al igual que hace un maestro durante sus clases para captar el interés de sus alumnos”, relató.

 También pueden ser debidas a un análisis erróneo realizado hoy sobre unas imágenes con la mirada de varios siglos después y, por eso, aconsejó conocer la literatura de la época porque “todo lo que está en esa palabra escrita influye en la imaginería”

En la Edad Media las iglesias eran el recordatorio de los momentos importantes en el ciclo vital, como la siembra o la cosecha. “No había calendario ni reloj y el almanaque estaba en las puertas de las catedrales y lo hacían asociando el signo del zodiaco a la actividad agrícola o ganadera, es un almanaque perfecto y comprensible porque en ese momento todos identificaban las estrellas”.

Tras la intervención de Javier Sierra se abrió un intenso debate en el que hubo posturas enfrentadas sobre si el arte medieval suponía una involución con respecto a las representaciones de la Edad Antigua. 

Por otro lado, un participante alertó que para una óptima comprensión de las imágenes del pasado habría que analizarlas en el contexto de la Edad Media, es decir, sin luz artificial y con una sonoridad diferente, además de que los colores serían más vivos que actualmente al no estar afectados por el paso del tiempo. En este sentido Javier Sierra añadió que, además, eran las únicas imágenes que veían los hombres y mujeres del momento, por lo que el impacto que provocaban sería mucho mayor.

Interesa más la vida cotidiana del pasado que las grandes batallas

El público está más interesado por la vida cotidiana de las diferentes épocas que por las grandes batallas o los personajes destacados, de los que sí interesan sus escarceos amorosos. A partir de esa premisa y siempre con interés divulgativo, el director del programa radiofónico Ser Historia, Nacho Ares, construye su programa, cuyo secreto radica en la amenidad y en mantener la curiosidad del oyente. Para ello utiliza “una percha” que resulte atractiva e interesante y a partir de ella desarrolla el discurso narrativo. Ese enganche puede ser una noticia de actualidad, aunque “otra opción es tirar del misterio”, aseguró. 

Son las fórmulas que utiliza en su programa, que se emite en la Cadena Ser desde el año 2009 y del que resalta la frescura: “Infinidad de veces el entrevistado me ha corregido y no pasa nada, porque muchas veces la gente cuando oye el error, se queda con el dato”, dijo. 

Planteó que durante sus programas intenta mantener el interés del oyente con curiosidades y citó, a modo de ejemplo, cómo en la iglesia de Bordón, en el Maestrazgo turolense, está representada la Anunciación como si la concepción se hubiera producido introduciendo al niño Jesús a través de la oreja de la virgen, un hecho que despertó sin duda las ganas de saber más de su público.

Ares es historiador de profesión aunque reconoció que toda su actividad profesional ha estado vinculada al campo de la divulgación y precisó que es el único de su promoción que se dedica a una actividad vinculada a lo que estudió. Destacó que en sus inicios profesionales tuvo el apoyo de Javier Sierra, quien le animó a trabajar en el campo de la difusión histórica.

Hizo un repaso por la forma de dar a conocer la historia y especificó que fue Heródoto quien ya apostó por la divulgación “contando lo más llamativo, lo más singular y lo más curioso”. En este sentido precisó que los ensayos áridos y pesados “echan para atrás” a la hora de acercarse a la historia. 

Sin embargo, comentó que  “el nacimiento del binomio historia y periodismo” tuvo lugar con el descubrimiento de la tumba de Tutankamón, en 1922, que ocupó las portadas de periódicos de todo el mundo. Aseguró que las series y los videojuegos constituyen una buena forma para dar a conocer el pasado. Ares relató que hay hasta una veintena de cabeceras de revista específicas de historia y también varios programas radiofónicos y canales monotemáticos, lo que facilita el acceso al conocimiento. 

En lo que respecta a Ser Historia, su responsable apuntó que no todos los momentos de la historia interesan por igual y que sus oyentes se decantan por la historia antigua, seguida de la historia contemporánea y la Edad Media. Además, especificó que “la vida cotidiana es de los temas más interesantes”, al igual que las biografías, “pero no en lo que se refiere a las grandes batallas sino a los amoríos, la chica de la vida”. Otro de los temas que resultan atractivos para los oyentes del programa es el arte.

Planteó la necesidad de buscar nuevas fórmulas, entre las que está la dramatización, para mostrar determinados momentos históricos, “algo parecido al concepto de radionovela o radioteatro que resulta muy atractivo para los oyentes”, dijo.

Nacho Ares también habló de los orígenes del programa, que surgió en el año 2009, un momento en el que no había ningún espacio radiofónico específico sobre historia.